Luego de una semana marcada a fuego por las derrotas en el Congreso, en Casa Rosada llegaron a una conclusión por demás evidente: es necesario volver al diálogo político. Llamativamente, quien tomó la iniciativa fue el propio Javier Milei. En una decisión curiosa teniendo en cuenta su perfil ajeno a la “rosca”, el Presidente convocó a los jefes de bloques aliados a una reunión para este viernes a las 18 en Casa Rosada. Hasta el momento, al cónclave están invitados el titular de la bancada libertaria, Gabriel Bornoroni; su par del PRO, Cristian Ritondo y el referente del MID, Oscar Zago, quien hasta abril estuvo al frente del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara baja.
Según pudo saber elDiarioAR, cerca de Ritondo valoraron el gesto de Milei, pero esperan un mea culpa de parte del mandatario debido a ciertas actitudes que, en el último tiempo, los bloques aliados consideraron un destrato. “Me parece que se podía haber hecho de otra forma”, señaló el miércoles a la noche el dirigente amarillo en una entrevista con TN, al referirse a la polémica por el DNU de Milei que aumentó en $100.000 millones los fondos reservados para la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que fue rechazado por la Cámara de Diputados la semana pasada con los votos del PRO.
¿Cuánto influyeron en el giro dialoguista de Milei las conversaciones que recurrentemente mantiene con Mauricio Macri? El expresidente volvió a cenar el miércoles pasado en Olivos, en un nuevo intento por convencer al líder de La Libertad Avanza de que su gobierno necesita un volumen político del que, a su entender, carece. En el PRO no dudan en presentarse como la salvación a los problemas de “calidad” en la gestión libertaria. Una evaluación que, en realidad, poco tendría de desinteresada: los amarillos buscan desembarcar con su tropa en lugares estratégicos del organigrama del Estado, como son, entre otros, el área de Energía o Transporte, más allá de la discusión en torno al control de la Hidrovía.
En Balcarce 50 reconocen que la aprobación de la ley Bases en junio fue un hecho que será difícil de repetir. Y hasta hace pocos días se mostraban resignados ante la posibilidad concreta de futuros traspiés en el Congreso. Sin embargo, la reunión de este viernes puede llegar a revertir ese clima derrotista. Al menos, a eso aspiran en el oficialismo, que ven como el escenario adverso en materia legislativa puede llegar a profundizarse si la semana próxima el Senado vota definitivamente a favor del rechazo al DNU de los fondos reservados para la SIDE.
Quien parece corrido de escena es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Esta semana, la principal espada de negociación política de La Libertad Avanza fue blanco de las críticas internas. Aunque no ignoran que Francos es un jugador irremplazable en las filas libertarias, algunas voces lo apuntaron como responsable de la triple derrota sufrida por La Libertad Avanza en el Congreso, que contó con además con la aprobación de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria impulsada por la oposición y que motivará un inminente veto presidencial. El próximo miércoles, Francos brindará su primer informe de gestión ante el Congreso.
En Casa Rosada intentaron mantenerse al margen de los conflictos que cruzaron los últimos días a ambos bloques oficialistas en el Congreso. Acerca de la expulsión de la diputada Lourdes Arrieta, solo atinaron a decir que se trató de “un tema del Poder Legislativo”, vinculado a la propia agenda de la legisladora. Lo mismo adujeron acerca de la situación del senador Francisco Paoltroni. Aunque el motivo por el que el formoseño fue corrido tuvo que ver, en realidad, con un tema algo más delicado: su abierto desafío al poder del asesor presidencial Santiago Caputo, a quien acusó de estar detrás de la candidatura del polémico juez Ariel Lijo a la Corte Suprema.
En el corto plazo, el Gobierno intentará avanzar con el debate de la reforma electoral, que tiene entre sus ejes principales la eliminación de las PASO y la implementación de la boleta única de papel, en reemplazo de la tradicional boleta partidaria. En la oposición aducen que, más allá de las intenciones mediáticas del Gobierno, todavía esas iniciativas no tuvieron un correlato en proyectos de ley concretos. La única excepción es la boleta única de papel, que cuenta con media sanción de Diputados y espera en el Senado el acuerdo que se logre con los distintos bloques para llevarla al recinto.
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