Dirigentes políticos, sociales y de organismos de derechos humanos lamentaron este sábado que el represor Miguel Etchelotaz haya muerto a los 93 años sin decir ante la Justicia el destino de muchos de los desaparecidos durante la última dictadura militar, aunque destacaron el hecho de que haya estado en cárcel común hasta su fallecimiento.
La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, sostuvo que el represor falleció “sin arrepentirse de todos los crímenes que cometió y sin decir nada sobre Julio López” y consideró que “jamás va a descansar en paz”.
“Efectivamente se ha ido sin arrepentirse de todos los crímenes que cometió y sin decir nada sobre Julio López. Fue, es y será un ser despreciable, estoy segura que jamás va a descansar en paz”, afirmó Almeida en declaraciones para C5N.
Para la referente de Madres de Plaza de Mayo es “insólito” que los genocidas condenados “se están muriendo y jamás hablan ni se arrepienten”.
“Más de uno dijo que lo volvería a hacer, se están muriendo y nosotras también, nos estamos muriendo sin tener la satisfacción de que digan que hicieron con nuestros hijos”, añadió.
Por estos motivos, Almeida consideró que tanto Etchecolatz, como el resto de los represores, “jamás van a descansar en paz”. “La lucha continua, hay que hacer lo que las Madres hacen hace 45 años, la única lucha que se pierde es la que sea abandona y un pueblo sin memoria corre peligro de que se vuelva a repetir la historia”, concluyó.
Etchecolatz murió hoy a las 5.30 de hoy en la Clínica Sarmiento de la localidad bonaerense de San Miguel, donde se encontraba internado con custodia policial.
La asociación Abuelas de Plaza de Mayo afirmó que Etchecolatz “mantuvo el pacto de silencio hasta el último día” y murió sin decir “la verdad sobre el destino” de tantos desaparecidos durante la dictadura militar.
“Condenado por centenares de crímenes de lesa humanidad, a los 93 años, murió el genocida #Etchecolatz que hasta el último día mantuvo el pacto de silencio. Se lleva la verdad sobre el destino de nuetrxs hijxs y nietxs, pero logramos justicia y memoria para sostener el #NuncaMas”, afirmó en su cuenta de Twitter el organismo que encabeza Estela de Carlotto.
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, sostuvo que la muerte del represor Miguel Osvaldo Etchecolatz es un ejemplo de “quienes se mueren sin mostrar jamás arrepentimiento” y así “se llevan a la tumba la información sobre el destino de los cuerpos o de los niños apropiados”.
“Etchecolatz fue un ejemplo evidente de quienes se mueren sin mostrar jamás arrepentimiento, ni compasión frente a las víctimas o sus familiares, llevándose a la tumba la información sobre el destino de los cuerpos o de los niñxs apropiados”, dijo Pietragalla desde su cuenta personal de Instagram.
En su publicación, Pietragalla recordó que el poder que aún detentaba al interior de la Bonaerense, incluso llegados al año 2006, llevó a la desaparición de Jorge Julio López, “testigo esencial del juicio que terminó condenando por primera vez a perpetua”.
“Se investigó y juzgó su responsabilidad en casi 20 causas por crímenes de lesa humanidad cometidos dentro de la estructura represiva ilegal montada desde la Policía de la Provincia de Buenos Aires en el denominado ”Circuito Camps“, rememoró Pietragalla.
Finalmente, el secretario destacó que el represor murió “en nuestro país, condenado y preso en cárcel común”.
“Murió Etchecolatz, estuvo en una cárcel común hasta el último de sus días. Logramos que se lo condene por genocidio. Nunca dijo el destino de Clara Anahí Mariani ni de los desaparecidos y se le garantizó impunidad en la desaparición de Julio López”, escribió la diputada nacional del Frente de Izquierda (FIT), Myriam Bregman, apenas conocida la noticia.
Y agregó: “Año 2006, estaba por comenzar el primer juicio de lesa humanidad después de anuladas las leyes de impunidad. En esta conferencia de prensa denunciábamos que Etchecolatz esperaba el juicio en su casa. Fueron muchas peleas, nos faltan muchas compañeras y compañeros, la lucha sigue”.
Por su parte, el ministro de Ambiente y nieto restituido, Juan Cabandié, afirmó que “los genocidas se siguen muriendo sin revelar sus secretos, sin decirnos dónde están ni qué hicieron con nuestros familiares y compañeros desaparecidos. Ni olvido ni perdón”.
La legisladora porteña y también nieta restituida, Victoria Montenegro, aseguró que Etchecolatz fue “uno de los torturadores más nefastos de la dictadura. Entre tantos crímenes, responsable de la desaparición de Julio López. Hoy murió condenado como lo que fue, un asesino repudiado por el pueblo”.
A su turno, el diputado nacional por el Frente de Todos y titular de la CTA, Hugo Yasky, afirmó que “el genocida de Etchecolatz condenado por delitos de lesa humanidad murió en una cárcel común. Justicia” y añadió: “Se llevó con él información clave de nuestros compañeros y no tendremos Verdad. Queda en nosotros seguir luchando por la Memoria”.
En esa misma línea, el subsecretario de Derechos Humanos bonaerense, Matías Moreno, dijo a Télam: “Murió Etchecolatz como debía ser, en una cárcel común juzgado y condenado por genocidio”, recordó que “tenía cinco prisiones efectivas por sus crímenes de lesa humanidad” y dijo que “hace poco se conocía que el Tribunal de Casación le había dado domiciliaria en una sola causa, que no se había hecho efectiva”.
En la misma línea, la dirigente del MST Vilma Ripoll señaló: “Murió el genocida Etchecolaz y nunca dijo dónde está Julio López, ni Clara Anahi. Con la movilización logramos que sea en cárcel común. ¡A dónde vayan los iremos a buscar!”.
Para la diputada porteña del FDT, Mara Brawer, “murió un asesino criminal y genocida y lo hizo cumpliendo su condena a prisión perpetua en una cárcel común. Si existe el infierno ese será su destino final”.
Por su parte, el legislador porteño FdT, Claudio Morresi, coincidió en resaltar que el represor fallecido “pudo tener algo de valentía y decir que había hecho con sus víctimas, pero prefirió ser el cobarde represor que fue siempre”.
CRM con información de la agencia Télam