Horacio Rodríguez Larreta quedó disconforme con la ratificación ayer de Juntos por el Cambio como alianza opositora. No pudo torcer el brazo de Mauricio Macri para que a la coalición se incorpore el cordobés Juan Schiaretti y tuvo que conformarse con que se mantenga el mismo sello electoral. En Uspallata ya habían trabajado propuestas de un nuevo nombre que le hiciera un guiño al gobernador mediterráneo, dueño de la marca “Hacemos” en su provincia. El alcalde tampoco pudo lograr que se incluyera la palabra “libertad”, en referencia al flamante fichaje del libertario José Luis Espert. ¿Hacemos el Cambio? ¿Juntos por el Cambio y la Libertad? ¿Hacemos el Cambio y la Libertad? Nombres de la fantasía política que quedarán en ideas nomás.
Sin embargo, obsesionado con la victoria en las PASO, pero sobre todo preocupado por los números en contra, para Larreta el caso Schiaretti no está errado. Forzará que sea su vice hasta el último minuto del sábado 24 de junio, plazo final para la presentación de las listas de precandidatos. Cree que es la única manera de “ampliar el espacio”, lo que se traduciría en sumar más votos y, por consiguiente, ganar las primarias y quedar mejor posicionado para las generales de octubre.
Esa jugada final del alcalde porteño tiene dos tiempos, según recogió elDiarioAR en su equipo de campaña. Por un lado, necesita que desista de acompañarlo en la fórmula Gerardo Morales, jefe de la UCR y quien tiene todos los números puestos para completar un binomio cruzado. Por otro lado, tiene que esperar que acepte el gobernador peronista, que ayer formalizó su propia alianza presidencial.
“En esta instancia no se incorpora el partido de Schiaretti. Siempre hablamos con él, pero ahora estamos privilegiando la situación de Córdoba. Hasta el minuto final en que nos toque hacernos cargos del gobierno nacional vamos a seguir negociando”, desvió ayer la atención mediática Morales al finalizar la reunión de la mesa nacional de JxC en el comité nacional de la UCR. Por debajo de las palabras públicas, la rosca política tiene sus pliegues.
“Morales tiene que darse cuenta que no es él”, dijo a este medio un operador larretista que conoce al detalle el armado del jefe de Gobierno. “Es pan con pan”, es la metáfora gastronómica que circula en Uspallata para explicar por qué no funcionaría electoralmente el binomio entre el porteño y el jujeño.
“Hoy necesitamos al ‘Gringo’. Nos permitiría comer la segunda provincia del país”, agregó la fuente, argumentando que la carta de Schiaretti sería la única que aportaría nuevos votantes. Una opción menos explorada sería la de poner a Alejandra Vigo, esposa del gobernador, que ya es senadora y alimentaría la paridad de género. En Córdoba, Larreta corre por detrás de Patricia Bullrich según las encuestas que consumen desde la Ciudad Autónoma, pero el peronista está mejor posicionado que la ex ministra. Pese a todo, las PASO en la provincia mediterránea las gana Javier Milei. Una sorpresa, ya que el distrito le permitió a Macri alzarse con la victoria en 2015.
Para contrarrestar esa foto en contra que también se replica en otros distritos –cerca de Bullrich dicen incluso que el jefe de Gobierno está “diez puntos abajo” en CABA– ayer desde las huestes larretistas hicieron circular una encuesta nacional de Management & Fit que da ganador a Larreta a nivel nacional. El informe planteó que se impone por sobre Bullrich 19,7% a 11,4%. Pero el agregado llamativo es que también es el mejor rankeado en imagen positiva: 48,2% sobre 41,9%. En tercer lugar –según el sondeo– aparece Schiaretti, con el 40,8%. “Es todo invento de Seita”, admitió un operador consultado. Se sabe que el especialista Guillermo Seita trabaja tanto para el alcalde como para el gobernador.
Planteado ese panorama, el jefe de Gobierno mira de reojo el calendario. Especula con que el movimiento de fichas “Morales por Schiaretti” tiene que darse como en el dominó, casi por decantación. El alcalde va a estirar todo lo posible hasta el 24, aunque en su equipo recomiendan que la definición se dé entre el miércoles y jueves de la semana próxima. Así quedarían al menos dos días para llenar los casilleros de las listas legislativas.
Pese a todo, puede que se adelante, de acuerdo a lo que hagan sus rivales, tanto Bullrich como el kirchnerismo. “Si alguno es punta de lanza, precipita la definición de todos”, dijo la voz consultada, y adelantó el modus operando: “En ese momento habrá que llamar a Gerardo y convencerlo que él no puede ser. Y con su OK, avanzar con el ‘Gringo’”.
No será fácil para Larreta convencer a Morales. El radical hizo todos los deberes para ir como compañero de fórmula: impuso el lunes en la Convención Nacional de la UCR –el máximo órgano del centenario partido– la idea de que JxC tiene que ampliarse. Demostró que tiene las riendas de la fuerza federal, pese a la existencia del díscolo “grupo Malbec”, encabezado por los senadores Alfredo Cornejo (Mendoza) y Luis Naidenoff (Formosa), que coquetean con Bullrich.
Larreta tiene con qué cantar re-truco: cumplió su palabra de no torcerle la cancha en contra a Martín Lousteau para que sea competitivo en las PASO porteñas. El jefe de Gobierno apenas se ha mostrado con Jorge Macri después de ungirlo como el único candidato amarillo. Y el domingo pasado lo llevó al senador-economista a que levante con él la mano de Claudio Poggi tras su batacazo contra Alberto Rodríguez Saá en San Luis. Por allí también apareció Morales –y también Espert–.
Reconocido como “buen pagador”, Larreta podría ofrecerle a Morales un ministerio de peso en el hipotético caso de llegar a la Casa Rosada. Se habla de la Jefatura de Gabinete o del político Ministerio del Interior. También podría inclinarse el propio jujeño a encabezar la lista de senadores nacionales por su provincia. Así podría quedar como presidente provisional del Senado, quedando tercero en la línea de sucesión presidencial. Es un ofrecimiento que hasta llegó a hacerle Bullrich, como reveló elDiarioAR semanas atrás.
Cerca del gobernador jujeño esquivan el bulto. Se quejan por el ruido que ocasionó el tema Schiaretti a tan pocos días de las elecciones cordobesas. Plantean que hubo “mal timing electoral” y que es muy difícil “explicar esa narrativa” sin perjudicar a JxC en la provincia mediterránea. “Quedan diez días para negociar”, patearon para adelante cerca de Morales.
Mientras, en el PJ cordobés también hacen oídos sordos. “Ellos nos vinieron a buscar”, se desentendió un entornista de Schiaretti. El mandatario públicamente siempre planteó que se construya “un frente de frentes” opositor, lo que en definitiva significaba el fin de JxC. Y ayer formalizó –en alianza con el socialismo santafesino, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido Autonomista y otras fuerzas provinciales– el frente “Hacemos por Nuestro País”. En caso de aceptar sorpresivamente la “oferta final” de Larreta, quedaría en un mero sello testimonial.
MC