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SOY GORDA (ESEGÉ)

Rosa, Rosa tan maravillosa

Sandro, el gran show

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Dicen que el divorcio y la mudanza son de los rituales de pasaje más intensos y estresantes. Como para algunos viajar en avión.

-Por lo visto, antes de despegar reducen el nivel de oxígeno en la cabina para adormecer a la gente -me explicó-. Así que no deberían quejarse cuando da resultado. Tengo un amigo que pilota estas máquinas. Fue él quien me lo contó.

El que habla es el vecino de asiento de Faye, una escritora que viaja a Europa para promocionar el libro que acaba de publicar. Es apenas un fragmento de la novela Prestigio, de la canadiense Rachel Cusk.

Faye conversa con el hombre con el que viaja, un desconocido, quien le cuenta sobre la noche espantosa que acaba de atravesar enterrando al perro de la familia. La muerte de un ser querido, la mascota lo es, es otra de las causas de intensidad y estrés, como las separaciones y cualquier tipo de cambio radical.

Leo los epígrafes que eligió nuestra Inés Garland para la breve y hermosa nouvelle Una vida más verdadera, que devoré y luego degusté hace unos años. Lo que es poderoso es el destello de una vida más verdadera (James Salter). Quizás sólo la ruina podría dar/ la medida exacta, así como la muerte está/ en la balanza con el nacimiento,/ y la ignorancia con el amor. (Sharon Olds)

Nunca son arbitrarias las elecciones. Ni al escribir, ni al decidir separarse. Tampoco las mudanzas, aunque en todos estos actos haya pequeños impulsos previos que ayudan a reconfigurar las obras. Porque narrar, poetizar, distanciarse de alguien o cambiar de vivienda son formas de obrar, de construir algo nuevo a partir de experiencias anteriores.

Extraño mucho a la que fui con vos./ No me la encontré nunca más./ Y al que eras vos conmigo/tampoco me lo encontré nunca más.

La narradora de Garland va en busca de una verdad que pulsa por aparecer en el futuro y aunque en parte se ancla en el pasado con un otro, abre todas las preguntas que un presente novedoso ofrece en los términos del amor, de la existencia compartida.

¿Quién no ha sufrido como consecuencia de un vínculo amoroso?

Y ese dolor, ¿es sólo causado por dificultades personales? ¿Es culpa del otro? O, mejor, ¿no es, además de las responsabilidades que nos caben, efecto de las fuerzas que emanan de la naturaleza de lo social y las instituciones propias de este tiempo? La explicación sociológica la investiga la marroquí Eva Illouz en un volumen de 364 páginas que Capital Intelectual y Katz publicaron en 2012, Por qué duele el amor. Un libro que va a la matriz cultural que constituye el núcleo de la modernidad y contabiliza sus enormes dificultades, en el plano del deseo y del amor.

El 19 de abril de 1943, Mordejai Anilevich, un muchacho nacido en Varsovia, está en estado de alerta.

Había vuelto a su ciudad en 1940 con su novia Mira Fuchrer, donde organizó grupos guerrilleros en el Gueto. También elaboró publicaciones clandestinas, armó reuniones y seminarios con sus compañeros, y viajó a otras ciudades para establecer contacto con distintos grupos insurgentes.

En el verano de 1942, Mordejai estaba en el suroeste de Polonia - entonces anexado a Alemania, como Provincia de Alta Silesia-, intentando darles forma a las fuerzas defensivas judías. Cuando regresó a Varsovia, descubrió que había ocurrido una deportación masiva de judíos al campo de exterminio de Treblinka, y solo 60 mil personas de las 350.000 originales permanecían en el Gueto. Se unió a la ŻOB, y en noviembre fue elegido comandante en jefe. A inicios de 1943, estableció comunicación con el Armia Krajowa, el Ejército Territorial Polaco, y recibió armamentos de este grupo polaco exiliado.

Los alemanes lanzaron su contraataque contra el gueto, logrando reducir a la resistencia judía. Sin embargo, los defensores de ese territorio cercado siguieron escondiéndose en los desagües y los sótanos, aunque ya sin una resistencia organizada.

El 18 de enero de 1943, los nazis intentaron concretar el segundo envío deportando a los judíos restantes a los campos de concentración, pero la ŻOB y la ŻZW los expulsaron. Acá, Anielewicz jugó un papel fundamental dando inicio al levantamiento del Gueto de Varsovia.

El 19 de abril los alemanes lanzaron su contraataque, logrando reducir a la resistencia judía. Pero los defensores del gueto siguieron escondiéndose en los desagües y los sótanos del mismo, aunque ya sin presentar una resistencia organizada.

El 8 de mayo, Mordejai, Mira y otros líderes de la resistencia se suicidaron en su búnker del Gueto.

Aprendo con la docente, poeta, fotógrafa y guionista Andi Nachon el sentido de una constelación léxica en un poema. Se trata de que cada  palabra sea el centro de un conjunto de vocablos con la potencia de asociar imágenes, sonidos e ideas.

Escribo combate - poder - lo pequeño - dolor - alegría - splash. Anteceden a las separaciones y además las atraviesan. Intento: Y un día descubrí que la escritura es poder/ Poder poderoso/ No el que corrompe ni el que mata/ No el absoluto/ Poder splash/ El del judío errante./ El expulsado Baruch/ Escribe en la escritura descansa del combate/ se consuela y sosiega mientras intenta algo que lo sustraiga de la desdicha/ aunque a veces/ una pequeña idea se agiganta y devora todo./ La alegría y el dolor en su movimiento acompasado/ crean el misterio de lo bello.

Releo y observo que al texto le falta un anclaje territorial. Hannah y Marror, como Baruch y Samid, son forzadas a exiliarse de su lugar. Empiezan a vagar en busca de un espacio propio. Van con sus familias, luego solas. Las han separado. De su presente, de su origen, de su modo de producción, circulación y consumo. Pero llevan sus músicas medio orientales, se mecen en ellas. 

Anoche fui a ver y a escuchar Sandro, el gran show, invitación del amigo y sonidista Toni Rodríguez. Un show magistral que trae la magia de El Gitano, aquel de América debatiéndose entre Roberto y su nombre en el arte. Lo dirige Ana Sanz y le agradezco al amor de adolescencia de Irene ese par de ubicaciones privilegiadas en la platea del teatro Coliseo.

Me cuenta algo que nunca supe o no recordaba. “Tu padre sabía que yo pasaba hambre y me dio de comer. Él entendió todo”. Evocamos juntos a Isaac, haciendo teatro en el Margarita Xirgu de San Telmo. Lo traemos a otra sala, en la que ahora escucho claras y distintas las voces de Alan Madanes, Nacho Pérez Cortés, Sofía Val y Malena Rossi, quienes danzan junto a un cuerpo de bailarines y un conjunto de músicos en vivo. El elenco tiene incontables cambios de vestuario (los diseños pop son espectaculares) y la iluminación es híper creativa. El espectáculo, codirigido por Julio Panno, cuenta la historia de un muchacho que se enfrenta al desafío de interpretar los temas del ídolo de Bánfield, aquel soñado por “las nenas”, destinatario de miles de bombachas por su estilo tan sensual y propio.

Hoy, vuelvo a mirar en el celular los avisos de las inmobiliarias. Busco un pehache para abrir la puerta de entrada a una nueva etapa. Si algo ha de morir... Sí, algo ha de morir.

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