El psicólogo de Javier Milei murió durante la pandemia. Fue en 2021, en pleno pico de contagios. El terapeuta había ayudado al economista ultraliberal a domesticar su carácter volcánico. A encontrar formas menos imperativas de comunicar. O a intentarlo, al menos. En esa tarea también resultó clave su hermana Karina. Dos años y medio menor que él, ella excede largamente el rol de una asistenta. Karina se recibió de licenciada en relaciones públicas en la universidad de Belgrano, la misma en la que estudió Javier. Hizo cursos de cocina y, a diferencia de su hermano economista, prefiere mantener un perfil bajísimo. En el Instituto Cardenal Copello, sin embargo, los papeles estaban invertidos. El introvertido era él, mientras Karina disfrutaba de protagonizar actos y celebraciones de ese colegio religioso. Él la llama “el jefe” y, en las entrevistas que dio después de su batacazo electoral en las primarias, le atribuye el 99% de su victoria. Incluso más.
Ella le maneja las cuentas bancarias y le administra la agenda de charlas, reuniones y entrevistas. Pero hace algo más importante que ordenar su logística. Es la voz de la honestidad hasta que duela. “Me dice la verdad sin anestesia, y yo le hago caso. Entre Karina y mi novia Daniela lograron convertirme en un dandy desde hace tres años”, afirmaba algún tiempo atrás el candidato presidencial, hoy separado de la cantante.
Su hermana menor se anotó otro éxito. Casi una hazaña. Fue la que lo indujo a reconciliarse con sus papás. Ahora Milei prácticamente hace base en la casa bonaerense de sus padres, tras haber abandonado su caserón del Abasto.
Karina Milei es la custodia espiritual de Javier. La red de contención del candidato libertario se compone de tres eslabones más: el inspirador ideológico (Alberto Benegas Lynch hijo), el armador político (Ramiro Marra) y el cineasta que lo populariza en spots y cortometrajes (Santiago Oría). La cuarta pata del círculo mileísta es Lilia Lemoine, la joven cosplayer que lo fotografía, lo maquilla y vela por su look capilar.
Durante los cortes y pausas del debate realizado en los estudios de TN durante su campaña como candidato a diputado por la Capital Milei sólo escuchaba tips e indicaciones de tres de sus coroneles: Karina, Marra y Benegas Lynch.
Otro personaje relevante en el andamiaje mileísta es el abogado y presidente del partido Libertario Nicolás Emma, presidente de LLA en CABA y jefe de campaña del espacio. Emma también acompañó a Milei en el debate televisivo. La base operativa de toda esta aventura está ubicada en el centro porteño. Es la oficina del partido Libertario, en un primer piso de avenida 9 de Julio y Viamonte. Pero tanto el líder como su tribu le escapan a la lógica del reunionismo. “Nos cruzamos sólo si hace falta. Acá todos trabajamos, no tenemos financiamiento y al mismo tiempo hacemos campaña”, se jacta Marra. Candidato a jefe de Gobierno porteño, broker y youtuber financiero, Marra tuvo un acercamiento previo a Milei a la política electoral. En las presidenciales de 2019, se postuló en el espacio conducido por un dirigente de “la casta”: el economista Roberto Lavagna.
Desde esa experiencia, un poco mayor a la que tienen sus compañeros de ruta libertaria, Marra analiza el fenómeno Milei. “No existe aún un mileísmo. En realidad tampoco lo estamos construyendo. Queremos que esta propuesta se mantenga en el tiempo. Nuestro ismo es el liberalismo”, analiza el broker. Así, a la pasada responde el principal interrogante que despierta el experimento liderado por el economista de derecha. ¿Los 30 puntos que sacó Milei en las PASO representan una simple excentricidad anti-sistema alimentada desde las redes y los medios? ¿O son el síntoma de un sentimiento más grande, distinto a la derecha clásica y en ascenso?
“Hace años la palabra liberal era un improperio. Ahora eso cambió, no lo suficiente. Tenemos que seguir haciendo esfuerzos”, opina el doctor en Economía de la UCA Alberto Benegas Lynch y ahora candidato, cabeza de la lista a Diputados de LLA en la provincia de Buenos Aires. Amigo y asesor ideológico de Milei, “Berti” es hijo de una suerte de prócer del liberalismo en la Argentina. Alberto Benegas Lynch padre fue el difusor de las ideas de la llamada escuela austríaca en el país. Su hijo continúa en esa línea académica. Y es una de las voces más escuchadas por Milei. Al margen de la influencia intelectual que ejerce sobre el candidato a diputado por la Ciudad, Benegas Lynch le machaca con un consejo práctico y entendible para cualquiera: que no recurra al lenguaje soez.
El cineasta de Milei también cuenta con linaje liberal. El abuelo de Santiago Oría fue Jorge Oría, compañero de fórmula de Álvaro Alsogaray en las presidenciales de 1983. Alsogaray y Oría fundaron la Ucedé aquel año. Y en la vuelta de la democracia consiguieron tres bancas de diputados para el espacio liberal. Por el peso abrumador de la tradición familiar, Santiago estudió derecho en la universidad Austral. Pero lo hizo a desgano. Su verdadera pasión era el cine, aunque se auto-censuró por varios años. Se recibió y trabajó durante seis años en un estudio de abogados. Hasta que renunció a ese mandato y se anotó en la universidad de cine FUC.
Gracias a un amigo en común, Oría conoció a Milei en 2020. El director descubrió de inmediato el potencial que tenía el economista para convertirse en una figura viral. Y Milei entendió que Oría lo podía ayudar a ser más popular. A saltar el cerco de su gueto ideológico e interpelar personas ajenas al credo ultra-liberal y anti-comunista. El nieto del fundador de la Ucedé le propuso hacer una adaptación audiovisual del libro Pandenomics. Milei aceptó sin dudar. Con recursos del comic y una estética al borde de lo bizarro, la película de 32 minutos acumuló más de un millón de reproducciones.
Tras concretar la adaptación de Pandenomics, Oría cambió de registro para los spots de campaña. Optó por mostrar a un Milei más cotidiano, realista y apto para todo público. “Me vestí de Steven Spielberg”, ironiza el cineasta.
A diferencia de la mayoría de los publicistas, Oría comulga con la propuesta de quien lo contrató. Confía en Milei. “Es el mejor, el líder indiscutido para comandar esta etapa”, opina. Y grafica el poder de convencimiento del candidato con una anécdota: “Yo soy liberal clásico en la línea de mi abuelo. Por eso no coincidía con la idea de Javier de cerrar el Banco Central. Pero me terminó por convencer, y ya no repito la mirada más mainstream”, revela Oría.
“Las imágenes que toma mapean con nuestro mensaje. Eso es clave. Sus videos muestran cómo la gente se emociona. Santiago entiende a la perfección este fenómeno porque es liberal de cuna”, lo elogia Milei.
Esta nota fue publicada por primera vez el 7 de noviembre de 2021 y actualizada el 15 de agosto de 2023.
AF/DTC