Un confuso incidente fue denunciado hoy por integrantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MoCaSE) quienes señalaron que una patota integrada por cinco hombres, uno de ellos armado y vestido con uniforme de la Policía de Córdoba, los amedrentaron mientras realizaban una asamblea en el campo La Martona, ubicado a 20 kilómetros de la localidad de Colonia Dora, una localidad ubicada a 176 kilómetros al sudeste de la Capital provincial.
Reyna González, una de las delegadas de La Martona, un campo de 18 mil hectáreas donde viven 420 familias que se dedican a la agricultura comunitaria y a la ganadería familiar contó a elDiarioAR que “estábamos realizando una asamblea de todas las delegaciones de los 24 departamentos de la provincia donde funciona el MoCaSE, para evaluar las negociaciones con las autoridades, cuando llegó una mujer, Noelia Berzano, que dijo ser empresaria agropecuaria. La mujer comenzó a reclamar que el campo era de su propiedad y decía que venía enviada por el diputado Juan Arsenio Sequeira. Con la mujer bajaron cinco hombres que nos insultaron y quisieron interrumpir la asamblea, cuando nos resistimos, uno de los hombres vestido con ropa de la Policía de Córdoba sacó un arma y nos amenazó”.
El diputado provincial Sequeira es el esposo de la intendenta de Colonia Dora, Marcela Mansilla; y ambos militan en el Frente Cívico de Santiago del Estero y responden al gobernador Gerardo Zamora, un aliado de la Casa Rosada.
Margarita Gómez, otra delegada del MoCaSE de la zona de Quimilí y que participaba del encuentro en La Martona agregó que “la asamblea había empezado cerca de las 7, porque teníamos una reunión con gente del Gobierno, en este campo viven 420 familias, cada familia tiene seis o siete integrantes y nos dedicamos a criar animales, vacas, chivas; a sembrar alfalfa y frutales, pero la sequía nos arruinó la cosecha. Cerca de las 10 llegó esta señora Noelia Berzano, vino con cinco hombres, llegaron en dos camionetas, una doble cabina con vidrios oscuros y una Kangoo. El que estaba vestido de la Policía de Córdoba sacó un arma y nos amenazó, tenía una identificación del Comando de Acción Preventiva (CAP). Como nosotros éramos más, había mujeres y niños, además de hombres; no pudieron romper la asamblea. En la cajuela de la camioneta negra polarizada encontramos la insignia de la Policía de Córdoba y bombas molotov, además de bidones con combustible”.
Reyna González dijo que los atacantes escaparon, pero que dejaron “las bombas y los bidones que los están analizando los de Criminalística”. Y su compañera informó que llamaron “a la Policía de Colonia Dora, pero nunca vino. Los que vinieron fueron los policías de Añatuya”. Colonia Dora está ubicada a 20 kilómetros del campo donde se realizaba la asamblea, mientras que Añatuya está ubicada a 40 kilómetros.
Ya en la comisaría de Colonia Dora, los integrantes del MoCaSE presentaron la denuncia formal contra la empresaria Berzano y los cinco hombres, y la investigación quedó a cargo de la fiscal Florencia Garzón de los Tribunales de Añatuya. Hasta ahora no hay imputados ni detenidos.
Tras enterarse de la denuncia mediática y judicial del MoCaSE contra la empresaria y sus acompañantes armados, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de la Ciudad de Córdoba (APDH Córdoba) señaló que “este tipo de ataques de grupos parapoliciales contra los campesinos organizados en asambleas es un atentado a la democracia y debe ser investigado por la Justicia hasta las últimas consecuencias”. Y agregó que “en caso de que uno de los atacantes, efectivamente, sea miembro de la Policía de Córdoba, la jefa de la institución, comisario general Liliana Zárate Belleti y el ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, deberán dar explicaciones a la Justicia por qué uno de sus subordinados actuó en este grupo de tareas. Y en caso de que no sea miembro de la fuerza, deberán dar explicaciones e investigar por qué vestía un uniforme e insignias de la Policía de Córdoba”.
La campesina Reyna González le dijo a elDiarioAR que “los trabajadores de la tierra tenemos un tratamiento de respeto a la naturaleza, hacemos agricultura y ganadería respetando el bosque nativo, el medioambiente y la biodiversidad. Estos empresarios quieren arrasar con nuestros proyectos cooperativos y colectivos e inundarnos con desiertos verdes de soja”.
GM