Publicado ya el decreto del Gobierno que oficializó el cambio de nombre del Centro Cultural Néstor Kirchner (CCK) a Palacio Libertad, este sábado el presidente Javier Milei encabezó un acto de “proclamación” del nuevo nombre, que guarda estrecha relación con la sigla La Libertad Avanza.
De acuerdo a fuentes oficiales, al evento asistieron alrededor de 100 personas entre funcionarios e invitados especiales, y ofició como gesto previo al traspaso del ahora ex CCK de la Secretaría de Cultura a la órbita de Karina Milei.
El viernes por la tarde, el vocero presidencial compartió el momento en que se desplegaban las nuevas banderas desde las ventanas del edificio. “Nace el ”Palacio Libertad“. Fin.”, aseguró el responsable de la comunicación del Gobierno.
Se aguarda que la resolución se publique en el Boletín Oficial en las próximas horas para modificar el nombre del ex palacio de Correos y Telecomunicaciones, ubicado en la calle Sarmiento 151 de la Ciudad de Buenos Aires, que según se había adelantado se buscaría que no responda a “intereses políticos y partidarios”.
El evento , transmitido por la TV Pública, las redes de Presidencia de la Nación y el canal de Youtube de Casa Rosada, comenzó con un alegato de Milei a favor de la figura de Domingo F. Sarmiento y de Julio A. Roca, en la fecha en la que se celebra el Día de la Diversidad Cultural.
Estas fueron algunas de las frases destacadas del breve discurso del presidente:
“Para nosotros, este es el inicio de una nueva etapa donde enaltecemos la figura de nuestros más grandes próceres y símbolos nacionales para dejar atrás el culto a los políticos que arrastraron al país a la decadencia y a la humillación”
“Es un reconocimiento a Sarmiento, que fue tan maltratado por el populismo, como otras grandes figuras históricas como Julio A. Roca”
“La verdad incómoda de la educación argentina es que la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y los ricos, la clase media alta”
“En un país donde la gran mayoría de los niños son pobres y no saben leer, escribir ni realizar una operación matemática básica, el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos, cuyos hijos son los únicos que llegan a la universidad con los recursos, la cultura y el tiempo común para poder estudiar. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”.
“Acá no está en juego la educación pública y gratuita, sino los curros de los vivos de siempre”.
“No queremos cerrar las universidades, sino auditarlas. Si no quieren ser auditados es porque están sucios”.
AB/DM con información de agencia NA.