El Senado rechazó por una amplia mayoría el DNU 70/23 de Javier Milei y le asestó al Gobierno una dura derrota política. Con 42 votos en contra y 25 a favor, y cuatro abstenciones, el megadrecto presidencial de desregulación de la economía cayó en la Cámara alta y ahora pasó a Diputados, con la expectativa de que si allí gana la negativa la medida gubernamental queda definitivamente sin efecto.
El tablero del recinto del Senado dio su veredicto este jueves a las 19.42, tras un debate que se extendió por cinco horas. El panorama ya era preocupante para el oficialismo desde el momento en que la oposición consiguió el quórum para abrir la sesión especial y, poco después, cuando 41 de los 72 senadores presentes rechazaron un pedido libertario para postergar la votación dos semanas más. Esa foto fue la pista más certera del resultado final: funcionó como un piso, porque finalmente hubo un apoyo más al rechazo.
La negativa al DNU se construyó a partir del posicionamiento abroquelado de las bancadas kirchneristas y peronistas (aportaron 33 votos), pero con los aportes claves de dos radicales como el propio Martín Lousteau (presidente del partido a nivel nacional) Pablo Blanco (Tierra del Fuego) y votos de fuerzas provinciales.
A favor de La Libertad Avanza –al que le faltó un senador por cuestiones personales– tuvo el acompañamiento de los incondicionales del PRO, así como algunos apoyos provinciales. Los senadores que se abstuvieron de votar fueron la peronista cordobesa Alejandra Vigo; los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut (Frente Renovador de la Concordia-Innovación Federal), y el radical bonaerense Maximiliano Abad.
La “papa caliente” del decreto tiene un futuro incierto en Diputados. Allí también es primer minoría Unión por la Patria (99 de los 257 diputados), pero toda la atención se posará en los próximos días sobre la cuña que se avizora en la UCR a partir de la negativa de Lousteau, pero también la decisión de los bloques “del medio” como son Hacemos Coalición Federal, Innovación Federal y algunas bancas provinciales. Será crucial las negociaciones que la Casa Rosada tenga con algunos gobernadores que tienen legisladores propios, todo mientras se discute un pacto fiscal y una nueva ley Bases en el marco del pomposo Pacto de Mayo.
La derrota en el Senado también le suma tensión a la ya dañada relación entre Milei y Victoria Villarruel. Como jefa de la Cámara alta, la vice no pudo –o no quiso– salvar una votación que de antemano se avizoraba muy difícil para el oficialismo. Hasta momentos antes de la sesión la titular de la Cámara alta fue criticada desde su propio espacio por haber incluido en el temario de este jueves el DNU, cuando podría haberlo omitido, según entendían en el Gobierno.
Además de los ya mencionados, aportaron al rechazo senadores de algunas provincias que pueden adelantar lo que pase en Diputados por su relación con los gobernadores. Rechazaron los peronistas de Unidad Federal Edgardo Kueider (Entre Ríos) y Camau Espínola (Corrientes). También los dos santacruceños alineados con el gobernador Claudio Vidal (José María Carambia y Natalia Gadano), la neuquina Lucila Crexell –líbera del mandatario Rolando Figueroa– y la rionegrina Monica Silva –referenciada en el gobernador Alberto Weretilneck–.
“Tristemente la casta política no la ve”, acusó el golpe el libertario Ezequiel Atauche (Jujuy), a quien le tocó cerraron los discursos por el ser el miembro informante del oficialismo. Ya LLA sabía de antemano que la votación iba a ser en contra. El rostro rictus de Villarruel cuando mirando las pantallas esperaba la votación eran un reflejo de la escasa reacción del Gobierno frente a un escenario negativo. Ni hubo un enviado del Ejecutivo al Senado para conversar con la vice en su despacho. elDiarioAR ya había contado más temprano que los movimientos del Gobierno fueros “espásticos” si quería salvar la votación: “Si recién ayer comenzaron a llamar es una vergüenza”, comentó un operador sobre ciertos intentos mileístas para quebrar algunas voluntades a último momento. “Estamos haciendo las cosas bien a pesar de que a muchos les duela”, agregó Atauche en su alocución.
Durante la sesión la interna que hay en el oficialismo salió a la luz de maneras sorprendentes. “Señora presidenta, le agradezco que haya tenido el coraje de convocar a esta sesión a pesar de los aprietes”, le dedicó el aliado amarillo Juez. Luego pareció tener claro que el DNU iba a ser rechazado: “¿Y se puede perder? Y sí, se va a perder. Pero estamos haciendo lo que dice el reglamento, presidenta. Es lo que corresponde”.
Como en la sesión de la ley Ómnibus en Diputados, los libertarios tuvieron más defensores extras que propios. “A mí no me asusta el DNU, voy a votar a favor, nada me parece escandaloso”, dije el senador salteño Juan Carlos Romero. Sí hubo intentos del libertario Francisco Paoltrini, un recién llegado a la política, de embarrar la sesión con discusiones estériles. “Senador 8 por ciento”, lo cizañó José Mayans, jefe del interbloque kirchnerista.
La apuesta de Milei ahora está en Diputados, donde la amplitud de bancas puede jugarle a favor. Pero por la foto del Senado se avizora una cuña en la UCR y también entre los federales y las fuerzas provinciales que podrían construir un rechazo en la Cámara baja, que ya le dio una pésima noticia al Ejecutivo cuando volteó la ley Bases. Justo hoy el Gobierno puso a circular un borrador de la nueva ley Ómnibus, además de una serie de leyes fiscales. Y el PRO presentó como proyecto de ley propio el capítulo laboral del DNU que está actualmente suspendido por la Justicia. Caído el DNU en el Senado, se avecinan días de negociaciones políticas frenéticas.
MC/JJD