De San Petersburgo a Gustavo Petro

5 de agosto de 2023 16:44 h

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Aunque la distancia es corta, de la tarde a la mañana el constructivismo del encuentro nos resulta transparente, translúcido. Sin embargo, en la décadas argentinas de 1930 y de 1940, los textos de Geografía Mundial publicados por la editorial H.M.E. de primor gráfico, tipográfico y cartográfico insuperados aunque no insuperables, insistían en reunir en la misma comparación a las tierras feraces de las llanuras pampeana y ucraniana por el único grosor de sus capas de humus. El lugar común donde confluían estos libros no era creación de la casa Hermanos Maristas Escuelas. El tópico era más difundido, y estaba mejor aceptado. Había dos graneros del mundo, dos grandes productores de cereales cuya bonanza dependía año a año del mejor o peor éxito de sus cosechas de trigo. De los dos, había uno que era de las tierras de la libertad, porque era marítimo, con puerto de salida en el Océano Atlántico; el otro, contintental, y por tanto encerrado en terreno autocrático, tenía su puerta de salida en el Mar Negro, lejos de las abiertas aguas de los océanos. (Una contraposición que en la segunda posguerra mundial, y no es casual que lo fuera desde Bruselas, sede de la OTAN, desarrollaría con esquematismo y minuciosidad el historiador belga francófono Jacques Pirenne en los siete volúmenes de Las grandes corrientes de la historia universal, 1947-1959). Los dos graneros de mundo expuestos a las sequías, como la que hoy sufre la República Argentina nacida de 1952, pero uno sólo a las guerras de potencias siempre apellidadas autocráticas, como la flamante República Ucraniana nacida un siglo y medio más tarde, en 1992.

Un año y medio de guerra en Ucrania

Como se ha oído o leído en los medios casi semana a semana después de que en la última de febrero de 2022 el Kremlin diera a conocer el inicio de una operación militar especial en suelo ucraniano, también en esta primera semana de agosto de 2023 coinciden muchos análisis sin duda bien fundados en el advertirnos de que nos hallamos ante el umbral de una nueva fase del conflicto, por cierto más compleja que la que dejamos atrás en los últimos siete días de julio, más compleja a su vez que la de los penúltimos.

Más que descollar por sus novedades, estos análisis brillan por su fidelidad a dos frases de estructura paralela y análoga significación: Rusia no consiguió, Ucrania no logró... Generalmente, en este orden, para colocar, por delante, a una Rusia malograda.

'Sólo el malo está solo'

O eso afirmaba el ilustrado editor de la Enciclopedia (1751-1765). El filósofo francés hijo de un cuchillero fue amigo personal aun de la zarina Catalina la Grande II, lectora de los 17 tomos del gran best-seller prerrevolucionario europeo. Denis Diderot visitaba a la déspota sólo a ratos ilustrada en la aún flamante, ostentosa San Petersburgo. Cuando Vladimir Putin nació en 1952, la capital imperial erigida en 1703 por el zar Pedro el Grande se llamaba Leningrado desde 1924, en honor a Lenin, el líder bolchevique del que era tocayo y que en 1917 había derribado al zarismo.

Fue en la ciudad natal del presidente ruso -rebautizada San Petersburgo por un plebiscito de 1991, ya disuelta la Unión Soviética-, que entre el jueves 27 y el viernes 28 de julio sesionó la Cumbre Rusia-África 2023. El encuentro demostró que en tiempos de guerra en Ucrania y de convulsiones militares en África, dos escenarios bélicos donde combatieron y combaten las tropas mercenarias de la empresa rusa Wagner, no está solo el gobernante ruso. Ni están solos los flamantes gobiernos golpistas africanos. Tienen amigos en la Federación Rusa, y en otros países de África.

Rusia, el granero del África…

“Amigos”, se dirigió Vladimir Putin a los jefes de Estado africanos presentes el 28 de julio en la sesión plenaria de la 2ª Cumbre Rusia-África. Dos son los males, resumió el presidente ruso, que amenazan al continente amigo: el hambre y el terror. Y para los dos ofrece vías y recursos de curación la amiga Federación Rusa: granos y armas. 

En el contexto bélico inmediato de la auto exclusión rusa del acuerdo que permitía a Ucrania exportar cereales desde los puertos del Mar Muerto, el presidente ruso destacó los once millones y medio de toneladas de cereales que Rusia desembarcó en los puertos africanos en 2022, y en los diez millones de toneladas que desembarcó en las mismas orillas en sólo el primer semestre de 2023. El último jueves de julio, un día antes de la alocución de Putin, el gobierno ruso había anunciado la cercana entrega sin costo a seis países africanos, en el marco del programa de alimentos de la ONU, de entre 25 mil y 50 mil toneladas de grano a cada uno de ellos.

y su arsenal también

También ratificó Putin la continuidad de todos los planes de armamentismo y defensa nacional en curso con cuatro decenas de Estados africanos. Tanto en la dotación de armas y la reposición de pertrechos y municiones como en los programas de asistencia y entrenamiento militar. El presidente ruso se congratuló de que en un futuro próximo pudiera funcionar la embajada de Moscú en Guinea Ecuatorial, país exportador de petróleo en la costa atlántica del África, ex colonia española independizada en 1968 cuyo presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo gobierna desde 1979. También en Burkina Faso, cuyo presidente habló en el plenario de la Cumbre Rusia-África inmediatamente después de su colega ruso, muy pronto la Embajada de Moscú funcionará a pleno. 

En la foto de familia de la Cumbre Rusia-África 2023, el septuagenario ex espía Putin posó sonriente a lado de Ibrahim Traoré, el treintañero capitán del Ejército que el 30 de septiembre se adueñó del poder en Burkina Faso. Desde hace 12 años, el oro es la mayor exportación de este país norafricano sin salida al mar. Cuando en 1960 esta ex colonia francesa se independizó de su metrópoli, lo hizo como República de Alto Volta. En 1984 cambió su nombre por Burkina Faso, amalgama de lenguas locales que significa Tierra de los Incorruptibles. La producción aurífera anual es de 70 toneladas. Desde diciembre, la empresa rusa Nord Gold sumó una cuarta concesión a las tres minas de oro que ya explotaba.  

Eres Petro, y sobre esta piedra

Nicolás Petro, 37 años, hijo mayor del presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que la campaña electoral de su padre recibió dinero de un hombre condenado por tráfico de drogas. El escándalo fingido de muchos medios hemisféricos sobreabunda en las notas del extremo más chirriante de su diapasón experto en sobreagudos por el hecho de que en el bogotano Palacio de Nariño gobierne un economista que es un ex guerrillero. Sin embargo, ya desde su bien elegido nombre, el único gobierno de izquierdas en más de doscientos años de soledad colombiana lo advertía. ¿El que avisa no traiciona? Al decirse, el Pacto Histórico lo decía, que escapar a los pactos y a la historia es difícil. Si ya lo dice también a su modo el prólogo del Evangelio de Juan (Jn 1, 10-11): una sola vez alguien escapó, y el mundo tampoco lo reconoció.

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