“Estamos más unidos que nunca, nadie nos va a romper a nosotros, y nadie que no tiene que ver con nuestra provincia porque son como los judíos, por ahí no tienen patria y no saben dónde están”, aseguró con firmeza y cierto enojo el diputado nacional Pablo Ansaloni. El comentario antisemita tuvo lugar durante una charla virtual por zoom en la que hablaba sobre la representación del gremio de los trabajadores rurales (UATRE).
El video fue difundido este miércoles por el sitio especializado Infogremiales. Tras su viralización, llegó inmediatamente el repudio de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y de la propia UATRE. Acto seguido, un intento de pedido de disculpas por parte de Ansaloni.
“En mi carácter de diputado Nacional, quiero aclarar los dichos en un video que circula de forma mal intencionada sobre mi persona. Ante todo realizo un pedido de disculpas a la querida comunidad Judía por los dichos sacado de contexto. Cuando hago mención a esa frase milenaria, sólo se refiere a la falta de territorio que por muchísimos años el pueblo Judío no tuvo”, se justificó el legislador nacional a través de una publicación en Facebook.
Agregó: “Esa frase mal formulada la mencioné dentro de una discusión queriendo ilustrar lo que estaba diciendo y NO en forma despectiva. Tengo mucho respeto y apoyo con toda convicción la lucha que vienen desarrollando en el país desde el lamentable atentado de la AMIA. Sin más, reitero la disculpas a toda LA COMUNIDAD JUDIA y a quien se haya sentido ofendido”.
Detrás del pedido de disculpas subyace una trama de peleas feroces dentro de UATRE y del partido Fe, un sello que fundara en 2013 el fallecido jefe gremial de los peones rurales Gerardo “Momo” Venegas, histórico aliado de las cámaras patronales del agro.
La hoja de ruta de Ansaloni reconoce varios giros en los últimos años. En la actualidad, preside el sello Fe y ocupa una de las 6 sillas del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, conducido por el mendocino José Luis Ramón, espacio que actúa aliado al oficialismo. En particular, Ramón tiene un trato fluido con Sergio Massa.
Pese a su origen peronista y cercanía con Hugo Moyano, desde 2009 el Momo Venegas se había convertido en acérrimo antikirchnerista y anotó su sello en la coalición que consagró a Mauricio Macri en la Presidencia, hace 5 años. De ahí que Ansaloni ganara su banca en 2017 por Cambiemos. Pero en la previa a las elecciones de 2019, Ansaloni rompió con Juntos por el Cambio y formó un monobloque, para recalar luego en el espacio de los ramones, que operativamente pasaría a funcionar en la periferia legislativa del Frente de Todos.
A raíz de su ruptura con Juntos por el Cambio, Macri, todavía en funciones, le reclamó que devolviera la banca mediante un tuit intempestivo en el que le endilgó “traición a la confianza de los votantes”.
Encontramos en Sergio no sólo un líder sino también un compañero que está presente en cada necesidad y que busca dar soluciones continuamente a la población Argentina
En paralelo, dentro de UATRE también hubo otra muerte que alteró el tablero político. Ramón Ayala, histórico segundo delgremio, había asumido la secretaría general en 2017 para completar el mandato tras el fallecimiento de Vengas. Dos años después, Ayala fue reelecto hasta el 2023 al frente del gremio de los peones, pero en octubre del año pasado murió por Covid-19. Ese desenlace inesperado abrió una pelea encarnizada por la herencia del poder entre el diputado Ansaloni, ladero de Ayala, y el vice de UATRE, el chaqueño José Voytenco.
Existían tres cargos de peso en disputa: la Secretaría General del Sindicato, la presidencia de su obra social (OSPRERA) y una silla en el directorio del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre). UATRE cuenta con unos 350 mil afiliados y más de 100 congresales que podrían ser claves en la elección de la CGT.
Ansaloni impulsaba un reparto negociado con Voytenco, pero el sucesor de Ayala rechazó la propuesta y fue por todo. El diputado resiste como puede con sus representantes en la obra social OSPRERA. Incluso judicializó la razzia que esbozó Voytenco y obtuvo un amparo a su favor.
En noviembre pasado, Ansaloni buscó cobijo político en el paraguas de Sergio Massa. Se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados y, a la salida de la cita, declaró: “Encontramos en Sergio no sólo un líder sino también un compañero que está presente en cada necesidad y que busca dar soluciones continuamente a la población Argentina”. Si bien todavía pertenece al bloque de los Ramones, durante el encuentro con el presidente de la Cámara baja se comprometió a sumar al sello Fe al Frente de Todos en las legislativas 2021 como forma de garantizarse un aval nacional en su pulseada con Voytenco.
El actual jefe de la UATRE a su vez también pretendió obtener una serie de respaldos de peso, por eso se vio con Santiago Cafiero y Axel Kicillof en los últimos meses. Pero el referente nacional de Voytenco es el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich.
Tras la viralización del discurso antisemita de Ansaloni, uno de los primeros en comunicar su rechazo fue Voytenco. El gremialista chaqueño manifestó su desagrado con un mensaje firmado por la UATRE, reacción que alimentó las sospechas de Ansaloni. El diputado incluso acusa al jefe sindical de haber filtrado el video de ese zoom. “Que se haga cargo de lo que dijo”, retrucan desde el sindicato de trabajadores rurales. Así, el Ansaloni-gate abrió una inesperada puja (otra más) hacia el interior de la gran familia que orbita en el Frente de Todos.
AF