Casi en secreto, por la sede del PJ bonaerense en La Plata sobre calle 54 empezó el desfile de apoderados para firmar el acta de constitución de la alianza con la que el peronismo, junto a -al menos- otros ocho partidos, competirán en las primarias del 13 de agosto y las generales del 22 de octubre. Máximo Kirchner, jefe del PJ bonaerense, dispuso que ese ritual se ejecuté, como un simbólico trámite de soberanía política y territorial, en la capital provincial y no, como suele ocurrir, en CABA.
En tanto, en la sede del PJ nacional sobre la calle Matheu, a la vez que opera desde oficinas sobre Bernardo de Irigoyen, Gildo Insfrán oficia como árbitro para cuando se cumpla, esta noche o la mañana del miércoles, el protocolo de la conformación del frente que no tiene, todavía, nombre declarado. Hay, coinciden fuentes frentodistas, acuerdo general para mudar de marca electoral. Algunos creen que el sello Frente de Todos se agotó, quizá por su fracaso como frente, otros replican un hábito K de que escudería que pierde, se relanza con otra denominación. La cábala también juega. La novedad, en ese caso, sería una: la existencia, en el dispositivo oficial, de algún tipo de acuerdo.
A ciegas
Por lo pronto, los apoderados citados a firmar juegan a ciegas: ponen el gancho en un acta donde no figura ni la nueva denominación -si es que finalmente la hay- ni tampoco las precisiones sobre el otro expediente sensible de este primer cierre, ya que el sábado 24 es el final con la inscripción de las listas de candidatos. Ahora, además de la alianza, se tiene que anotar el reglamento que fija, por ejemplo, cómo serán las condiciones para una eventual primaria. Ahí la gran presunta es el piso: es decir, el porcentaje al que se debe acceder para poder entrar en el reparto de la boleta.
Hace semanas, Kirchner le dijo a Victoria Tolosa Paz, un poco en broma un poco en serio, que en la provincia pondrían el piso en 40% cuando históricamente el número fue de 25%. Juan Manuel Olmos, que oficia como apoderado de Alberto Fernández, pidió al diputado que le envíe el borrador del reglamento y, dicen en Casa Rosada, todavía no le llegó nada. Digitan mecánicamente el F5 para ver si llega algo y no. En la lista de buena fe para el martes, en La Plata esperan a los enviados de Kolina, el partido de Carlos Castagnetto, FORJA de Gustavo López y el Partido de la Victoria de Esteban San Pedro. Se trata de partidos que, como el Frente Grande que preside Mario Secco, y el Partido Solidario de Carlos Heller, que en el 2019 integraron el Frente de Todos (FdT). Habrá, en el caso bonaerense, un agregado: el partido PARTE de Alberto Fernández, que tenía personería nacional y sumó en estas semanas la de la provincia. Los partidos centrales son, sin embargo, el PJ y el Frente Renovador de Sergio Massa.
Aníbal Fernández interviene como apoderado del sector que comparten Daniel Scioli y Tolosa Paz. Desde esa trinchera mandaron a avisar que si el reglamento aparece con algún dato exótico -como, por caso, un piso de 40%- podrían recurrir a la Justicia por considerar que una medida de ese tipo es antidemocrática. Un piso de esa altura sería una forma de inhibir la competencia en una primaria.
Con un hermetismo típico de estos trámites, avanza además el diseño de otro componente que es determinante: la conformación de la Junta electoral, que es la que intervendrá eventualmente en caso de que haya internas. La legislación de las PASO establece que cada lista interna puede tener un apoderado pero, hasta que eso ocurra -recién se va a verificar el 24- queda conformada una Junta electoral que es, además, la que redacta el reglamento. En el caso de la provincia de Buenos Aires, la integración de esa junta solo incluiría representantes del PJ y del Frente Renovador de Massa.
Insfrán es, en tanto, el ordenador de la cuestión nacional tal como se lo delegó el Congreso del PJ. El gobernador de Formosa llegó este martes a CABA y está a cargo de escuchar y ordenar las demandas de los distintos sectores. Fue, en la cumbre de mandatarios del CFI, uno de los que interpretó que las PASO son una instancia difícil de evitar aunque luego apoyó la postura general para “exigir” lista de unidad. La intensidad de esa demanda cayó mal en varios sectores. Agustín Rossi recurrió a la picardía del PJ como “último partido estalinista”.
Insfrán, de diálogo directo con Cristina Fernández de Kirchner, estuvo reunido el jueves pasado con Sergio Massa y se había visto, el martes anterior, con Alberto Fernández. Tiene la tarea, nada menor, de tener que ordenar tensiones e intereses que se expresan en la pelea por el frente electoral pero que exceden largamente esa cuestión.
PI