- Qué raro que no esté Máximo... es un hombre importante para el proyecto -, dijo, como al pasar, sin destinatario específico Mayra Mendoza, la camporista que gobierna Quilmes, una de las ganadoras del domingo: ganó una elección que el 12-S había perdido por 7 puntos.
- Yo lo invité pero me dijo que no podía venir -, recogió el guante Alberto Fernández y subrayó el comentario con una mueca, el inconfundible gesto del “qué se yo”.
Fue un instante apenas pero espesó el clima de la celebración que, en Olivos, la noche del miércoles el Presidente desplegó para agradecer a los intendentes del conurbano por la remontada en la provincia de Buenos Aires. La mención a la ausencia del jefe del bloque de Diputados del FdT, y presidente electo del PJ bonaerense generó una sorpresa extra porque lo planteó Mendoza, quien unas horas antes había estado con Máximo en Plaza de Mayo como parte de la columna, algo más de 6 mil personas según la agrupación, que La Cámpora movilizó por el Día del Militante.
El dato no es inusual: Máximo faltó semanas atrás a la cena que Alberto armó con gobernadores luego del acto por el aniversario de Néstor Kirchner. Dijo que tenía otro compromiso, que no podía ir, y en su nombre, estuvo Eduardo “Wado” De Pedro, el ministro del Interior que dijo presente la noche del miércoles junto a parte del staff ministerial: Juan Manzur, Gabriel Katopodis, Jorge Ferraresi, Juan Zabaleta y Santiago Cafiero.
Las reelecciones
Asado para todos, discursos y arenga, con varias lecturas sobre lo que ocurrió pero, sobre todo, con pistas sobre lo que viene. En el agradecimiento a los intendentes, Fernández deslizó un buscapié: magnificó la recuperación del PJ en la provincia de Buenos Aires con la tesis de que luego de las PASO y de “las cosas que pasaron” después de las primarias, la diferencia de Juntos sobre el FdT se había ampliado. “Recuperaron más de 3 puntos”, dijo. Con eso, revisitó la tesis de que luego de la derrota del 12-S y con la crisis interna posterior, la proyección del oficialismo empeoró por lo que en términos reales, electoralmente la campaña arrancó con un escenario peor que el 38 a 33.4% de las PASO.
Axel Kicillof, otro renacido del domingo, también les agradeció a los jefes del PJ y lo hizo con un anuncio: les anticipó que se pondrá al frente de una reforma para lograr, por la vía legislativa, que se permita la reelección de los intendentes, prohibición que impuso una ley votada durante la gestión de María Eugenia Vidal en acuerdo con el sector de Sergio Massa y de alcaldes del peronismo, entre ellos Martín Insaurralde, quien ahora negoció con Máximo la iniciativa que planteó Kicillof.
“Lo venimos hablando con Máximo y el tema lo sigue Martín”, especificó el gobernador para blanquear que el Ejecutivo bonaerense empujará la reforma para permitir que los alcaldes puedan buscar un mandato más. Será legislativa y contará, dan por hecho en el FdT, con votos de Juntos porque en ese frente hay unos 50 intendentes que no pueden reelegir y mostraron interés en modificar la ley.
- ¡Esto se merece un aplauso! -intervino Alejandro Granados, mandamás de Ezeiza, que si la reforma se concreta podrá aspirar a su séptima reelección: es intendente desde 1995, el año en que se creó el municipio y que, con un intervalo del 2013 al 2015 cuando fue ministro de Seguridad, siempre ocupó Granados.
Hubo aplauso porque la mayoría de los presentes -salvo Fernando Espinoza (Matanza) y Juan José Mussi (Berazategui)- podrá ir por otro mandato. Son varios: Insaurralde, Leo Nardini que gobierna Malvinas pero asumió como ministro de Infraestructura de Kicillof; los ministros nacionales Ferraresi, Katopodis y Zabaleta, y otros como Ariel Sujarchuk de Escobar o Julio Zamora de Tigre.
La semana próxima, Kicillof recibirá a los intendentes en La Plata y allí, se especula, se peinarán los detalles de la iniciativa que deberá pasar por la Legislatura, donde Verónica Magario, una de las comensales del miércoles en Olivos, tendrá el voto dorado: con el FdT y JxC empardados en 23 a partir del 10 de diciembre, su voto será el del desempate.
Inseguridad y PASO
Sergio Massa, jugador activo en el engranaje del Frente de Todos bonaerense, ocupó otra butaca en una mesa grande donde se apilaron, con pocas ausencias con aviso -Mariano Cascallares (Brown) y Gustavo Menéndez (Merlo)- el grueso de los alcaldes del conurbano. Enfocó el mapa legislativo e hizo una mención al mensaje presidencial en lo referido a instaurar el mecanismo de las PASO para elegir las candidaturas, en todos los niveles, del 2023. Se mostró partidario de ese mecanismo al igual que De Pedro, quien, más específico, dijo que en “algunos lugares se cometieron errores” porque hubiese sido mejor permitir competencia interna. Es, con la foto del lunes post derrota, un argumento que repiten casi todos en el oficialismo.
Es el eco de la derrota y la remontada, lo que enseñaron las dos experiencias. “Si era el 2023, estábamos afuera”, le dijo, en la previa, entre saludos y murmullos, un jefe del conurbano a Fernández para dimensionar que el FdT festeja una recuperación que en una elección ejecutiva ni hubiese servido para nada porque el presidente sería otro. De ahí, además del recurso de las primarias en todos los planes para “contener” y evitar fuga, se incorporó otra idea que está en el menú de Fernández: el formato de la campaña permanente, es decir, darles a la gestión y a la política del FdT la dinámica que tuvo durante la campaña camino a la general.
“Si nos volvemos a dormir, nos vuelven a pasar por arriba”, apuntó un dirigente que estuvo en el laboratorio de la campaña bonaerense. El balance de la campaña también derivó en cuestiones de tensión, como el crimen del kioskero en Ramos Mejía que recalentó la previa de la elección. Manzur, casi un matancero, habló de ese tema y apuntó a la cuestión de la inseguridad.
Se sumó, por las suyas, Santiago Cafiero: el canciller advirtió que diciembre históricamente es un mes complicado al que le sumó la cuestión de la inseguridad porque “todos los días están matando a un vecino del conurbano” y planteó la necesidad de “cambiar el abordaje sobre la política de seguridad: tenemos que ser más activos”.
Fue más allá. “Nunca señalé compañeros ni lo voy a hacer, ni es algo que me corresponda a mí. Pero hay que cambiar el abordaje: si es con los que están hoy hay que ayudarlos y darles todo el apoyo; si es con otros, será con otros”, apuntó a la incertidumbre sobre el destino de Sergio Berni como ministro de Seguridad bonaerense, quien amagó con tomarse un tiempo para ver si seguía dentro del FdT.
PI