La política y periodista malvinense Teslyn Barkman, de 34 años, miembro de la asamblea legislativa de las Islas Malvinas, asegura en una entrevista con elDiarioAR que las nuevas generaciones, pese a que no vivieron la guerra 40 años atrás, siguen apoyando la ruptura total con la Argentina hasta que nuestro país no reconozca “su libertad y su derecho de existir”. Barkman equiparó la invasión de Rusia a Ucrania con la llegada argentina al territorio malvinense al asegurar que a los falklanders “la entrada del gobierno de Putin a las tierras ucranianas les recordó el desembarco argentino el 2 de abril de 1982, sobre todo por la indiferencia frente a la historia propia del territorio invadido”, y denunció irregularidades con respecto a la pasividad argentina frente a la pesca indiscriminada de embarcaciones chinas en la Zona Económica Exclusiva.
Desde las Islas Malvinas, a las que los habitantes denominan Falkland Islands, Barkman charló de manera telefónica, pese a la poca señal de internet que caracteriza a estos territorios insulares. Habló sobre las relaciones con el Reino Unido y con Chile, la posición frente a nuestro país y como los cambios en el gobierno argentino influyeron en la relación entre ambos territorios, y de la guerra entre Rusia y Ucrania.
¿Cómo cambió la relación entre el Reino Unido y las Islas Malvinas a lo largo de los últimos 40 años?
Antes de los ‘80, las cosas funcionaban aquí de manera muy arcaica: el Reino Unido administraba estas tierras como uno más de sus territorios de ultramar. Sin embargo, luego comenzamos un camino democrático: a partir de 1982, comenzamos a desarrollar nuestra economía, lo que nos hizo volvernos más independientes, hasta llegar a tener en 2009 una Constitución nueva, que sustituyó a la de 1985. La relación hoy con Londres es mutuamente beneficiosa en términos de ganancias materiales y no materiales.
¿Cómo describirías la relación entre la Argentina y las Islas Malvinas?
Yo diría que no tenemos relación con la Argentina, solamente tenemos ciertos temas que nos incumben a ambos sobre los cuales estamos en conflicto. En particular, la Argentina permite desde hace tiempo a las embarcaciones chinas pescar de manera indiscriminada en su Zona Económica Exclusiva (ZEE). Estimamos que hay cientos y cientos de buques chinos que pescan sin ningún tipo de regulación, no solamente dañando al medioambiente sino robando recursos que nos pertenecen a nosotros, además de que ellos obtienen de esta manera menos beneficios también. Deberían pensar en el costo-beneficio a largo plazo, no a corto plazo.
Se calcula la captura anual de unas 750.000 toneladas por parte de buques chinos, españoles, coreanos, taiwaneses, británicos y otros países que extraen recursos originarios de Argentina por un valor de US$ 4.000 millones. Sumado a esta cifra, los isleños extraen anualmente aproximadamente unas 250.000 toneladas de pescados argentinos por un valor de US $1.000 millones (N de la R).
Describirías entonces la relación con la Argentina únicamente en términos de una disputa por la pesca ilegal china…
Es un buen ejemplo que muestra cómo Argentina, en vez de actuar como un país “normal” que busca solucionar los problemas en conjunto, como la pesca ilegal, intenta socavar nuestros derechos, hace como que no existimos y los problemas siguen acumulándose y perjudicando a ambos. Lo único que logran es que tanto ellos como nosotros salgamos perjudicados, se terminan “cortando la nariz” (N de la R: “cut the nose”: término que en inglés se usa para referirse a que una persona, en el intento de hacer daño a la otra, termina dañándose a sí mismo). En la misma Constitución de Argentina se establece que nosotros no existimos: no podés esperar que alguien se siente con vos en una mesa a hablar cuando lo único que quieren es exterminarte.
¿Creés que los cambios en los gobiernos argentinos y en el color partidario del ejecutivo de turno influyen en la relación entre la Argentina y Malvinas?
No veo una diferencia drástica entre las políticas con respecto a Malvinas de los últimos presidentes, pero quizás Mauricio Macri era más económico, “más práctico”. Este gobierno, el de Alberto Fernández, nos hace todo más difícil.
¿Cómo es la relación actual con el gobierno de Chile? ¿Se espera un cambio tras la asunción de Gabriel Boric como presidente?
Esperamos mantener la relación, que tiene una larga historia. El vínculo con Chile es parte de nuestra historia y esperamos mantenerlo.
¿Qué opinan los malvinenses de la guerra de Rusia con Ucrania?
Los ucranianos están siendo invadidos y atacados, privados de su libertad y están pasando por un trauma muy grande. Cuando vemos esas imágenes, recordamos cuán asustados estábamos, recordamos lo que sucedió 40 años atrás. Rusia es un invasor y Argentina fue una invasora también en nuestras tierras. La humanidad de los ucranianos es la que está siendo atacada: no solamente bombas que dañan la integridad física de los ucranianos, sino también la historia misma de Ucrania está siendo atacada. Acá sucedió lo mismo. Argentina atacó a las Falkland Islands de manera integral: el territorio, la historia, a la vez que iba contando a la prensa internacional su versión de la historia.
¿Qué opinan las nuevas generaciones de la relación con Argentina?
En la Asamblea de Malvinas hay legisladores de distintas orientaciones políticas, algunos más de izquierda, otros más de derecha, unos más ancianos y otros más jóvenes que no vivieron en 1982. Pero a pesar de estas diferencias, cuando tu libertad se encuentra amenazada, todos nos unimos bajo las mismas ideas. Los jóvenes, que pertenecen a una nueva generación, también piensan que Argentina no puede de ninguna manera socavar nuestro derecho a existir.
¿Cómo caracterizarías el deseo de los malvinenses?
Solamente queremos ser libres, manejar nuestro país de la manera que nosotros queremos. Concentrarnos en la pesca, que es una actividad en la cual hacemos un muy buen trabajo. Tenemos una vida marina importante, de la cual queremos seguir ocupándonos. Es frustrante cuando debes recordarle a las personas tu derecho a ser libre. Pero lo tenemos: nadie conoce nuestro país como nosotros. Somos parte del ecosistema. Los falklanders somos personas con todas las letras.
AS/CC