La pensión de Cristina en sí misma no me preocupa. De hambre no se va a morir, techo no le va a faltar, y si algo le faltara, muchos de nosotros la vamos a ayudar con amor y gratitud por todas las cosas buenas que hizo por el Pueblo.
Digo más, si existiera un mágico botón que borre todas las jubilaciones especiales o los privilegios impositivos —que gozan funcionarios, legisladores, jueces y diplomáticos—, con efecto retroactivo e intereses, lo toco sin pensarlo demasiado. Meto adentro todos los privilegios impositivos de las grandes empresas y lo toco con una sonrisa de oreja a oreja. Meto toda la que evadieron los blanqueadores, con intereses compensatorios, moratorios y punitorios… y lo toco con las dos manos. El problema es que en la Argentina se supone que no tenemos una botonera en la Rosada sino un Estado de Derecho. En teoría, no se puede hacer cualquier cosa.
Aunque quieran desplazar el campo discursivo a una jubilación de privilegio, la verdad del asunto es el encarnizamiento contra una opositora política y la violación del principio de legalidad... porque no se están metiendo con los privilegios “de los políticos”, se están metiendo solo con ella. No es la bomba en el Banco Central que prometió ni la motosierra contra la casta, es un dardo contra su enemiga.
Si hubiera un verdadero interés por eliminar privilegios jubilatorios, reproduciendo sus propios métodos de dudosa legalidad, Jamoncito podría sacar por DNU la derogación del régimen de jubilaciones y pensiones de privilegio conforme a la ley 24.018 del que gozan presidente, vicepresidente y jueces de la Corte Suprema; pero además, a todos los magistrados y funcionarios del Poder Judicial; diputados, senadores, ministros, secretarios y subsecretarios del Poder Ejecutivo Nacional, etc que ejercieron antes de 2002, casi todos menemistas o alianceros reciclados en libertontos.
Jamoncito podría sacar por DNU la derogación del régimen de jubilaciones y pensiones de privilegio conforme a la ley 24.018 del que gozan presidente, vicepresidente y jueces de la Corte Suprema
Eso no sucedió… sólo Cristina porque es Cristina.
Estimado Javier Milei: ponete el pantaloncito y sacales los privilegios a la casta de tus 87 héroes del asado, tus inútiles ministros cefeteros, a vos mismo y a Videlita Villaruel, a los senadores que nos salen siete palenques más viáticos para votarte leyes Banelco mediante. Sacáselos a Macri y a todos tus jueces que, además, no pagan impuestos ¡Sacáselos a todos! En esa te bancaría, en serio, como banqué con la pauta, como banqué al garquin de Caputo por mandar al polo al sojero avaro que lloriquea por dos monedas. Es lo que haría yo... pero me parece que no te da la nafta. Te tienen muy agarrado de las bolas los que te armaron las listas y te pusieron la tarasca. Se viene notando por los silencios cómplices de los cómplices.
A ver, conforme a las reglas constitucionales argentinas, el Poder Ejecutivo no puede aplicar un castigo “ejemplificador” a nadie: para eso están los jueces, que además trabajan casi todos para el gobierno Macri&Milei Inc., ¿no? Milei podía ir a la justicia, pero usa la Constitución para que mee el perro Conan porque necesita desesperadamente propaganda para reforzar la imagen de domador. Pero está cambiando las reglas del juego. Ojo al piojo los que ahora aplauden.
Este cambio en las reglas del juego republicano implica que el presidente puede derogar leyes, crear nuevas normas, dictar sentencias, confiscar la propiedad. No me gusta, soy un demócrata convencido, soy consciente de las tentaciones del poder absoluto. Pero si estas son las cartas que reparten con la baraja marcada, no se preocupen, jugamos así. Después, banquensela.
Entonces, según el nuevo orden nacional de la anomia mileiana, el que ejerce la presidencia puede violar las leyes por razones de “dignidad” u “honor” o cualquier gilada que se le ocurra para cubrir con una leve pátina de legalidad lo que hace. Mañana, cuando sea presidente, por razones de indignidad nacional, voy a “resolver dar de baja los beneficios” del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) para el saqueo de los recursos naturales, de la Ley Galperin 27.570 que reduce un 70% los impuestos a corporaciones transnacionales, la reducción de Bienes Personales que beneficia al 1%, las modificatorias de Videla a la ley de arriendos rurales con la que la burguesía rentista —a la que Caputo mandó acertadamente a ver polo y hacer turf— responde a un productor que le pidió que baje las retenciones. Todo sin ir a la Justicia ni pasar por el Congreso.
Se me ocurren tantas ideas. Mañana puedo “resolver dar de baja los beneficios” que tuvieron todos: Ángelo Calcaterra (IECSA), Paolo Rocca (Grupo Techint), Aldo Roggio (Grupo Roggio), Carlos Wagner (Esuco S.A.) y todos los muchachos de la causa Cuadernos. Mañana puedo revocar el régimen de Tierra del Fuego porque su máximo beneficiario —Caputo— me parece indigno y poco honorable. Mañana puedo “resolver dar de baja los beneficios” ¡de todos los blanqueos! Qué lindo todo eso. Cuántas casas, escuelas, clubes y hospitales podríamos hacer para los humildes. Nos sobra para el Salario Básico Universal, la urbanización de los barrios y la reforma agraria… todo con una resolución.
Mejor no pienso más, porque me empieza a gustar, vuela mi imaginación, los decretos se redactan en mi mente y vos ya sabés, Javier, cómo funciona la tentación autoritaria. Primero un decretito, después otro y de repente asumiste la suma del poder público. Pero qué tentador, ¿no? Las cosas que haríamos con el predio que se choreó la Sociedad Rural en Palermo durante el menemismo, con las tierras que se afanó Mercado Libre en el Mercado Central durante el macrismo, el Lago Escondido donde se van de festichola los del triángulo de hierro (jueces, servicios, medios). Después, a llorarle a Milei y Pettovello, porque cuando rige la ley del más fuerte, la tortilla después se da vuelta y andá a cantarle a Gardel.
JG/JJD