A diez años de su muerte

En un homenaje a Nisman, la AMIA juntó a Carrió con el ministro Francos y habló de “asesinato”

A las siete de la tarde de este lunes, cuando el calor de enero ya empezaba a aflojar, la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ubicada en el barrio porteño de Once, volvió a convertirse en el centro un reclamo de justicia. El acto que conmemoró los diez años la muerte del fiscal Alberto Nisman, cumplidos el sábado pasado, se desarrolló en el salón que homenajea a las 85 víctimas del atentado terrorista de 1994. Las palabras “homicidio” y “suicidio” todavía se cruzan como cuchillos afilados en una discusión que nunca dejó de ser política. Sin embargo, en Pasteur 633, la certeza es una sola: a Nisman lo mataron

“Su asesinato y esa posterior campaña de desprestigio público, mediático, de una bajeza inconmensurable, no lograron enterrar con él ni su proyecto familiar ni sus proyectos profesionales. Todo lo contrario”, sostuvo al tomar la palabra Sandra Arroyo Salgado, su expareja y madre de sus dos hijas. En un discurso con cierto emotivo, la jueza federal de San Isidrio rescató el valor de lo hecho por Nisman una década después de su trágico desenlace. En un guiño al oficialismo, destacó que “hoy Argentina está del lado correcto del mundo” y remató: “Gracias Alberto Nisman por ser parte de esta enseñanza y este aprendizaje”.

Las palabras de la jueza federal retumbaron en un auditorio plagado de figuras de la política y el Poder Judicial, entre los que se encontraban tanto el fiscal como el magistrado que lleva adelante de la causa que investiga la muerte de Nisman. Eduardo Taiano y Julián Ercolini compartieron espacio, además, con el fiscal Diego Luciani, recordado por ser quien acusó a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad.

En tanto, por parte del Gobierno, pudo vérselo al jefe de Gabinete Guillermo Francos y al ministro de Salud, Mario Lugones, además del secretario de Cultura, Leonardo Cifelli. Sorpresivamente, compartieron espacio con la exdiputada Elisa Carrió.

La ausencia más comentada fue la de Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad, de vacaciones, no pasó desapercibida en las conversaciones al margen. Su relación fluida con Nisman en los días previos a su muerte, y su rol como presidenta de la comisión parlamentaria a la que el fiscal debía presentarse, la convierten en una figura difícil de obviar. Quien sí estuvo presente fue Laura Alonso, otra figura que supo intercambiar fluidamente con Nisman las horas previas a que fuera hallado muerto en el baño de su departamento, con un tiro en la cabeza.

“La cantidad de irregularidades han sido espantosas, desde la desaparición de la custodia por una cantidad de horas hasta la contaminación de la escena del crimen”, indicó el presidente de la AMIA, Amos Linetzky, otro de los oradores de la jornada, quien remarcó que la Justicia ha determinado que se trató de un homicidio. Pero explicó que no fue un caso común, ya que el fiscal investigaba uno de los atentados terroristas más graves en la historia de Argentina. “Un fiscal federal que, en ocasión y como consecuencia de su situación como fiscal, aparece muerto”, señaló.

En cuanto a las acciones del gobierno de Javier Milei, Linetzky fue cauto pero optimista. “Es pronto, ¿no? Se han mostrado buenos pasos iniciales que nos han despertado, pero aún es pronto para decirlo y pronto para juzgar”, respondió ante la consulta de la prensa. En ese sentido, puso énfasis en la necesidad de un trabajo metódico y ordenado en la investigación del atentado a la AMIA: “La clasificación, el orden de las carpetas, la apuesta al servicio y al acceso de investigadores es esencial”. Aunque reconoció que estos pasos son positivos, advirtió que aún queda un largo camino por recorrer: “Tenemos expectativas, veremos qué ocurre”. 

El más vehemente al momento de su exposición fue Waldo Wolff. El exdirigente de DAIA y actual ministro de Seguridad porteño apuntó directamente contra Cristina al señalarla como la principal responsable del giro operado por la Argentina en la causa AMIA en materia de estrategia judicial, tras la muerte de Néstor Kirchner. “La manera de honrar a quien puso en blanco sobre negro la acusación de complicidad del gobierno de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner con la República Islámica de Irán, dando incluso su vida, es recordar esos contrastes y seguir esa línea”, comenzó diciendo al pararse frente al atril.

Wolff pidió “honrar al fiscal Nisman con acciones” y apuntó contra la manipulación de la escena del crimen y el accionar del gobierno de aquel entonces. “A las pruebas y lo establecido por la justicia me remito”, comenzó su intervención, marcando su posición sobre el debate en torno a la muerte del fiscal. Según el diputado, las fuerzas federales dependientes del Ejecutivo de aquel momento “tenían la obligación de preservar la escena del crimen como auxiliares de la justicia y enchastraron, rompiendo la indispensable preservación del lugar en complicidad con su mandante”.

El dirigente del PRO fue más allá al describir la estrategia de quienes defienden la teoría del suicidio en tanto “matriz del relato” construido. “Es ahí, en el barro, donde ellos se sienten cómodos. Porque son profesionales del chiquero, de la descalificación, de las teorías conspirativas, de las operaciones”. Y lanzó un fuerte mensaje a quienes considera enemigos de los valores republicanos: “Nunca más validar a alguien que cuestiona el derecho del Estado de Israel a existir y defenderse. Nunca más invitar a nuestros actos a quienes pisan, obstaculizan o mancillan nuestras causas, todas, las jurídicas y las de valores”.

Para finalizar, Wolff recordó las palabras de Cristina en el Patio de la Palmeras, durante un acto en los días previos a la marcha del 18 de febrero de 2015. En esa oportunidad, la expresidenta sostuvo, en referencia a la convocatoria a una “marcha del silencio”: “A ellos les dejamos el silencio, siempre les gustó el silencio, porque no tienen nada que decir o porque no pueden decir lo que piensan”. El ministro porteño leyó ese textual. Y le respondió con un remate que motivó la ovación de los presentes: “Diez años después, le respondo a la expresidenta: no nos callamos y a usted la sentamos en el banquillo de los acusados”.

Dudas

La historia ya es conocida, pero sigue sin concluirse. Aquella noche de enero de 2015, el cuerpo de Nisman apareció en el baño de su departamento en Puerto Madero con un tiro en la cabeza. Lo que siguió fue una película de enredos que incluyó peritajes contradictorios, denuncias de encubrimiento y una grieta que no dejó de ensancharse.

El contexto no puede ser pasado por alto: Nisman, quien lideraba la investigación sobre el atentado a la AMIA, había denunciado pocos días antes a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros altos funcionarios por un presunto encubrimiento del ataque terrorista de 1994 mediante la firma del Memorándum con Irán. Esa denuncia, que pretendía presentar ante el Congreso el lunes 19, quedó trágicamente inconclusa.

La investigación inicial, conducida por la fiscal Viviana Fein en el fuero penal ordinario, concluyó que Nisman habría fallecido por un disparo autoinfligido entre la mañana y el mediodía del 18 de enero. Sin embargo, dos años más tarde, un segundo peritaje realizado por la Gendarmería Nacional y ordenado por el juez federal Julián Ercolini, afirmó que el fiscal fue asesinado durante la madrugada, reducido por al menos dos personas. Ambos informes son oficiales y contradictorios.

El primer equipo de peritos, liderado por el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, descartó signos de lucha, golpes o huellas de terceros en la escena. Sin embargo, dos años después, en 2017, la Gendarmería contradijo estas conclusiones: halló supuestas lesiones en el tabique nasal y el hígado del fiscal, restos de ketamina en su organismo y aseguró que Nisman fue doblegado antes de ser ejecutado. Lo cierto es que no se encontraron huellas ni rastros genéticos de terceros, y las cámaras de seguridad no registraron movimientos extraños.

El sábado pasado, la Oficina del Presidente emitió un comunicado en el que calificó la muerte de Nisman como un asesinato perpetrado por “lo más oscuro del poder” y reiteró su compromiso con la justicia en las causas relacionadas con el atentado a la AMIA. El Gobierno venía de responder el pedido de la Justicia y desclasificar la información de inteligencia amparada por el secreto que la SIDE tenía en su poder relacionada con el presunto crimen del fiscal. La medida busca conocer datos clave sobre “agentes y el entrecruzamiento de teléfonos de espías” en las horas previas y posteriores al fallecimiento del fiscal, con el objetivo de esclarecer “la red de contactos” y las interferencias que marcaron uno de los casos más controvertidos de la historia reciente del país.

PL/MC