“Perdón la demora, dimos vuelta por todo Miami”. Así tuvo que presentarse Patricia Bullrich este lunes en la Florida International University (FIU), donde un atraso involuntario de más de una hora la obligó a excusarse al inicio de una exposición a la que fue invitada para hablar de “seguridad jurídica”.
Con traje de candidata, la titular del PRO se tomó un respiro de la interna amarilla y realizó una gira exprés a Miami, donde mezcló promesas de campaña con críticas al kirchnerismo. El viaje a Estados Unidos le ocupó apenas las últimas 48 horas, en las que también aprovechó para visitar a un grupo de nicaragüenses expatriados por Daniel Ortega.
“Es una de las promesas más grandes del futuro de Argentina. Es la candidata más importante en este momento”, la presentó Eduardo Gamarra, profesor de relaciones internacionales en la FIU. “El rol de ministra de Seguridad es lo que la opinión pública destaca, por la valentía que tuvo en enfrentar al narcotráfico, que es hoy uno de los problemas más serios de la Argentina”, la elogió. Bullrich había sido invitada por el Inter-American Institute for Democracy y el Adam Smith Center for Economic Freedom, un think tank creado por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, el republicano que busca disputarle la interna del partido a Donald Trump de cara a las presidenciales de 2024. La conferencia pudo seguirse en vivo por YouTube.
En ese marco, la ex ministra de Seguridad habló con certeza de que ganará las próximas elecciones y remarcó: “El kirchnerismo es un régimen corporativo, populista, de status quo, que quiere hacer la ley a su manera, donde se creó una enorme fábrica de pobres y la seguridad jurídica es sólo la palabra de los gobernantes. En esa situación vamos a tomar el gobierno”.
“Las dictaduras tienen un camino paralelo al populismo”, dijo Bullrich, aunque evitó darle esa connotación autoritaria a la gestión del Frente de Todos. Se mostró preocupada por “la crisis del gobierno de las leyes” a nivel global y planteó: “Los regímenes construyen una ley que está por fuera del marco general jurídico o constitucional. Y eso genera inseguridad jurídica y ruptura de los valores democráticos”.
La precandidata presidencial del PRO usó algunos ejemplos de la política vernácula para asentar sus ideas. Recordó intenciones del kirchnerismo de que los jueces también fueran elegidos por el voto popular en las elecciones, así como el proyecto de ampliar la Corte Suprema a 25 cargos, uno por cada provincia y el restante elegido por la Casa Rosada –el año pasado tuvo media sanción en el Senado–. Incluso hizo mención a la condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa de Vialidad, cuyos fundamentos se conocieron la semana pasada. “La respuesta de la vicepresidente fue el desconocimiento de la ley. Ella no reconoce a la Justicia como un instrumento en el que todos tenemos que confiar para que el país pueda funcionar”, le endilgó.
Bullrich prometió que si llega a ganar las elecciones va a proponer una “descontaminación normativa” en el marco legal del país. “En Argentina tenemos más leyes que derogar que dictar, porque la cantidad de leyes que hay se enredan entre sí”, explicó. “Uno contamina las leyes para que la corrupción pueda entrar por cualquier rincón. Por eso la ley tiene que ser clara, para que no puedan tener una doble lectura o tener atajos”, abundó.
La ex funcionaria de Mauricio Macri viajó a EEUU de la mano de Paula Bertol, ex embajadora ante la OEA y una de las puntales de su campaña electoral. También estuvo con su jefe de campaña, el legislador porteño Juan Pablo Arenaza.
“Hay que terminar con los operadores judiciales de los gobiernos”, dijo al momento de las preguntas cuando le consultaron qué primeras medidas tomaría para lograr seguridad jurídica. “Se entrometen”, comentó. Será un desafío, teniendo en cuenta que también el macrismo tiene sus vínculos aceitados con la Justicia, como el conocido caso de Daniel Angelici o los chats difundidos entre el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro –actualmente de licencia–, y Silvio Robles, vocero del cortesano Horacio Rosatti.
También planteó impulsar una ley de protección de las inversiones. “Nos gustaría tener un estatus mayor, pero todavía no queremos tocar la Constitución”, sugirió. Y, por último, dijo que va a prohibir que el Banco Central emita pesos y financie el Tesoro. “Eso va a permitir bajar la inflación y un camino de certeza para que el dinero vuelva a los bancos”, aseguró. “No hay desarrollo sin seguridad jurídica”, había dicho antes, y puso como ejemplo el caso de Perú, que pese a su crisis política tiene hace 14 años al mismo titular de su banco central. “Nos gustaría ser como Perú”, dijo. “No es el mejor ejemplo por su caída de presidentes, pero mantuvo una columna vertebral de estabilidad económica”.
Bullrich también aprovechó el viaje para encontrarse este domingo con Silvio José Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Nicaragua, que fue recientemente expulsado del país por Ortega. El régimen liberó y expatrió a 222 presos políticos, a los que también les quitó su ciudadanía. La precandidata también participó de un evento convocado por la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (CPDH).
MC