Adiós a Diva Reina: no nos acostumbramos a que nos maten

0

El 27 de enero pasado se cumplieron 20 años del trágico asesinato de nuestra compañera trabajadora sexual Sandra Cabrera. Sandra vivía en Rosario, Santa Fe, y era secretaria de la delegación local de AMMAR (Sindicato de Trabajadorxs Sexuales de Argentina). Se encontraba luchando activamente y denunciando la trata de personas y distintos actos de corrupción por parte de la policía. Fue víctima de hostigamientos durante un largo tiempo, hasta que recibió un disparo una madrugada del año 2004. Su muerte sigue representando un pedido de justicia por parte de su organización y de los diversos grupos de Derechos Humanos.

Este 20 de enero, hace tan solo once días, asesinaron a Diva Reina de los Santos, una compañera travesti, migrante de República Dominicana y trabajadora sexual que, gracias a la protección de Casa Roja, se encontraba regularizando su situación migratoria y de salud en Capital Federal. Casa Roja es un refugio de contención y empoderamiento, una trinchera fundada por AMMAR el 2 de junio de 2019; una familia donde se encuentran las compañeras del barrio de Constitución para capacitarse y contenerse. Esta vez, se reunieron para despedir a Diva, tal como ella lo había pedido.

Si nos guiamos por los números de las estadísticas de Latinoamérica, Brasil encabeza, como cada año, la lista de asesinatos a personas trans. Por otro lado, en México, en lo poco que va de este 2024, 5 mujeres trans ya fueron asesinadas, dos de las cuales eran activistas y aspirantes a cargos políticos (Samantha Gómez Fonseca y Miriam Ríos). No sorprende notar la influencia de los discursos de transodio de los distintos dirigentes latinoamericanos que, por más disculpas que luego ofrezcan, siguen calando hondo en la sociedad consumista de los medios masivos. 

Podría pensarse, o esperarse, que la actualidad habría traído algún tipo de cambio con respecto a los años pasados de nuestra historia, aquellos en los que las identidades trans no eran tan visibles como hoy. Siendo sincera, observo que la única diferencia es que hoy contamos con los registros de nuestras muertes, pero no con que hayan disminuido. El despertar de la derecha en las distintas regiones nos muestra cómo recrudecen los crímenes hacia nuestra población. Parece que no importa en qué década estemos, no conozco otra forma: siempre alertas y despiertas, sí, pero nunca acostumbradas. Quisiera dar fin a mis palabras reflejada en las de mi amiga, compañera, colega, comadre, Georgina Orellano, secretaria general nacional de AMMAR y militante por los Derechos Humanos y Laborales de lxs Trabajadorxs Sexuales en la Argentina: 

“No nos acostumbramos a que maten a una de las nuestras,

no nos acostumbramos a que este sea el destino de las compañeras,

no nos acostumbramos a escribir tu nombre como el de muchas otras en una larga lista de pedidos de justicia y de casos que resisten archivarse y ser olvidados“. 

Diva Reina de los Santos… presente. 

MBC/SN/DTC