Parece la línea de meta de una carrera de running. Sobre Rivadavia, casi a la altura del Cine Gaumont y a pocos metros del Congreso, un arco inflable se estira entre vereda y vereda y despliega la consigna “Primero la patria”, acompañado por dos logos de la CGT. Un grupo de manifestantes con pecheras de UPCN lo usan de fondo para sacarse una foto con los dedos en V. Detrás de ellos, la columna de la UOCRA se acerca a los saltos, al son de la marcha peronista.
La escena es el final de la marcha de la CGT por el microcentro porteño “contra los especuladores y los formadores de precios”. Sin acto principal, escenario ni palcos, y con un documento conocido ayer, quienes atraviesan el arco inflable ya dan por cumplida su parte en la movilización y comienzan a desconcentrar por las calles aledañas. El reloj marca las 16, seis horas después de que comenzaran a juntarse los primeros grupos que terminaron copando el microcentro porteño.
Apuntalada por los movimientos sociales y la CTA de Hugo Yasky, la CGT intentó hoy mostrar su poder de convocatoria callejera y juntó entre 200 y 300 mil personas, según los organizadores. Aprovechando la jornada, pero con banderas distintas, la izquierda, los piqueteros y el sindicalismo combativo hicieron lo propio en Plaza de Mayo “contra el ajuste”.
Una marcha, varias columnas
Ricardo Iorio grita “Toro y pampa” por unos altoparlantes instalados frente al Obelisco. “Vengo rockeando desde hace tiempo/Soñando siempre una canción para animarte/Y darte aliento”, arenga el metal vernáculo al mediodía, desde una estructura de metal que es el inicio marcha hacia el Congreso. Ahora la frase “Primero la patria” está acompañada por las figuras de Perón, Evita y San Martín, la tríada –¿peronista?– en esta movilización del 17 de agosto.
Los arengados son los manifestantes del gremio de UPCN, que copan la plaza de República con una columna que se extiende más de 500 metros hasta el teatro Colón. Se ven seccionales de todo el país: La Pampa, Santa Fe, Chubut.
“¡Vamos che, estamos para defender el Gobierno!”, le grita un gremialista a elDiarioAR, entre el ruido ensordecedor de bombos, trompetas y platillos. Una bomba de estruendo estalla segundos después.
A unas cuadras de ahí, ya sobre 9 de Julio y Av. de Mayo, son los movimientos sociales los que dicen presentes. “Somos trabajadores. Queremos reconocimiento de nuestro trabajo”, exige Marta, una cartonera vinculada al MTE de Juan Grabois. A su alrededor están el resto de las agrupaciones de la UTEP: Somos-Barrios de Pie de Daniel Menéndez, el Evita de Emilio Pérsico, el Frente Popular Dario Santillán de Dina Sánchez. El ex senador Juan Manuel Abal Medina se saca selfies. A su lado, dos militantes sostienen entre sus hombros una figura de la virgen.
“Esperemos que el Gobierno tome nota de esto”, advierte uno de los dirigentes de las agrupaciones. “Apostamos todo a Massa. Alberto ya fue”, admite.
El olor a choripán enamora al olfato. Un militante pasa comiendo una bandeja de salchipapas. Una vendedora ambulante ofrece chipas. Botellas cortadas con espuma de fernet a tope y choripanes es el menú del día. 400 pesos cada chori, tres sandwiches generosos en fiambre y queso por $1.000.
Ya en el lado sur de la 9 de Julio, pasan por debajo de la Eva Perón metálica del ex edificio de Obras Públicas los camioneros de Moyano y los mecánicos del Smata. Antonio Caló, histórico dirigente que perdió el gremio este año, se pasea cerca de un gran cartel violeta de los metalúrgicos de la UOM.
Las columnas gremiales caminan como en procesión hacia el Congreso. La de los movimientos sociales, no. “Acá nos quedamos, no queremos mezclarnos mucho y que haya quilombo”, dice un dirigente. “¡Unidad de los trabajadores, y al que le gusta, se jode, se jode!”, cantan detrás suyo. El todo de la multitud confunde cierta unidad.
El balance final
El lema “Primero la Patria” volvió a leerse en la bandera que sostuvieron Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña cuando se mostraron juntos –pese a la interna– en el tramo de la Av. de Mayo y el Congreso. Luego se mostraron en composé en una conferencia de prensa desde la sede del gremio de los judiciales. Allí los dirigentes hicieron un balance “positivo” de la movilización.
“El pueblo argentino se sintió representado”, dijo Daer sobre la marcha. “No importa donde estén esos trabajadores; en cooperativas, multinacionales, industrias nacionales... Queremos trabajadores formales”, enfatizó el líder de sanidad, y reiteró el reclamo de que “todos los actores sociales con responsabilidades encuentren una salida en conjunto”. Fue la línea argumental que sostuvo la CGT en su documento consensuado que se conoció ayer, donde apenas hubo un reclamo velado al Gobierno afirmando que “las paritarias son libres y están abiertas”.
Quien más le apuntó al Gobierno fue Moyano, casi exigiendo que reaccione. “Le decimos al Presidente que tome las medidas que tiene que tomar, que lo vamos a acompañar. Que los siente en la mesa a los que remarcan los precios. No se la pueden llevar de arriba”, apuntó el líder de los camioneros y el cotitular cegetista más cercano a Cristina Kirchner.
Ya había levantado el tono contra Alberto Fernández desde el corazón mismo de la movilización, arriba del acoplado de un camión en el que se improvisó un escenario, cerca del ministerio de Desarrollo Social. “Alberto, poné lo que tenés que poner”, le dedicó. Entonces después se subió a una combi y se dirigió a la Av. de Mayo, donde se juntó con Daer y Acuña. Lejos de hacer running, los tres caminaron juntos hasta la línea de meta del arco inflable.
MC