La tragedia de Once, ocurrida hace una década, tiene 22 condenados durante dos juicios orales y públicos por dos delitos que gestaron el choque del tren Chapa 16 del ferrocarril Sarmiento, el 22 de febrero de 2012, a las 8.33 de la mañana. Sin embargo, de acuerdo con los documentos, fallos y testimonios consultados por elDiarioAR, un capítulo judicial, en el que ya intervinieron al menos ocho jueces federales, sigue sin cerrarse.
Durante los últimos diez años, tres de los jefes de los bomberos de la Policía Federal Argentina (PFA) que rescataron aquel día a más de 700 de heridos y recuperaron los cuerpos atrapados de 52 víctimas fatales cargan con una acusación por supuesto incumplimiento de los deberes por el retraso en el hallazgo del cuerpo de la víctima 52: Lucas Menghini Rey, de 20 años.
Al momento del accidente de Once, Menghini Rey viajaba en una cabina auxiliar del conductor, en el cuarto vagón del tren, un espacio en el que estaba prohibido viajar pero en el que los pasajeros del Sarmiento encontraban refugio de los vagones abarrotados de personas en hora pico. Solían ingresar a estas cabinas vacías porque la empresa TBA no las había clausurado, según surgió en el juicio.
Menghini Rey murió tras el impacto, cuando el tren chocó contra la cabecera del andén, según estableció la autopsia, por lo que el hallazgo del joven antes de tiempo no le hubiese salvado la vida, aseguró Paolo Menghini, su padre, en diálogo con elDiarioAR.
El resto de los pasajeros del cuarto vagón se salvaron, incluso pudieron autoevacuarse, según consta en la sentencia del juicio a los bomberos, pero la cabina quedó aplastada por el tercer vagón, producto del acaballamiento entre vagones que generó la maniobra de freno, la falta de mantenimiento del ferrocarril y su refacción con elementos más baratos y de materiales que no correspondían, de acuerdo con la sentencia del juicio oral y público por la Tragedia de Once.
Menghini Rey fue hallado el 24 de febrero a las 18.20 horas (aproximadamente cincuenta y ocho horas después del impacto) ¿Por qué no fue hallado el día del siniestro? ¿Por qué no fue hallado al día siguiente, el 23 de febrero, cuando los bomberos continuaron con la búsqueda del joven desaparecido? ¿Qué sucedió realmente durante esos tres días, hasta que el bombero Raúl Abuin dio con sus restos?
Paolo Menghini y María Luján Rey son querellantes en el caso contra los bomberos y sostienen desde hace diez años que los rescatistas incumplieron con su deber y que no quisieron buscar a su hijo, cuyo cuerpo sin vida se encontraba en un sitio de fácil acceso, según sostuvieron en el juicio. Los bomberos sostienen que hicieron todo lo posible por dar con el joven fallecido.
El fiscal federal Federico Delgado estableció en 2018 que fue el juez Claudio Bonadio quien había dado la orden de detener la búsqueda el 23 de febrero por temor a que la utilización de una sonda para determinar la ubicación de restos cadavéricos alterara el estado de los vagones antes de las pericias oficiales que debían determinar la causa del siniestro, según las actas policiales analizadas en la causa. Delgado solicitó que se cite a declarar a Bonadio como testigo pero eso nunca sucedió. El fiscal luego pidió las absoluciones de los bomberos.
En abril de 2018, la jueza federal María Servini decidió absolverlos, según consta en los documentos consultados. Sin embargo, el juez Juan Carlos Gemignani, de la Cámara Federal de Casación, anuló el fallo de Servini y le ordenó revisar la sentencia absolutoria. Eso sucedió en noviembre de 2018. Se espera una pronta definición de Servini, para quien no existen pruebas de que los bomberos no hayan tenido la intención de buscar y encontrar el cuerpo de Menghini Rey, afirmó a elDiarioAR una fuente judicial del caso.
El caso
Durante 2012, el primer juez del caso, Claudio Bonadio, quien investigaba las causas de la tragedia de Once, formó un nuevo expediente sobre la búsqueda de Menghini Rey y avanzó contra siete bomberos. Perfil publicó ese año un acta policial fechada el 23 de febrero, a las 13 horas, en la que el comisario Sergio Gustavo Aguilar, jefe de la División Sarmiento, dejó asentado que los policías y bomberos dejaron de buscar a Lucas por “orden de Su Señoría”.
Según el acta, que forma parte del expediente de la tragedia de Once, los bomberos le ofrecieron a Bonadio instalar una sonda para “encontrar restos cadavéricos” pero el juez lo rechazó y pidió que “no se modifique la escena hasta que no se hicieran las pericias de rigor”, según consta en el documento policial que constaba en el expediente madre de la tragedia.
El 23 de febrero, el superintendente de la División de Bomberos ordenó a su tropa que fuera a revisar nuevamente los vagones, pero cuando llegaron al andén número 2, una guardia de la Policía Metropolitana impidió las tareas. Quedó registrado en otra acta, a las 10.31, que también constaba en el expediente que llevaba adelante Bonadio. El juez había ordenado que nadie tocara los vagones. Los bomberos aguardaron la llegada del juez para supuestamente convencerlo de continuar con la búsqueda de Menghini Rey y el encuentro quedó registrado en las cámaras de seguridad del andén, aunque sin sonido.
El 5 de octubre de 2012, la Cámara Federal porteña apartó a Bonadio del caso de los bomberos. Los jueces Martín Irurzun, Eduardo Farah y Eduardo Cattani sostuvieron que resultaba “prudente” apartar del conocimiento de dicha investigación al juez “a fin de aventar toda duda sobre el lugar desde el cual desarrolla la encuesta” y remitió la causa para que se sortee un nuevo juez “que habrá de continuar interviniendo con la celeridad que el caso exige”.
El juez federal Ariel Lijo quedó a cargo del expediente y procesó a los siete jefes y superiores que habían participado en el operativo de rescate de heridos y víctimas fatales. El 5 de febrero de 2014, uno de los bomberos procesados, Leonardo Day, murió mientras intentaba apagar el incendio del depósito de la empresa Iron Mountain, en el barrio de Barracas. Una pared se desmoronó sobre él y otros nueve bomberos que integraban el operativo.
Day había sido el primer jefe de bomberos en llegar a Once la mañana de la tragedia y quien organizó el operativo de rescate, según relató uno de sus compañeros a este medio. Era comisario y jefe de cuartel. “La familia bomberil de todos los cuarteles, todos decíamos lo mismo, que era una injusticia total” para los jefes enjuiciados, dijo a elDiarioAR Luis Díaz Gauna, amigo y colega de Day, y bombero sobreviviente del incendio de Iron Mountain. “Leo se deprimió mucho. Estaba muy dolido, estaba muy triste. Estaba desahuciado” por la causa en su contra, dijo Díaz Gauna.
Luego de su muerte, la Justicia federal sobreseyó a tres de los bomberos del caso Menghini Rey y envió a juicio a los tres superiores que integraban el grupo de procesados: Carlos Alberto Medina, Omar Alberto Vacca y a Raúl Héctor Abuín por el supuesto delito de violación de los deberes de funcionarios públicos. En noviembre de 2015, el juez Lijo envió el caso a juicio.
Casi dos años más tarde, la jueza federal María Servini debió llevar adelante el juicio oral, que se extendió en cinco audiencias. En el fuero federal penal, determinados casos continúan siendo juzgados con el código viejo, cuando los jueces y fiscales de primera instancia se turnaban para realizar los juicios.
La querella
La querella, integrada por los padres de Menghini Rey, sostuvo que los acusados no habrían revisado la totalidad del tren, como se los exigía el “Plan de Acción Coordinada Argentina” y que “por protocolo” exigía “que ordenasen a sus dependientes el ingreso a la cabina. ”No hubo torpeza por no saber buscar sino que, en realidad, no hubo búsqueda cuando el achatamiento de la cabina era visible desde el terraplén de la vía 1, desde su andén, y desde el interior del tren“, aseguraron.
Paolo Menghini dijo a elDiarioAR que cree que el expediente debería remitirse a un nuevo juez y un nuevo fiscal. Sostiene que los bomberos son “los responsables de haber dejado abandonado el cuerpo de mi hijo 60 horas arriba de un tren”. Sobre las actas que demostrarían que cumplieron orden de Bonadio, Menghini sostuvo: “Lo que queda claro en todo el desarrollo de la investigación es que los bomberos son auxiliares de la Justicia. Cuando el juez detiene la búsqueda es a instancias de lo que los propios jefes del operativo le dicen”.
“El lugar donde estaba Lucas -sostuvo Menghini- era absolutamente accesible desde el exterior. Lucas entra por un lugar que tendría que haber estado cerrado y que estaba abierto. Y como no podía entrar al tren por la cantidad de gente que había, se mete ahí adentro. Primera responsabilidad de la empresa. Segundo, cuando ocurre lo que ocurre, la chapa (del tren) retrocede setenta centímetros aprisionando a Lucas. En el exterior hay una escalerilla de tres escalones para que los motorman se subieran en Castelar o en cualquier lugar donde hiciese trasbordo los Motorland. De hecho, cuando lo encuentran, lo hacen desde esa escalera. O sea, claramente ellos no revisaron”.
De la totalidad de las probanzas colectadas a lo largo del legajo, no logro encontrar certeza en la postura acusadora sino más bien, por el contrario.
“Es más, los vagones tres y cuatro fueron utilizados como morgue circunstancial el día de la tragedia y se iban depositando allí los cuerpos, con lo cual ellos pasaron por ese lugar una enorme cantidad de veces. Se veía desde el exterior y se podía acceder desde el exterior, con lo cual ellos no necesitaban ninguna sonda, ni ningún sistema extraño ni ultramoderno. Era subir tres escalones y mirar para adentro. Y no lo hicieron”, afirmó el padre de Menghini Rey. “Fue impericia”, agregó.
La absolución
La defensa, encabezada por Julián Orlando, letrado de la Federal, afirmó que los bomberos y el resto de los actores en ningún momento tuvieron la intención de no buscar a la víctima 52, como alega la querella. La fiscalía también apoyó esa postura, en base a las pruebas recolectadas.
En el juicio, Servini sostuvo que “no ha quedado acreditada” la responsabilidad de los acusados y las pruebas del expediente sólo le dejaron dudas “la existencia de culpabilidad” y “si omitieron la búsqueda adrede, con conocimiento de la ilegalidad de su conducta”. “De la totalidad de las probanzas colectadas a lo largo del legajo, no logro encontrar certeza en la postura acusadora sino más bien, por el contrario, una serie de indicios que, dada su falta de univocidad, resultan indicadores de una posible negligencia, si se quiere torpeza o inexperiencia en las tareas de salvamento que se desarrollaran el día del accidente, pero en modo alguno advierto la configuración del dolo específico reclamado”, escribió la jueza.
De haberse llevado a cabo una atenta y fina búsqueda, la inspección hubiera arrojado resultado positivo.
Casación
A finales de 2018, el juez Juan Carlos Gemignani revisó la sentencia absolutoria a pedido de la querella. En su fallo, el magistrado sostuvo que las absoluciones debían ser anuladas y que la causa debía regresar al juzgado de Servini, debido a la supuesta “valoración fragmentada de la plataforma fáctica” y por entender que el fallo “peca de fundamentación aparente”.
Gemignani citó el relato de uno de los testigos del juicio. El oficial de la Policía Federal, Nicolás Pablo Vega, quien participó de la búsqueda de Menghini Rey el 24 de febrero de 2012, había declarado: “Cuando hago la inspección exterior del cuarto vagón del tren, específicamente de la cabina del motorman, lo que observo es que el interior estaba aplastado, había algunos fierros retorcidos, instrumental volcado y llego a ver algo que podrían llegar a ser restos humanos. Recuerdo que vi una mochila, y detrás un objeto oscuro que podrían ser restos de un cuerpo en descomposición”.
El juez resaltó que si bien el testigo no respaldó la posición de la querella sobre que el cuerpo de Menghini Rey era fácilmente visible desde el exterior del tren, pero afirmó que sus dichos “dejan al desnudo que de haberse llevado a cabo una atenta y fina búsqueda, la inspección hubiera arrojado resultado positivo”, “más allá del innegable caos y confusión que en los albores del siniestro reinaba en el lugar del hecho debido a su magnitud y a las personas que resultaron heridas y fallecidas”, dijo Gemignani.
Desde entonces, la jueza Servini debe volver a analizar la prueba que en su momento la llevó a determinar que no había existido dolo por parte de los bomberos. A diez años de la tragedia, una fuente judicial del caso estimó que la magistrada volverá a emitir un fallo pronto.
ED