“Bancamos con la gente adentro/para que este pueblo vuelva a ser feliz. Dale Macri hacete cargo/de toda la deuda del FMI”. El flamante cántico de La Cámpora dedicado a Mauricio Macri sonaba fuerte entre bombos y redoblantes en las inmediaciones del centro de convenciones a la vera de la ruta 11 que atraviesa Resistencia, Chaco, cuando este viernes a la tarde Cristina Kirchner dio su encendido discurso contra el gobierno de Alberto Fernández, y apuntó directamente a los ministros Martín Guzmán (Economía) y Matías Kulfas (Producción).
Fue el corolario de un acto político que había arracando cerca de las 17, cuando la vicepresidenta piso suelo chaqueño a bordo de un avión privado para dar una conferencia magistral titulada: “Estado, Poder y Sociedad: la insatisfacción democrática”. Con ella recibió de la Universidad Nacional del Chaco Austral un título honoris causa.
A la ex jefa de Estado la esperaba de pie en la pista de aterrizaje Jorge Capitanich, el gobernador peronista que le armó un auditorio 100% kirchnerista, con unas diez mil personas en total, según confiaron los organizadores a elDiarioAR. “Coqui” sabía de la presión que tenía al recibir en su casa a quien considera su jefa política, de la misma manera en que ya lo había hecho en junio de 2019 cuando Cristina presentó, en el mismo centro de convenciones, su libro Sinceramente. Ya durante el mediodía, el gobernador había pasado por el Gala para revisar que todo estuviera en orden.
Como buen anfitrión, fue el primero en aparecer cuando el público terminaba de entonar la marcha peronista. Entonces el auditorio estalló en gritos y aplausos cuando Capitanich entró caminando por el centro de convenciones y se sentó en el primer lugar de la primera fila, acompañado de su vicegobernadora, Analía Rach Quiroga, dirigente de La Cámpora, y el senador nacional Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina y quien viajó con ella desde Buenos Aires. El gobernador no dejó de sonreír en ningún momento, sobre todo cuando algunas personas del público le gritaron: “Coqui Presidente”.
Pero aún más ensordecedor fue la ovación cuando finalmente Cristina subió a escena, acompañada por las dos principales autoridades de la casa de altos estudios que iba a distinguirla: el rector Germán Oestmann y su vice, Manuel García Sola. Con un escenario sobrio, apenas adornado con pantallas a los costados y cartelería con el logo de la Uncas –universidad creada durante los primeros años del kirchnerismo en la Casa Rosada–, la vice recibió recibió un diploma y una medalla oficial.
Cual académica, después se puso una estola de honor azul sobre el traje rosado que vistió durante su visita a tierra chaqueña, que no duró más de tres horas. Su discurso solo le consumió al menos una hora y media.
Cristina cargó contra la oposición y la Corte Suprema, y se metió de lleno en la interna del Frente de Todos frente a un público integrado principalmente de intendentes locales, dirigentes provinciales, legisladores nacionales por Chaco e invitados especiales, de acuerdo al convite que organizó Capitanich.
Aunque no lo dice explícitamente, el mandatario provincial está en carrera para el 2023 y esperaba aprovechar el acto como el puntapié inicial de su precandidatura presidencial, como ya anticipó este medio. Como mínimo, con el acto de este viernes Cristina le hizo ganar visibilidad nacional. Y aunque él no habló, ella lo incluyó en algunos pasajes de su discurso, haciéndole preguntas o tirandole frases de complicidad.
Entre el público que acompañó a Cristina se pudo ver a Víctor Santamaría, dueño de Página/12 y otros medios, y quien ya había estado el sábado pasado en el acto de la rama sindical del PJ bonaerense que encabezó Máximo Kirchner. Además, entre los 4200 asistentes que se sentaron dentro del centro de convenciones para escuchar a la vicepresidenta estuvieron las senadoras nacionales Ana Almirón y María Inés Pilatti Vergara, y los diputados nacionales Aldo Leiva y Lucila Masin, así como los legisladores locales Juan Manuel Pedrini y José “Pitín” Ruiz Aragón, de La Cámpora.
Afuera, la militancia había reunido a unos seis mil manifestantes, que festejó aún más cuando Cristina y Capitanich, luego del discurso de la vice, salieron a un escenario montado detrás del centro de convenciones. “Hoy y siempre, la patria es el otro”, les dedicó la ella, micrófono en mano, en un breve discurso.
Antes se había dado un baño de popularidad dentro del enorme salón, con el público pidiéndole selfies y regalándole cosas. “Cristina te amo”, le gritó una señora, levantando una bandera argentina con su foto en el centro. Mientras tanto, una pareja pedía por favor a los guardias de seguridad que los dejen atravesar una valla de contención para que su hija pueda saludar la jefa del Instituto Patria.
Tras el acto, Cristina y Capitanich volvieron a subirse a un auto oficial de la provincia para volver al aeropuerto local. Entonces el gobernador pudo darse por satisfecho, según expresó a sus íntimos en la sede de la gobernación, en pleno centro de Resistencia. Pasadas las 21, aún seguía en su despacho con el mismo traje gris que vistió todo el día, pese al calor húmedo de más de 20 grados del otoño chaqueño.
Para sus colaboradores también había sido un jornada extenuante, que en realidad había comenzado 48 horas atras: la llegada de la vice tuvo conmocionada a la provincia toda la semana, cuando un grupo del círculo íntimo de Cristina llegó a la ciudad capital el miércoles para coordinar que no haya ningún cabo suelto antes de su discurso. Cómo será la trascendencia política del acto, que la jugada fuerte de Capitanich coincidió con la visita el jueves de Domingo Peppo –gobernador antecesor del “Coqui” y actual embajador en Paraguay– al jefe de gabinete, Juan Manzur, en la Casa Rosada. En la provincia leyeron la foto como un mensaje político hacia Capitanich.
Tras su regreso a Buenos Aires, Cristina tendrá la semana próxima una agenda abocada a reemplazar a Fernández en la formalidad de representar al Ejecutivo, con el Presidente de viaje por España y Alemania. Pero comenzará de a poco a mostrarse más, ya que hay en carpeta una actividad para el 11, aún sin muchos detalles, según supo elDiarioAR.
“Va a empezar a levantar el perfil”, adelantó un interlocutor de su hijo Máximo. Pero habrá que esperar el tono de esa acción, teniendo en cuenta que lo que dijo en el Chaco pareció todo lo contrario a lo que en Ushuaia, la capital de Tierra de Fuego, a unos 3800 kilómetros de distancia de Resistencia y tras una serie de actos este mismo viernes, el Presidente pedía: “Que nadie nos desuna”.
MC/CC