El mapa del FdT

Alberto y Massa, una conversación en las alturas para desactivar la guerra de los off

Fue un fin de semana negro. Así define, un dirigente, las 96 horas de Sergio Massa que cerraron una semana -la que pasó- marcada por el alto índice de inflación y que tuvo, como rasgo extra, un manifiesto malestar del ministro de Economía con Alberto Fernández . O, de mínima, con el entorno presidencial que hizo circular la hipótesis de un “programa cambiario alternativo”, versión muy inoportuna luego de una de las peores semanas de Massa desde que juró como ministro, en agosto pasado.

El origen del enojo se bifurca en varias teorías que circulan en los despachos oficiales y que van desde la -hasta acá hipotética- intervención del presidente en un foro anti inflación junto a Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, y al gobierno de Cuba, a off atribuidos a colaboradores del presidente referidos a desdoblamiento cambiario o, más político, a los movimientos de algunos candidatos, en particular Daniel Scioli, con quien Massa tiene una vieja disputa. Se habló, además, de una versión periodística que el ministro “desactivó” antes que se haga pública.

¿Quién es tan imbécil de querer esmerilar al ministro de Economía de un presidente que dice que quiere reelegir?”, se preguntan en la cercanía de Massa y apuntan, sin dar nombres, al entorno del presidente. Aparecen, según el interlocutor, nombres propios o, en otros casos, hay intenciones explícitas por desvincular del episodio no sólo a Fernández sino, además, a algunos de sus colaboradores.

Este miércoles, Fernández y Massa viajaron juntos a Mendoza. En la agenda previa no estaba incluido el ministro, por eso el viaje se leyó en clave pacificación. Se mostraron juntos y hubo foto que funcionó como señal de distensión. En Casa Rosada le sacaron volumen político a la actividad compartida entre el presidente y el ministro. “No había ningún problema”, confió una fuente oficial. El martes, al atardecer, Massa habría recibido en Economía al canciller Santiago Cafiero, reunión que habría tenido como temario central el viaje que Massa hará a China en mayo próximo.

Roles

“Sergio no es un empleado de Alberto. Son socios, porque Sergio es uno de los actores centrales del FdT. Lo incomprensible es que lo quieran golpear a él cómo si alguien ganara con eso”, deslizaron en el entorno del ministro. Por convencimiento, o porque no quieren agravar la crisis interna, aseguran que las operaciones no surgen de Fernández, aunque apuntan a entornistas del presidente como usinas de versiones envenenadas.

En una charla del equipo massista, hubo una referencia a Antonio Aracre, el jefe de asesores de Fernández. Fuentes oficiales dicen que el ministro tuvo que mandar a desactivar versiones sobre un paquete de medidas, que incluían el desdoblamiento cambiario, que según recogió atribuían al ex directivo de Syngenta. Todo opera en clave dudas y rumores. Ayer, en Casa Rosada, evitaban las respuestas para no sumar más ruido.

“Está todo muy finito. Hay que ser cuidadosos. Sergio habla con Cristina y habla con Alberto, y trata de no meterse en la interna política para que la interna política no meta la cola en la economía”, explica un entornista del ministro. En Casa Rosada, donde juran y perjuran que Fernández no hizo ni habilitó ninguna operación contra Economía, dicen que Massa pueda molestarse si surgen versiones maliciosas desde el FdT. En el mundo Massa preservan a Juan Manuel Olmos y lo señalan como el mejor enlace entre el ministro y el Presidente. Olmos, que se puso al frente de un armado porteño que, por ahora, no incluye a La Cámpora, parece por momentos estar en un proceso sutil de migración de Alberto a Massa.

En Economía niegan, de plano, cualquier resolución dura de Massa. “Sergio no es de abandonar el barco”, dice un operador massista que va y viene y descarta las hipótesis de un portazo. Este miércoles, en una entrevista con Jorge Fontevecchia en radio Perfil, Malena Galmarini confirmó el malestar por los off, pero desvinculó a Fernández y, en un párrafo extra, apuntó que en caso de que fuese candidato presidencial, Massa dejaría el ministerio de Economía.

Esa frase fue leída como un alerta, sobre todo porque Galmarini habla muy ocasionalmente y, en este caso, dejó algunas definiciones: dijo que ella será candidata a intendente en Tigre y, sobre Massa, explicitó que no sería posible que sea, en paralelo, ministro y candidato. El tigrense dejó circular en los últimos días su malestar por los off que, según reconstruyó, salieron de funcionarios nacionales y eso se convirtió en una tensión.

“Si Sergio se enoja, te corta el teléfono y sigue laburando”, apuntó una fuente de relación diaria con el ministro que apuntó que en el FdT, en vez de cuestionarlo, “deberían agradecerle por haber aceptado un cargo que nadie quería”.

PI