Intervención ante las empresas de EEUU

Scioli pidió las PASO en el oficialismo y dijo que con el dólar “la Argentina tiene un problema de caja chica”

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“Yo no me preparé para hundir la lancha a otro, sino para superarlo”. Daniel Scioli se enfrentó al auditorio de los representantes de las firmas norteamericanas en el país con su perfil moderado intacto. Con traje de precandidato por el oficialismo, buscó hacerle guiño a los gerentes y CEOs que lo escuchaban en el exclusivo Alvear Icon de Puerto Madero, pero en el fondo le habló a la interna del Frente de Todos. Pidió que haya PASO, adelantó que su compañero de fórmula será “federal” y ensayó una respuesta elegante a la crisis económica que no logra resolver el Gobierno y que podría ser su espada de Damocles ante las próximas elecciones.

“Argentina no tiene un problema estructural de dólares, tiene un problema de caja chica”, dijo Scioli en los breves minutos en los que fue acicateado por Alejandro Fantino arriba del escenario. “Concentrate en la respuesta”, le pidió el famoso periodista cuando veía que el embajador en Brasil arrancaba con su verborragia para eludir las respuestas directas. Rápidamente despertó risas y aplausos en el público. 

“Yo no vengo acá a hacer demagogia. Sé que otros van a venir a decir que van a sacar el cepo y las retenciones”, pateó la pelota para afuera, sabiendo que detrás suyo expondrán Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Juan Schiaretti, otros precandidatos. Según supo elDiarioAR, Javier Milei nunca respondió a la invitación de AmCham. Y Eduardo “Wado” de Pedro, que coquetea con lanzarse, rechazó el convite porque ya había participado el año pasado.

“Mi fórmula va a ser federal. Va a venir del interior”, fue la primera definición que develó Scioli. Fue a medias, porque no dio pintas de ningún nombre ni perfil de quien podría ser su compañero en la boleta. 

Luego fue que exigió que haya internas en el oficialismo, poco acostumbrado a ir a las urnas para definir sus candidatos. De hecho, Scioli no las tuvo cuando se presentó en las elecciones 2015, que terminó perdiendo en el balotaje contra Mauricio Macri. “Las PASO me parecen importante porque no quiero que me elijan en una reunión entre cuatro paredes. Quiero respaldo de la gente”, pidió. 

¿Y si va Cristina?, le repreguntó Fantino, ante la posibilidad de que la vice también sea una presidenciable. “Tengo la decisión tomada. Me gusta la competencia, pero no en términos desafiantes. Yo no me preparé para hundir la lancha a otro, sino para superarlo. El gran ordenador de todos es la voluntad del pueblo argentino”, explicó el ex motonauta. Entonces inventó un nuevo “ismo” sobre el cual se paró: “No voy por el kirchnerismo, el peronismo, o el albertismo. Yo voy por el argentinismo”. 

Antes se había definido en un punto intermedio de la escala política, buscando endulzar los oídos de los empresarios. “Algunos piensan en la dolarización como la solución milagrosa, y otros en dinamitar todo. No soy ningún revolucionario ni un conservador. Miren mi vida”, les pidió, disparando contra las propuestas de Milei y Bullrich, respectivamente.

Sobre la economía, prometió que si es elegido presidente habrá “convergencia de tipo de cambio”, pero esquivó responder a cuánto. Habló de un dólar “competitivo”. Y sin abundar mucho, planteó que un valor único de la divisa norteamericana está relacionado “con la lucha de la inflación”. Apuntó al objetivo de “reforzar reservar” y soltó en un momento muy breve: “Dejar de emitir también”. 

Cuando dio su visión de la problemática argentina la relacionó a la sequía, la guerra en Ucrania, el acuerdo con el FMI y la postpandemia. “Cambió la agenda del Gobierno”, dijo como un guiño a Sergio Massa, al afirmar que trabaja como diplomático “junto al equipo del ministro de Economía”. Scioli tuvo que dejar el ministerio de Producción y volver a la embajada en Brasilia cuando el tigrense llegó a Hacienda.

“Argentina no tiene un problema estructural de dólares, tiene un problema de caja chica”, aseguró. Vaticinó que en 2024 habrá récord de cosecha y superávit energético por el gasoducto de Vaca Muerta y las exportaciones de minerales: “Sé que hay pesimismo, pero vengo a hablarles de lo que viene” . 

Y se deshizo en promesas para los hombres y mujeres de negocios que coparon el foro de AmCham: “Yo garantizo un clima amigable de negocios, seguridad jurídica, libertad de expresión, lograr puntos de acuerdo. Tener un sector empresarial un aliado, no un enemigo”, exclamó.

MC