A pesar de estar al frente de sus cargos ejecutivos hace apenas 15 meses, el historial de desencuentros públicos entre Sergio Berni, Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, y Sabina Frederic, al frente de la misma cartera, pero a nivel nacional, tiene más capítulos que los que, seguramente, hubiera esperado el presidente Alberto Fernández.
Cuando al materializarse este jueves la aparición en Luján de la nena de 7 años que había desaparecido el lunes en Ciudad de Buenos Aires, Berni estalló frente al representante de Frederic, su secretario de Seguridad, Eduardo Villalba, pocos se sorprendieron. La tensa relación entre ambos funcionarios clave tiene muchas aristas. Opiniones y puntos de vista a veces diametralmente opuestos frente a situaciones en las que, lejos de primar decisiones y estrategias conjuntas entre Nación y Provincia, se sacan chispas.
Frederic es antropóloga y una estudiosa de las fuerzas de seguridad, con quienes compartió 15 años de investigación que coronó con su libro La Gendarmería desde adentro. Tras sus pasos como funcionaria, primero en la cartera de Defensa y luego, en la de Seguridad durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, desembarcó con Alberto Fernández al frente del Ministerio en diciembre de 2019.
Berni es médico, militar, abogado y arrancó su carrera política de la mano de Néstor Kirchner a comienzos de los ´90, en Santa Cruz. Pasó por Desarrollo social durante la gestión de Alicia Kirchner, asumió como senador bonaerense en 2011, fue secretario de Seguridad en el segundo mandato de Cristina bajo la tutela de Nilda Garré, hasta llegar a ministro de Seguridad de la gobernación de Axel Kicillof.
Desencuentros
Desde las primeras decisiones de Frederic al frente de Seguridad nacional, surgieron los chispazos con Berni. La ministra derogó cinco protocolos de la gestión anterior, a cargo de Patricia Bullrich:
Eliminó la que se conoció como “doctrina Chocobar”, puesta en funcionamiento desde el 27 de noviembre de 2018, que permitía a las fuerzas de seguridad disparar sin dar la voz de alto ni considerar los principios de proporcionalidad, racionalidad, excepcionalidad y progresividad del uso de armas de fuego.
El uso de las pistolas Taser, decreto del 2 de mayo de 2019, que permitía el empleo de armas electrónicas no letales que, ahora, solo podrán ser usadas por miembros de las fuerzas especiales para casos de extrema gravedad.
Sacó del ministerio el Servicio Cívico Voluntario en Valores, establecido por Bullrich el 15 de julio de 2019, dirigido a la capacitación y formación de jóvenes de entre 16 y 20 años de edad, una capacitación que pasó a la órbita del ministerio de Educación y Desarrollo Social.
Derogó lo que se llamó “Ofensores en Trenes”, puesto en vigencia el 18 de octubre de 2019, que permitía a las fuerzas de seguridad exigir el documento de identidad a personas y detenerlas si no lo poseían.
Dejó de lado el proyecto de un Centro de Formación de Gendarmes, dispuesto por la gestión anterior el 18 de octubre de 2019, que establecía la creación de un centro de formación en el Complejo Turístico de Chapadmalal.
Berni no comulgó con algunas de estas decisiones. Por caso, él defendió en reiteradas ocasiones el uso de las pistolas Taser.
En este año y monedas de compartir la gestión en sus respectivos gobiernos y un espacio en el Frente de Todos, Berni salió cuantas veces pudo a enfrentar ante las cámaras de televisión a la ministra Frederic. Sin tapujos y con palabras altisonantes, el mandamás de la Seguridad bonaerense cuestionó el trabajo de su par de Nación en los diferentes temas que sacudieron a la opinión pública durante la pandemia.
No coincidieron en el manejo de los controles de circulación cuando se estableció, hace un año, el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio. Con Berni, casco de moto en mano, en Puente La Noria desafiando a las fuerzas de seguridad, intentando poner orden en medio de un caos vehicular mayúsculo, como imagen más gráfica del momento.
Se enfrentaron por la presencia de la Policía Federal y Gendarmería en territorio bonaerense (“Nos dejan solos”, reclamó el funcionario en muchas ocasiones). Con idas y vueltas y un intento de acercamiento de parte de Kicillof, que no llegó a buen puerto tras la frase de Frederic: “¿Qué vas a hacer, vas a desenfundar o me vas a atacar por ser mujer?”, ante a la vehemencia de su interlocutor en una de las pocas veces que estuvieron frente a frente.
También los situó en veredas opuestas el otorgamiento de prisiones domiciliarias a presos en el marco de los contagios de coronavirus, una medida que había sido avalada por el Gobierno nacional. En esa ocasión, Berni dijo: “Si dependiera de mí, no sale ningún recluso”.
Las ausencias de Berni en el Consejo de Seguridad Interior, que reúne periódicamente a Frederic con los ministros de Seguridad provinciales, también generan malestar en Nación.
La muerte de Facundo Astudillo Castro con sospechas de responsabilidad de las fuerzas de seguridad generó el enojo de la Ministra, quien cuestionó que fuera su cartera la que tuviera que dar explicaciones en el Congreso nacional, mientras que Provincia no había sido convocada por la legislatura bonaerense, territorio en el que ocurrió la muerte del joven.
El conflicto con la Policía de la provincia de Buenos Aires, con paro de las fuerzas incluido y que finalizó con una quita en la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires para hacer frente a las mejoras negociadas por Nación, también expuso estilos diferentes del manejo de situaciones conflictivas.
Hasta llegar a la crisis más explosiva, la última, cuando este jueves el ministro Berni, tras la aparición de la niña que había desaparecido tres días atrás en CABA y fue encontrada en Luján junto a su captor tras una intensa búsqueda de las fuerzas policiales de cada distrito al activarse el “Alerta Sofía”, agredió al secretario de Seguridad de Nación, Eduardo Villalba, y los acusó tanto a él como a Frederic, en conferencia de prensa (y junto al responsable de Seguridad de CABA, Diego Santilli), de “hipócritas, inoperantes e inútiles”, y de “aparecer solo para las cámaras”.
Los chispazos se suceden, el trabajo no parece estar consensuado y el distrito con más déficit de seguridad del país, por amplitud y diversidad de delitos, parece un hervidero constante en materia de Seguridad. Mientras los cruces entre Frederic y Berni, con sus estilos opuestos, se suceden con asiduidad, las tensiones generadas cobran fuerza en las agendas de Alberto Fernández y Axel Kicillof. Y todo apunta a que, en algún momento, uno de los fusibles deberá saltar.
IG