Desde el inicio de su campaña, Javier Milei y su candidata a vicepresidenta y autodenominada “especialista en Seguridad y Defensa”, Victoria Villarruel, plantean en su plataforma electoral propuestas directas para las Fuerzas Armadas: aumentar el presupuesto en Defensa, modificar la Ley de Defensa Nacional, modificar la Ley de Seguridad Interior y la Ley de Inteligencia Nacional y direccionar la política de defensa hacia una “doctrina de seguridad nacional”. Si bien no han aclarado qué detalles tendría la adaptación de dicha doctrina, el término hace referencia a la modalidad no oficial de intervención que adoptó Estados Unidos en las dictaduras latinoamericanas en los años 70 para “combatir la subversión”.
Las Fuerzas Armadas argentinas no tienen miembros activos que hayan formado parte de la última dictadura cívico militar, período histórico sobre el que Villarruel tiene una mirada al menos benevolente, y no quieren participar de la seguridad interior, como propone LLA. Sin embargo los datos de la Base Marambio, en la Antártida, arrojan que el 63% votó a favor de la fórmula libertaria. ¿A qué se debe este voto?
La situación actual del sector es el resultado de décadas de achicamiento. Pasaron de tener destinado un 2,5% del presupuesto nacional previo a la reestructuración menemista en los noventa a un 0,9%. Esto repercutió en una menor cantidad y calidad de materiales para el entrenamiento y bajos salarios para los efectivos.
Villarruel no es nueva en este círculo. La abogada es hija de un teniente coronel retirado ya fallecido que participó en el Operativo Independencia, sobrina de un militar enjuiciado por desempeñarse cómo oficial de inteligencia en el centro clandestino de detención Vesubio que no llegó a ser condenado por “cuestiones de salud”. Además, es fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), organización que pretende declarar “delitos de lesa humanidad” al accionar de las organizaciones guerrilleras de los años 70.
Mientras que la candidata de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich (con un paso en su juventud por Montoneros) habla de involucrar a las Fuerzas Armadas en el combate contra el narcotráfico, Villarruel los interpela en su idioma. La abogada habla de “moral”, “vocación de servicio” y “amor a la patria”, todos términos que son comúnmente usados en la jerga diaria castrense y que calan hondo en un sector desfinanciado de un país en crisis.
Con Villarruel a la cabeza, la Libertad Avanza propuso llevar a un 2% el presupuesto nacional para la Defensa en un plan progresivo que se completaría en ocho años y retomó el mantra que todos los gobiernos anteriores han prometido “equiparar salarios con los miembros de las Fuerzas de Seguridad”.
“Recobrar el prestigio de las FFAA argentinas en el plano nacional e internacional es fundamental, además de elevar el estado moral de sus integrantes. Adaptaremos los planes de carrera y la capacitación permanente, favoreceremos el acceso a la salud y a la vivienda, mejoraremos los niveles de ingresos que permitan la retención de recursos humanos, equiparando inmediatamente sus atrasados salarios, jubilaciones y pensiones con el personal de seguridad”, indicó Villarruel a través de un video subido a su cuenta el mes pasado.
Su postura no es diferente a la de la actual administración del Ministerio de Defensa, anteriormente a cargo del candidato a vicepresidente Agustín Rossi y hoy a cargo de Jorge Taiana, que rigió su política en dos ejes centrales: la creación del Fondo Nacional para la Defensa (Fondef) con el objetivo de recuperación, modernización y/o incorporación de material para las tres fuerzas armadas y prometió una “equiparación salarial” con respecto a las Fuerzas de Seguridad.
La creación del Fondef valió la aprobación incluso de Villarruel, quién no felicitó al gobierno nacional pero aseguró en una entrevista que “lo ampliarían”. Desde el sector se reconoce que el Fondef facilitó la compra, renovación o reparación de elementos pertenecientes a las tres fuerzas, pero todavía continúan los reclamos en cuanto a los materiales provistos más básicos como la comida o el uniforme y la fuga de capital humano por estos motivos.
Por otro lado a pesar de los anuncios de aumentos salariales por parte del gobierno nacional, estos no alcanzaron el objetivo y según datos del gobierno nacional mientras que alguien que ingresa con el rango más bajo en alguna de las tres fuerzas armadas cobra $179.000, su contraparte de la Policía Federal en el mismo escalafón actualmente cobra $238.000.
En cuanto a la política de Juntos por el Cambio (en ese entonces Cambiemos) para las fuerzas, el expresidente Mauricio Macri durante su mandato desplegó al Ejército Argentino en la frontera con Bolivia en funciones que competen a las Fuerzas de Seguridad y compró material inutilizable de distintos países del primer mundo. En contraposición, Vilarruel ha afirmado en una entrevista a Cadena 3 que autorizar la intervención de militares en la lucha contra el narcotráfico “no tienen asidero en lo legal” y que “las Fuerzas Armadas no pueden ingresar al ámbito interno porque lo impide la Ley de Seguridad Interior”, una ley que modificarán según la propia plataforma libertaria.
Además, la candidata lleva toda la vida con el objetivo de reabrir el debate sobre la última dictadura militar y parece finalmente haberlo logrado con el homenaje a “víctimas del terrorismo”. El acto fue realizado en la Legislatura Porteña y tuvo como destinatario a una parte de la familia militar, allí estuvieron presentes familiares de personas asesinadas por Montoneros y ERP que militan para que esos delitos sean clasificados como “delitos de Lesa humanidad”. El hecho ganó relevancia gracias al repudio y movilización de sectores progresistas que calificaron al acto como un acto “negacionista y una reivindicación” de la dictadura militar.
Desde su propio espacio, el candidato a jefe de Gobierno porteño Ramiro Marra aseguró en una entrevista que “nadie de La Libertad Avanza reivindica a (el dictador Jorge Rafael) Videla”, sin duda es un punto de contención dentro del frente liberal que podría llegar a tener incidencia en el futuro.
Entonces, más allá de que muchos dentro de las Fuerzas Armadas aprecien la creación del Fondef y los aumentos salariales y presupuestarios lo califican como “insuficientes” para subsanar décadas de no ser parte de la discusión política.
Al mismo tiempo, la idea de la candidata a vicepresidenta de LLA de reivindicar a las “víctimas del terrorismo” y su propuesta de aumentar a 2% el prespuesto en Defensa, paralelamente con eliminar otros gastos del Estado, coinciden con preocupaciones desatendidas o no cumplidas por parte de varios mandatos consecutivos hacia el área.
Según fuentes internas a las que consultó elDiarioAR, sería razonable esperar que el resultado de las bases antárticas se haya replicado en el voto de este sector en el continente. Lo que aún está por verse es si este alineamiento de Villarruel juega en contra o a favor del electorado que ya consiguió Milei y que no tiene vinculación con el aparato militar.
AB/DTC