“¿Qué me queda por hacer? Militar, he militado toda mi vida”. En un reportaje esperado, que tuvo el tono casi de charla de café, Cristina Fernández de Kirchner, habló de todo. Hasta recordó aquel accidente del que la semana que viene se cumplirán 20 años, cuando Néstor Kirchner se tropezó con un fotógrafo en el día de su asunción y acabó con una curita en la frente. La vicepresidenta habló de todo, pero no de lo que todos esperaban: Una definición sobre el futuro electoral de la coalición de gobierno.
“La gente tiene compresión de texto”, dijo cuando se le preguntó sobre su propia candidatura presidencial o mejor dicho de su no candidatura. Fue la frase que eligió para reiterar, una vez más, que no será candidata. Minutos después, la cámara de exteriores mostraba a la gente gritando “¡Presidenta!, ¡Cristina presidenta!”.
Entonces, lo más cercano a una definición fue cuando admitió que las de octubre serán unas “elecciones atípicas, de tercios. Lo que importa es, más que el techo, el piso. Para entrar al balotaje”. Sin embargo, esquivó mencionar quienes entrarán en esa pelea, y mucho menos pronunciar el nombre de Javier Milei, candidato de la Libertad Avanza. “No hablemos con nombre y apellido, porque si no hay tendencia a adjetivar. En 2019 la gente tenía memoria de cómo había vivido hasta 2015 y lo que fueron los años macristas”.
“Hoy se hace política en Tribunales y en los set de televisión”. Con esa frase arrancó la noche de este jueves el reportaje a la vicepresidenta. “Estoy en libertad condicional técnicamente”, siguió dejando en claro que la Corte Suprema, el Poder Judicial y al teoría del lawfare serían parte importante de la entrevista.
Traje verde, camisa y zapatos de taco alto violetas atravesó la multitud que la esperaba frente a la puerta del canal C5N, en el barrio de Colegiales, en uno de los pocos reportajes que dio en los últimos años. Fue una muestra del clima de incertidumbre en el que se produce la entrevista luego de que este martes enviara una carta al Congreso del PJ repitiendo lo que ya ha dicho hasta el cansancio, que no será cándida a presidente.
“Hace seis años que no piso un estudio de televisión”, dijo a poco de empezar. “Me gana Máximo Kirchner”, se rió, al hablar de su hijo quien nunca dio una entrevista en TV.
Y entonces sí apunto al Máximo Tribunal: “La Corte es un dispositivo de persecución”. Y luego agregó: “Si alguien pensaba que el lawfare era una construcción mediática, la foto de Lago Escondido es una foto muy brutal”., dijo en referencia al viaje que jueces realizaron con el ex secretario de Seguridad porteño Marcelo D'Alessandro junto con empresarios del Grupo Clarín a ese centro turístico.
“Lo que se está discutiendo en la comisión de juicio político es muy grave”, insistió. Y como para que no quedan dudas, continuó: “La Corte soborna camaristas”.
En ese camino, siguió: “Esta es una Corte que se ha constituido en una camarilla de tres personas, que se comporta de esta manera debería preocupar a todos. No es bueno cuando se deteriora el sistema democrático”.
La entrevista transcurrió por todos los temas, desde el FMI, el papel de Sergio Massa, la elección de Alberto Fernández para encabezar la fórmula presidencial en 2019, pero también el atentado que sufrió el 1 de septiembre del año pasado, sus creencias como católica, la enfermedad de su hija Florencia, o el miedo a morir.
“¿Lo perdonas?”, le preguntó Pablo Duggan, único entrevistador, sobre Fernando Sabag Montiel, quien disparó el arma.
“No se todavía, me gustaría saber si hay algo mas, no creo en la espontaneidad, se comprobó que esos grupos no eran espontáneos”, dijo sobre quienes manifestaron los días previos al ataque.
Quizás uno de los momentos más emotivos fue cuando habló de su hija Florencia. Dijo que en quien más pensó si el arma llegaba a dispararse. “Mi hija me necesita, si a mi me pasara algo siento que podría agravarse su patología”, dijo.
Tras meses de diálogo cortado con el presidente de Alberto Fernández, esta vez, pareció tener cierto acercamiento. “Lo de Alberto fue una buena decisión, no se puede juzgar esa decisión cuatro años después”, dijo. Y explicó las razones que empujaron la elección de Alberto Fernández: “No es que fuimos a elecciones contra el arcángel San Gabriel y el arcángel San Miguel”.
Y a pesar de esas diferencias reconoció que el gobierno del FDT “fue infinito mejor de lo que hubiera sido el de Macri. Si Macri lograba la reelección después de lo que había pasado en el país con el retorno del FMI hubiera sido...imaginemos haber atravesado la pandemia”.
En todo momento evitó dar definiciones sobre candidaturas, sin embargo, se sinceró al reconocer que el triunfo del Frente del Todos dependerá de que “volvamos a enamorar a la sociedad, de que volvamos a convencerla de que hubo un tiempo en que los argentinos tenían un salario que alcanzaba para ahorrar”. Y agregó: “pudimos recuperar condiciones de trabajo, las AFJP. Cuando Néstor (Kirchner) llegó al gobierno, la mayoría no tenía cobertura previsional y los jubilados cobraban 200 mangos”.
Sobre Sergio Massa reconoció: “Sí, agarró una papa caliente. Necesitamos revisar el acuerdo con el FMI”.
Fue la primera entrevista televisiva en seis años y todas las expectativas estaban puestas en alguna definición que no hubo. Según informó el perfil en Twitter @RealTimeRating, que difunde números del “minuto a minuto” de Kantar Ibope Media, el programa Duro de Domar alcanzó picos de 11 puntos de rating superando no sólo los programas que estaban en el aire en ese momento sino también los “tanques” como “Los 8 escalones de los tres millones”.
Antes de irse, la vicepresidenta saludó uno a uno a todos los panelistas. Afuera, la multitud seguía gritando “Cristina presidenta”.