Son horas decisivas en el conflicto abierto entre el presidente Javier Milei y el gobernador de Chubut, Ignacio Torres. La intención del dirigente del PRO de paralizar la producción de hidrocarburos si el gobierno nacional no accede a una mesa de diálogo antes del miércoles se encuentra atada principalmente a una variable: el aval que tenga esa medida entre los distintos gremios del sector petrolero, que son ni más ni menos los que deberían llevarla a la práctica. Torres descuenta el apoyo de su aliado Jorge Ávila, el líder del sindicato de su provincia. Sin embargo, este lunes, quien puso sus reparos fue el titular del principal gremio de petroleros privados del país, Marcelo Rucci, que aseguró que no se detendrá la producción ni la actividad en la cuenca Neuquina.
“No desconocemos la legitimidad del reclamo, pero es un conflicto que debe resolverse por los canales correspondientes, ya sea por la política o directamente en la Justicia”, sostuvo el gremialista neuquino ante el medio especializado EconoJournal, tras ser consultado por la pelea desatada luego de que Nación retuviera un tercio de la coparticipación que le correspondía a la provincia de Chubut. “Las provincias tienen razón, pero no pueden cortar los suministros de gas y petróleo”, subrayó Rucci, cuya influencia también abarca Río Negro y La Pampa.
Para el sindicalista, la ejecución de una medida como la anunciada por el gobernador Torres sería perjudicial para la producción hidrocarburífera de Neuquén. Y advirtió acerca de las consecuencias de lo que definió como una virtual “pelea sangrienta” en caso de que Chubut cumpla con su amenaza, que es apoyada por el resto de los gobernadores patagónicos. “Hay mucho en juego, 27 mil puestos de trabajo y muchas inversiones para la provincia. Nosotros venimos de superar situaciones muy críticas, la discusión la tienen que solucionar los gobernadores, que para eso fueron elegidos por la gente”, apuntó.
Las declaraciones de Rucci, cuyo gremio cuenta con un peso directo en la actividad de Vaca Muerta, no hacen más que exponer las tensiones que existen puertas adentro del sindicalismo petrolero, además de ser vistas con buenos ojos por los empresarios del sector. Según pudo saber elDiarioAR, el éxito de una medida tan extrema como la pretendida por el gobernador Torres depende principalmente de la actitud que se tome desde Neuquén. En la Argentina, la cuenca de mayor producción es la de esa provincia, que nuclea el 66% de la actividad. Recién en segundo lugar se encuentra el Golfo de San Jorge, ubicado en Chubut y en Santa Cruz, que concentra el 30%.
La discusión la tienen que solucionar los gobernadores, que para eso fueron elegidos por la gente.
Sin embargo, a diferencia de Rucci, quien sí parece estar dispuesto a pisar el acelerador es Jorge “Loma” Ávila. El líder de los petroleros de Chubut encabezó la movilización del viernes pasado en Comodoro Rivadavia en la que el gobernador Torres anunció la decisión de cortar la producción de petróleo y gas en caso de no contar con una respuesta antes del miércoles, en pie de guerra con el Gobierno nacional por la retención de fondos coparticipables para su provincia que realizó el Ministerio de Economía.
“Pareciera que el Estado Nacional quiere olvidarse de esta ciudad, de la Patagonia, de los trabajadores, de los jubilados y de los desocupados. Hay que salir a marcarle la cancha”, cuestionó Ávila, la semana pasada, desde arriba del escenario. El despliegue del sindicato de Petróleo y Gas Privado por las calles de aquella ciudad patagónica convocó a unas 10 mil personas y había sido pensado originalmente como una medida de presión sobre YPF por el retiro de varias áreas petroleras en el territorio provincial. En ese contexto, fue Torres quien capitalizó la convocatoria para darle cuerpo a su reclamo contra el gobierno de Milei.
“Hay que decirles a estos porteños, que Argentina no termina en Buenos Aires y que todos somos argentinos”, arengó Ávila durante su discurso. Y señaló, en relación al recorte de $13.500 millones por el descuento de una cuota de la deuda que mantiene la provincia patagónica con Nación: “Ahí tenemos que decir basta. No vamos a dejar que nos saquen el boleto, el incentivo docente, ni todo lo que quieren sacarnos. Jamás les soltaremos la mano a los trabajadores”.
La figura de Ávila es particular. Es que además de ser uno de los principales gremialista de su provincia, también se desempeña como diputado nacional. De origen peronista, ingresó a la Cámara Baja en diciembre, de la mano de Juntos por el Cambio, en el marco de un acuerdo político con Torres. Sin embargo, una vez que asumió su banca, no se plegó a las filas del PRO sino que se sumó a Hacemos Coalición Federal, el variopinto bloque que lidera Miguel Ángel Pichetto.
Durante el fin de semana, el gobernador Torres dijo estar dispuesto a entablar una “negociación resolutiva” con la Casa Rosada. Pero el Presidente no bajó el tono de la discusión y lo desafió a cumplir su amenaza, a la vez que le advirtió que, en caso de que lo haga, se atenga a las consecuencias judiciales. Números oficiales revelaron que en enero las transferencias discrecionales de la Nación a los distritos se redujeron 59,2%. Una decisión que corre en paralelo al conflicto con Chubut por su coparticipación, pero que contribuye a seguir atizando el fuego de la disputa de Milei con todos los gobernadores del país.
PL/MG