El caso de un Policía de la Ciudad desaparecido ya es parte de la campaña porteña

El oficial Arshak Karhanyan desapareció el 24 de febrero de 2019 sin dejar rastros. Ese domingo de verano salió de su departamento a hacer un par de compras y nunca más se volvió a saber de él. El joven prestaba servicios en la Policía de la Ciudad, a la que  la familia acusa por haber entorpecido la investigación. Después de varios pedidos al gobierno de la Ciudad y de la Nación finalmente esta semana Alberto Fernández recibió a la madre del joven y aumentó a 5 millones de pesos la recompensa para quien entregue alguna información. Ahora, la Cámara de Casación nacional debe resolver un pedido para comenzar a investigar la causa como desaparición forzada. Además, el caso se metió de lleno en la discusión política entre la oposición y oficialismo de la Ciudad en plena campaña. 

El martes por la tarde, en la Casa Rosada, junto a la madre y al presidente estuvieron la ministra de Seguridad Sabina Frederic, el ministro de Justicia, Martín Soria, y los candidatos a diputado y legisladora por la Ciudad del Frente de Todos, Leandro Santoro y Victoria Montenegro. Ya hace un año, en la Legislatura, Santoro reclamó por el esclarecimiento del caso y Montenegro estuvo cuando se repitieron los rastrillajes el año pasado. Estos últimos días los dos  precandidatos apuntaron al Ejecutivo de CABA y a su Policía por la invisibilización del caso. 

Mucha gente se está enterando por mí que falta un policía de la Ciudad y nadie lo busca. ¿Alguno vio una foto de Arshak en un patrullero?”, dijo Santoro hace unos días en una entrevista con Romina Manguel. “¿Saben por qué nadie está buscando a Arshak, que desapareció el 24/2/19? Porque probablemente lo mató el Estado. ¿Es excesivo decir esto? ¿Por qué nadie lo busca?”, también publicó en su cuenta de Twitter. Por otro lado, ayer Montenegro señaló: “Se cumplieron dos años y medio de la desaparición de Arshak. Estamos acompañando a la familia desde el primer momento. La investigación está plagada de irregularidades y fue realizada por la misma por la misma Policía de la Ciudad”, señaló Montenegro en declaraciones a Radio del Plata.

La ministra Frederic también apuntó ayer a la Policía de Larreta. “Arshak desaparece el 24 de febrero. Todo muy sospechoso o por lo menos da lugar a la sospecha y es raro que la propia Policía de la Ciudad se haya encargado de la investigación. Esto en general no ocurre”, apuntó. Además sostuvo que cuando ocurren este tipo de situaciones en cualquier fuerza de seguridad hay “dispositivos de apoyo y de contención internos” para los familiares, que en este caso no existieron. “No recibieron llamados de nadie y, al estar desaparecido, dejó de percibir el salario. Son cosas que realmente muestran que a la Policía de la Ciudad le falta bastante para ser una Policía en serio”, sentenció.

También, Rosa, la madre del Policía, tras la reunión con el presidente, criticó al jefe y al vicejefe de Gobierno porteño. “No estamos conformes con la investigación. Todo está cajoneado desde hace dos años y por eso recurrimos al Presidente”, señaló: “Rodríguez Larreta y Santilli no nos recibieron a la familia y a nueve meses de la desaparición dijeron por televisión que no sabían nada”.

Karhanyan es un policía de 29 años nacido en Armenia, nacionalizado argentino, que también estudiaba ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional. El día que desapareció Arshak bajó a la puerta de su casa, en la avenida Directorio, en Caballito, a hablar con un compañero, el oficial Leonel Herba. Las cámaras de seguridad muestran que conversaron casi una hora. A Karhanyan se lo ve inquieto y en un momento se puede distinguir que Harba le hace escuchar algo en su teléfono. Cuando el compañero se fue, Karhanyan subió a su departamento, dejó dos celulares cargando y salió nuevamente. Retiró dinero en un cajero del subte de Primera Junta y fue hasta Rivadavia y Paysandú, donde hay un Easy. Allí compró una pala de punta, la metió en su mochila. La cámara de ese supermercado lo tomó al salir. Luego de ahí no hay ningún registro sobre el policía. Esa tarde, el joven había arreglado un encuentro con una chica y le había dicho a su mamá que preparara comida porque pasaría por la casa. Al no tener noticias, uno de los hermanos intentó localizarlo y, como no lo pudo hallar, hizo la denuncia,

Herba declaró varias veces en la causa. Primero dijo que había ido a la zona de Warnes por un repuesto, luego, que se volvió a la casa porque se sentía mal, algo que desmiente un audio de su novia encontrado en el teléfono. Cuando el fiscal Santiago Vismara le preguntó qué habían hablado en esa última conversación en la vereda, dijo que la charla había girado sobre la intención de su compañero de comprar un auto

En 2015 a Karhanyan lo habían pasado de la División Cibercrimen a  Exposiciones, pero en los últimos tiempos lo habían mandado de consigna a una plaza. Él lo entendía como una degradación. “Le había dicho a su mamá que se quería ir de la Policía, que estaba de desencantado”, explican desde el entorno del joven. Luego de eso, le informaron que el horario que debía cumplir se superponían con los de la facultad. Entendía que le estaban dando un mensaje y que ya no lo tendrían más en cuenta. Exposiciones es una división que tiene mucha actividad callejera, similar al de las Brigadas de las comisarías, pero en delitos de menor envergadura. Pero hace procedimientos con allanamientos e incautaciones, que muchas veces nutren las cajas negras de las seccionales.

La causa tuvo abundancia de irregularidades desde su instrucción. En el registro de cámaras en una zona muy transitada, no apareció una sola que lo haya tomado caminando. Por esa razón, la familia desconfía del trabajo de revisión y selección de ese material. Fuentes cercanas a la causa  recordaban cuando desapareció M. la nena de 7 años que se la había llevado un cartonero en Lugano, que se pudo seguir el trayecto de manera completa, a pesar de que era en una zona menos monitoreada. En este caso, no se encontró ni una sola imagen para saber en qué dirección iba.

Los teléfonos de Karhanyan fueron borrados en los trabajos de los peritos policiales, también los de su compañero Harba. Solo se pudo recuperar parte de lo que había en ellos. Con lo cual, no se pudo saber qué fue lo que Harba le hizo escuchar en esa última charla. También desapareció información de la computadora del joven y de imágenes otras cámaras que habían sido alojadas en un servidor. 

“La familia está esperando que la Cámara resuelva el recurso que la Secretaría de Derechos Humanos y al que la querella adhirió fundamentos en el cual se está solicitando el cambio de calificación legal de los hechos y decretando la incompetencia del fuero ordinario para que pase al fuero federal. De esta manera lograríamos que la causa salga de la esfera del conocimiento del doctor Alberto Baños”, explica el abogado querellante, Juan Kassargian, muy crítico del trabajo del juez.

Desde el Ministerio de Seguridad porteño no acuerdan con la hipótesis de una interna policial y explican que mantienen activos todos los protocolos de búsqueda. Las fuentes consultadas manejan la posibilidad de que el joven haya estado involucrado con alguna situación irregular y que estaría escondido, algo que la fiscalía y la familia no comparten. 

AM