La declaración testimonial del presidente Alberto Fernández en el juicio oral y público contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner dejó contradicciones y preguntas clave sin responder. La expresidenta está imputada en este juicio por los presuntos delitos de administración fraudulenta y asociación ilícita en la adjudicación de obras a Lázaro Báez, exsocio de la familia Kirchner, en la provincia de Santa Cruz. La exmandataria, el empresario patagónico y el resto de los acusados han negado siempre las acusaciones en su contra.
El martes, ante el Tribunal Oral Federal número 2, Fernández declaró como exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner y Fernández de Kirchner y despegó a los exmandatarios de las imputaciones pero se contradijo en al menos tres cuestiones sobre las que ya se había referido en entrevistas televisivas y radiales, y que están directamente relacionadas con la actuación en el juicio, según argumentó el fiscal Diego Luciani durante el debate, y que se confirman tras analizar la transcripción realizada por elDiarioAR durante la audiencia que se transmitió en vivo por Zoom, con acreditación previa.
Cómo y cuándo conoció a Báez, el rol de los funcionarios públicos en la cartelización de las constructoras y las sospechas y advertencias de Fernández sobre la presunta corrupción en la obra pública que realizó en 2016 fueron los ejes de esas contradicciones.
Además, no respondió algunas de las preguntas que la fiscalía intentó realizar, debido a que el tribunal no las avaló ante los reclamos de algunas defensas.
Durante las declaraciones del juicio, las partes -abogados, fiscalía y querellas- tienen derecho a objetar las preguntas a testigos y acusados. De hacerlo, suelen argumentar el porqué de la objeción y luego el presidente del tribunal -en este juicio es el juez Jorge Gorini- decide si el testigo debe o no responder la pregunta. Si el fiscal o el abogado no está de acuerdo con la decisión del titular del tribunal, se consulta a los tres jueces que lo integran, quienes tienen la palabra final, por unanimidad o mayoría.
Las objeciones fueron una constante durante la audiencia del martes y gestó un clima de tensión durante la segunda parte de la testimonial, cuando el fiscal Diego Luciani comenzó su interrogatorio al Presidente. Ese clima no se había dado durante las declaraciones de otros exjefes de Gabinete que declararon antes que Fernández.
Sobre todos y todo
A mitad de su interrogatorio, el fiscal Luciani intentó preguntarle a Fernández por sus declaraciones en una entrevista radial que había brindado en junio de 2016, al día siguiente de que se dieran a conocer las imágenes de la cámara de seguridad del convento en el que López, exsecretario de Obras Públicas, arrojó bolsos con casi US$9 millones.
Tras varias objeciones de las defensas, el presidente del tribunal invalidó la pregunta. “Acá no se trata de confrontar lo que dijo en alguna nota sino el conocimiento técnico y concreto que le cabe como exjefe de Gabinete”, sostuvo el juez Gorini.
-¿Tengo derecho a agregar algo?- preguntó Fernández.
Tras el permiso del presidente del tribunal, el mandatario sostuvo: “Yo no recuerdo esa grabación, sinceramente, pero también tengo opinión sobre todo esto que está pasando y lo he dicho muchas veces públicamente, y tengo opinión particularmente sobre este juicio, y lo he dicho públicamente. Si lo que quiere el señor fiscal es conocer mi opinión sobre cómo lo veo yo, cómo todo ha transcurrido, yo encantado, le brindo mi opinión, es pública y notoria, pero lo que yo trato de evitar es que se segmenten las cosas, porque si no puede ser malinterpretado lo que yo he dicho y lo que digo”.
El fiscal insistió con su pregunta y pidió argumentar la razón por la cual sostenía que estaba directamente relacionada con el juicio. Entonces, Fernández debió retirarse momentáneamente de la sala de audiencias para no presenciar el debate sobre la pregunta y que pudiera condicionarlo como testigo.
Fernández ha dado numerosas entrevistas en las que habló de Báez, los Kirchner y la obra pública pero la fiscalía eligió una en particular, realizada por Albino Aguirre, en FM Cielo en 2016, al día siguiente de que el exsecretario de Obras Públicas José López fuera arrestado en la puerta de un convento con US$9 millones en bolsos y armas. Aguirre asumió como gerente de Noticias de la Televisión Pública en enero de 2021, es decir, un periodista y locutor que actualmente se desempeña en la gestión elegida por el gobierno de Fernández.
Este fue el argumento de Luciani: “Entendemos que la pregunta, incluso la extensión del audio resulta absolutamente pertinente en la medida en la que el testigo así se ha expresado sobre las maniobras que son objeto de juzgamiento en este debate y en la que ha hecho expresa referencia a dos personas que están imputadas en esta causa”. Tiene que ver, agregó Luciani, con “lo que el testigo pudo haber conocido en virtud de la función pública que desempeñó”. Ofreció exhibir el audio de la entrevista radial.
A continuación, el fiscal dijo: “Se refirió a cuestiones vinculadas a la obra pública”. Luego, Luciani leyó este extracto de los dichos de Fernández en la entrevista: “Lo que sucedió ayer fue un hecho bochornoso, espero que se esclarezca. Yo en mi texto de renuncia había incluido una frase donde le recomendaba a Cristina que aprovechara mi salida para oxigenar su gobierno. Oxigenar su gobierno era prestar atención a lo que estaba pasando en la obra pública”.
“¿Por qué lo hice? -dijo Fernández durante aquella entrevista radial- porque en ese momento empezaban los primeros atisbos de que algo estaba pasando en la obra pública. En ese momento fue la denuncia de Carrió, por ejemplo -se refiere al caso de presunta asociación ilícita entre los Kirchner, Báez y Cristóbal López- y yo soy de los que siempre creyó que cuando las cosas empiezan a sonar así en los gobiernos es mejor sacar la piedra del camino y seguir caminando”.
El fiscal siguió argumentando: “Me hace mucho ruido que los hechos han ocurrido en Santa Cruz porque toda la cuestión que se está discutiendo son obras en Santa Cruz y esto no es un dato menor porque es la provincia de Néstor, esta es la realidad”.
“Cuando se presentó el licenciado Lavagna -otro de los exfuncionarios citados como testigo en el juicio- y justamente se le consultó sobre circunstancias que había manifestado públicamente sobre irregularidades en la obra pública, nadie me objetó esa pregunta”. Y agregó los casos de otros dos testigos del juicio a los que se interrogó sobre sus dichos en redes sociales y medios de comunicación.
Los jueces del tribunal debieron debatir entre ellos para tomar una decisión que podría haber puesto a Fernández en el lugar al que el Presidente no quería llegar. Los magistrados Gorini y Basso votaron por invalidar la pregunta clave del fiscal, quien no pudo preguntar a Fernández sobre sus dichos. El juez Giménez Uriburu voto en disidencia.
En la entrevista, Fernández había dicho: “Yo en el texto de mi renuncia… lo que pasa es que todo es tan frágil, la memoria es tan frágil, y todo acá en la Argentina se vive con tanto vértigo… Me llama la atención que los periodistas muchas veces no repasen el texto de mi renuncia”.
-Y cuando usted le recomendó eso a Cristina… -le dio pié Albino Aguirre.
-Se enojó conmigo, se enojó conmigo. Estuve ocho años… acá la memoria es muy frágil… que lo pasé muy mal. Acá la memoria es tan frágil. Que la gente tenga memoria frágil lo puedo entender, pero los periodistas los discrimino un poco más. Se enojó tanto conmigo que durante ocho años la pasé mal y yo no sé si usted se acuerda, pero, ¿a usted nunca lo sacaron del aire, no? A mí me sacaron de C5N del aire. Y llamaban a los clientes míos de mi consultorio (se refiere al estudio jurídico) y le decían que era recomendable que no sean mis clientes. Durante ocho años, estuve criticando a Cristina y padeciendo las arbitrariedades de Cristina.
“Me parece que es tremendo que no se explique nada, porque el silencio es como que el que calla, otorga, dice el refrán. Y que Cristina se calle, no diga nada, da derecho a pensar todo lo que usted acaba de decir”, dijo en la entrevista Fernández ante las preguntas sobre presunta corrupción en el kirchnerismo. “También debió haberlo dicho con Lázaro Báez”, agregó Fernández.
Tras la decisión de los jueces Gorini y Basso, Fernández reingresó a la sala de audiencias para continuar con su declaración.
-¿Doctor, por qué motivo renunció al cargo de jefe de Gabinete?
-No… renuncié porque… ¿puedo contestar? -se dirigió Fernández al tribunal-... Renuncié francamente porque tenía, creo que había… que el gobierno sufrió un desgaste muy grande con motivo de la 125. Me pareció que iba a ser difícil que yo siguiera adelante en la misma fuerza que tuve durante la gestión de Néstor y preferí dar un paso al costado.
-Cuando renunció, ¿usted tenía algún grado de conocimiento con respecto al señor Lázaro Báez?
Rusconi, abogado de De Vido, se opuso nuevamente a la pregunta. El tribunal la avaló. Fernández debió responder:
-Voy a tratar de ser lo más explícito posible para aventar dudas en el fiscal. No conozco al señor Lázaro Báez. Lo conocí una vez en (El) Calafate. Recuerdo perfectamente el diálogo. Me dijo: ‘Buenos días’ y le dije: “Mucho gusto’. Fue la única vez que hablé con él. Nunca, nunca más lo ví a Lázaro Báez ni con motivo de mi función ni nada. Recuerdo que en el año 2005, 2006 se hizo la denuncia, por lo que yo recuerdo, por lo mismo que se investiga acá, que llevaba adelante el juez federal, en ese momento, Guillermo Montenegro. Y que él se declaró incompetente y lo mandó al Sur, a Santa Cruz, porque precisamente se investigaban las obras dadas a Santa Cruz. Y esa causa, si yo no me equivoco, tardó dos o tres años en resolverse. Y ahí escuché por primera vez las afirmaciones, la historia de Lázaro Báez y su presunto vínculo con Kirchner. Por lo que recuerdo, terminó sobreseída definitivamente… inclusive, me llamó la atención porque después se volvió a repetir la denuncia acá con los mismos argumentos de aquella causa y me llamó la atención que prosperara esta investigación.
-Algunas precisiones le voy a pedir -volvió a preguntar el fiscal.
-Estando en El Calafate, había ido con Néstor, Néstor estaba terminando de hacer su casa. Si no me equivoco fue en el parque porque estaba haciendo alguna obra allí en (El) Calafate.
-¿Quién se lo presentó?
-Yo estaba con Néstor.
-¿Se lo presentó Néstor?
-Sí. Yo estaba con Néstor, él se acercó a saludar y se produjo el diálogo que ya comenté.
-¿Cuándo fue esto?
-2003, 2004, no tengo idea.
Sobre Báez
Durante su declaración testimonial, el Presidente aportó tres detalles diferentes de la anécdota a la que ya se había referido en distintas entrevistas durante 2016: la fecha, el lugar exacto y lo que Báez habría estado haciendo en El Calafate durante el encuentro. Evitó así mencionar algo central que estaría directamente relacionado con otra pregunta de la fiscalía en la que se terminó contradiciendo con sus dichos pasados: que Báez estaba construyendo una obra en el hotel Los Sauces, propiedad de los Kirchner, según dijo el propio Fernández en 2016.
El 22 de marzo de 2016, en el programa Plan M, conducido por el periodista Maximiliano Montenegro y emitido por Canal 26, Fernández dijo en el piso: “Lo ví una vez en mi vida a Lázaro en (El) Calafate, cuando estaban construyendo Los Sauces, estábamos en la obra. Tampoco lo ví en la casa de Néstor”.
Fue un dato que Fernández también obvio durante su declaración testimonial cuando el fiscal le preguntó:
-¿Sabe si entre 2003 y 2015 los Kirchner celebraron algún tipo de operación comercial con Báez?
-No, no lo conozco a Lázaro Báez, no sé qué hace de su vida ni qué vínculos tiene con gente.
En 2018, la periodista Mariela Aries informó en La Nación que los Kirchner y Báez firmaron tres convenios para la ampliación del hotel Los Sauces, vecino a la casa del matrimonio en El Calafate. Uno de los convenios fue firmado en noviembre de 2006 para la construcción del spa del hotel, de 250 metros cuadrados y un área de servicios de 139 metros cuadrados. Por lo menos tres módulos del hotel fueron construidos por Báez y el pago por las obras se realizó mediante la cesión de un terreno que había sido adquirido por los Kirchner dos años antes como tierra fiscal.
Ese terreno no quedó registrado a nombre del dueño de Austral Construcciones en el Registro de la Propiedad Inmueble, aunque sí consta en un acta notarial secuestrada por la Justicia durante los allanamientos a una escribanía en Santa Cruz. “En el acta se acordó que el pago a Báez era por $1.644.570 más IVA. Esa retribución se realizaba con un terreno que Cristina Kirchner le había comprado al municipio dos años antes por 45 veces menos ese valor: $35.000”, publicó la periodista.
El 9 de junio de 2016, en La Quinta Pata, en la Televisión Pública, Fernández había dicho: “Voy a contestar por enésima vez, en mi época yo sabía que Lázaro Báez era un señor que hacía obra pública en Santa Cruz. Lo ví una vez en mi vida, en (El) Calafate, cuando Kirchner estaba construyendo el hotel Los Sauces y él estaba haciendo una obra que consistía en tirar cables de teléfono o de luz para instalar en lo que fue el hotel posteriormente”.
No lo conozco a Lázaro Báez, no sé qué hace de su vida ni qué vínculos tiene con gente.
En 2016, durante una entrevista en Plan M, Fernández se había referido también a su único supuesto encuentro fortuito con Báez. “No era alguien que venía al Gobierno nacional, no sé, lo conocerán de Santa Cruz, donde Lázaro hacía sus obras, sus trabajos o su defalco, no sé, como lo llamen”, respondió durante la entrevista.
En 2013, además, había dicho otra cosa, el 15 de abril de ese año, horas después de la emisión de Periodismo Para Todos (PPT), en Canal 13 reveló el caso conocido como “la ruta del dinero K”. Entonces, Leonardo Fariña y el financista Federico Elaskar habían aparecido en cámara relatando el circuito de lavado de dinero de Báez, por el que el empresario terminó condenado en 2021 a 12 años de prisión.
“La verdad es que no lo conocí a Lázaro Báez, no sé si me lo habré cruzado en una reunión. Escuché las cosas que se decían siempre”, dijo en 2013 Fernández a los periodistas Florencia Etcheves y Guillermo Lobo. “Lo que yo escuché (en PPT) son casos de lavado de dinero muy graves”, agregó el ahora presidente.
Sobre la obra pública
El fiscal también preguntó sobre los dichos públicos del entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien en noviembre de 2005, poco antes de renunciar a su cargo, habló sobre la cartelización de la obra pública en la 53° reunión de la Cámara Argentina de la Construcción. En aquella oportunidad, Lavagna había dicho: “Hay cierto grado de cartelización de la obra pública con los sobrecostos que ello implica” y mencionó “el caso de (la Dirección de) Vialidad, el cual es bien conocido por ustedes y saben que está siendo investigado por la Comisión de Defensa de la Competencia, e incluso por el Banco Mundial”.
Cinco abogados defensores se opusieron a la pregunta. El fiscal la reformuló. Cuatro de ellos se volvieron a oponer. Finalmente respondió. “Sí recuerdo el acto en la Cámara de la Construcción y allí Roberto hizo una suerte de mención al problema histórico que tiene la Argentina con la cartelización de la obra pública, pero no es que lo haya hablado conmigo particularmente”.
-¿Sabe si esto tuvo algún impacto en el desempeño de la gestión pública de Lavagna?-, le preguntó el juez Gorini.
-Ninguno.
Conocí a Lázaro Báez estando en El Calafate, había ido con Néstor, Néstor estaba terminando de hacer su casa. Si no me equivoco fue en el parque porque estaba haciendo alguna obra allí.
Néstor Kirchner le pidió la renuncia a Lavagna seis días después de sus declaraciones.
-¿Se realizó algún tipo de auditoría tendiente a descartar los dichos del ministro?- quiso saber el fiscal.
-El comentario de Roberto Lavagna fue un comentario absolutamente genérico que hablaba de un problema histórico de la Argentina que es la cartelización de la obra pública, que en verdad lo tiene al Estado de víctima, no de promotor. La verdad es que yo no recuerdo que se haya promovido una investigación particular sobre ese tema porque la cartelización es algo que hacen los empresarios privados y la víctima es quien los contrata. El Estado es víctima de la cartelización: hay un grupo de empresarios que se ponen de acuerdo para jorobar al Estado. Yo entendí que lo dijo en esos términos.
El 16 de junio de 2016, en la entrevista con Albino Aguirre, Fernández dijo: “Hay un grupo de empresas que se divide la obra pública entre ellos y usted va a ver que en Santa Cruz ganaba Lázaro Báez, en Capital ganaba (Nicolás) Caputo y en cada provincia hay uno que gana”.
El juez Gorini le preguntó a Fernández
-Mientras usted se desempeñó como jefe de Gabinete o después, ¿tomó conocimiento de un acuerdo de voluntades a los efectos de direccionar la obra pública de Santa Cruz o favorecer a algún empresario?
-Definitivamente no-, respondió el Presidente de la Nación.
El 9 de junio de 2016, había dicho en La Quinta Pata. “Que la obra pública está cartelizada no cabe la menor duda, pero no por Lázaro Báez”, dijo en referencia a las grandes constructoras que históricamente ocuparon el ranking de licitaciones públicas, aunque no las nombró. “Obviamente que hay problemas de sobreprecios”, sostuvo Fernández en tiempo presente.
Dos años más tarde, el 14 de agosto de 2018, Fernández amplío en una entrevista con el periodista Luis Novaresio y fue explícito sobre el rol de los funcionarios públicos en las maniobras de cartelización. “La obra pública empezó a convertirse en un mecanismo espurio por la cartelización de los prestadores que conlleva a comprar voluntades en el Estado y empezó con la dictadura” militar.
La intención del fiscal de interrogar al Presidente sobre una planilla con detalles de las obras públicas presupuestadas en 2008 también generó diversas oposiciones de los abogados. El presidente del tribunal le dio la razón a los defensores. “Ya el testigo se ha manifestado respecto de todo el proceso de elaboración de presupuestos”, dijo el juez Gorini.
Luciani solicitó que se le exhibiera a Fernández la planilla.
-¿En serio? ¿Me preguntan en serio?
-¿Lo ve bien? - preguntó Gorini.
-No, no veo nada.
El fiscal le pide que vea la ruta nacional 288.
-Quiero entender lo que estoy viendo. Esto es un anexo de la Ley de Presupuesto. ¿A Dónde quiere llegar, doctor?- le preguntó Fernández al fiscal.
-A mí me da la impresión de que usted no me escuchó antes.
-Yo lo escuché bien -, dijo Luciani.
-Entonces tiene un problema de comprensión.
-No me falte el respeto, doctor -le respondió el fiscal mientras intervenía el juez Jorge Gorini, presidente del tribunal-. La inquietud es si usted nos puede aclarar alguna circunstancia respecto de esa obra.
-De ningún modo quise faltar el respecto doctor, quise ser descriptivo -, afirmó Fernández.
No tengo la menor idea de eso. Me podría preguntar por todas las otras. Tampoco tengo la menor idea.
El fiscal solicitó exhibir al testigo una actuación donde se resuelve adjudicar la licitación pública de la ruta. Pero el presidente del tribunal no le permitió la pregunta ante los planteos de las defensas. “No le voy a hacer lugar a la exhibición en la medida en la que no se trate de una documentación en la cual el testigo haya tenido intervención, de modo tal que no podría tener conocimiento de la misma”, dijo Gorini.
El fiscal procedió con la pregunta, sin exhibir el documento, “En la planilla se informa un un importe a devengar de 150 millones de pesos. La adjudicación, que fue en marzo del año 2007, es decir, con anterioridad a que se envíe estas planillas (al Congreso) fue por 225 millones de pesos. Es decir, que hay un sobrante de 75 millones de pesos. Yo le quiero preguntar concretamente cómo es posible que esto suceda y si suele suceder”.
-La interpretación de esa planilla correrá por una cuestión de valoración de cada uno-, dijo Gorini luego de no permitir que el testigo responda la pregunta. Ante la insistencia del fiscal, los tres jueces del tribunal deciden habilitar la pregunta. Pero la respuesta de Fernández fue:
-La verdad es que no tengo idea. No sé exactamente. No es tan simple de analizar cómo se intenta hacer. Como le dije antes, no, la verdad que no tenía presente ninguna de las obras. La memoria es buena, pero no llega a tanto. Y la verdad es que no sé qué pasó después para que pueda haber pasado eso. Creo que pueden haber distintas explicaciones que no quiero dar porque son todas hipótesis y no tiene mucho sentido.
-A mí sí me interesa saber. ¿Nos puede dar alguna explicación?- insistió el fiscal.
-No puedo explicar algo que no conozco.
“Está respondido”, los frenó el juez Gorini.
Sobre De Vido y López
Con el exminstro de Infraestructura y Planificación Federal, Julio De Vido, imputado en el juicio de Vialidad, “tenía el mismo vínculo que con otros ministros”, dijo Fernández ante la pregunta del fiscal.
Con Novaresio, en 2018, el ahora Presidente había afirmado: “Nunca fue bueno (su vínculo con De Vido) porque a mí me daba la impresión de que era un ministerio que funcionaba con mucha laxitud en las decisiones”.
Cuando el fiscal lo interrogó el martes sobre cómo era el diálogo con los ministros a la hora de armar el presupuesto de obras públicas, Fernández dijo: “No tuve ningún vínculo especial con Planificación para la elaboración del presupuesto. Tampoco con otros ministerios”.
“Cada ministerio tiene su propia área administrativa, que son las que participan en la elaboración del presupuesto. Los ministros siguen lineamientos del Gobierno nacional, se recopilar de cada ministerio lo que se necesita”, agregó Fernández.
Pero esta vez, ante el tribunal, Fernández eludió apuntar a De Vido. También a José López.
-¿Quién planteaba o quién le planteaba a usted esta necesidad de reasignar fondos?-, preguntó el fiscal sobre la reasignación de las partidas a obras de Santa Cruz.
Maximiliano Rusconi, abogado de De Vido, objetó la pregunta. El tribunal la avaló y Fernández debió responder.
-Otra vez más se lo cuento. En realidad la toma de decisiones tiene que ver con el momento y la circunstancia. Hay que ver exactamente qué necesidades hay en la administración nacional y se decide.
-Disculpeme, doctor Fernández -lo interrumpió Gorini, presidente del tribunal-, me parece que la pregunta del Ministerio Público apunta a cómo, materialmente, se instrumentaba ese mecanismo para la reasignación de partidas.
-Era una cuestión de mérito, oportunidad y consecuencia. Acá está sobrando plata, saquemosla de acá y pongámosla en este lugar. Es muy simple…
-Pero me parece que la inquietud gira en torno al circuito.
-La reasignación es una decisión de la Jefatura de Gabinete y lo que hacemos es hablar con los ministros para explicarle que le está sobrando esto y que se lo doy a otro. Es eso, pero es una decisión de la jefatura de Gabinete.
Sobre López, dijo en el juicio: “No dependía de mí y no tenía prácticamente trato con él”.
En 2016, en la entrevista con Aguirre sobre la que quería interrogarlo el fiscal, Fernández había dicho: “Cuando yo renuncié, con esa referencia que te hice (a la obra pública), uno de los que peor se lo tomó fue López porque se sintió directamente aludido. Hacía bien en sentirse aludido, y durante ocho años me estuvo insultando y maltratando en todos lados y eso me causa mucha gracia y pena. Me acusaba de ser un lobbista de Repsol, un enviado de Clarín, un traidor al proyecto nacional y popular. Resulta que el traidor tiene menos bienes que cuando fue ministro y él, el militante nacional y popular del peronismo revolucionario, anda con ocho millones y medio de dólares en el auto”.
ED