Horacio Rodríguez Larreta intentará pasar cerca del mar el mal trago del escándalo que involucra a Marcelo D’Alessandro. Recién aterrizado desde Villa La Angostura, donde estuvo para Año Nuevo y hasta se encontró con Mauricio Macri, el jefe de Gobierno porteño encaró ayer una fuerte defensa pública de su ahora ministro en licencia y hoy mismo comienza una mini gira electoral por la Costa.
Larreta reapareció este miércoles en la escuela técnica Otto Krause y dio su primera conferencia sobre el escándalo. Respaldó la decisión de D’Alessandro de extender sus vacaciones por varias semanas y cuestionó al Gobierno por iniciarle un juicio político a la Corte Suprema.
La narrativa del alcalde porteño buscó cambiar el eje de la discusión para contener el impacto de la polémica. Según supo elDiarioAR, el pedido de licencia nació del funcionario para con su jefe, y no al revés, aunque Larreta meditó todo el fin de semana en el Sur qué medida tomar al respecto. En el arranque de un año electoral, no podía dejar el cabo suelto.
D’Alessandro alegó cuestiones personales para apartarse temporalmente del cargo, que ahora será absorbido por el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel. Que se mantenga la estructura de su organigrama da la pauta –entienden en la Ciudad– de que “todo sigue igual”.
“Obviamente tiene impacto político, es complicado lo que pasó, pero Marcelo dejó a todo su equipo. Horacio confía plenamente en él”, recogió este medio en Uspallata.
Que se mantenga la estructura de su organigrama da la pauta –entienden en la Ciudad– de que 'todo sigue igual'
El escándalo le impidió a Larreta incluso tomar la temperatura de los cambios que hizo en su gabinete la semana pasada. La incorporación de Martín Redrado, Silvia Lospenatto y Waldo Wolff no le dieron, a priori, un rédito palpable. Si hasta hubo fuego cruzado por sumar a un ex funcionario kirchnerista y a un “halcón” ex aliado de Patricia Bullrich.
La estrategia de “dar vuelta la página” también tiene un costado político puertas adentro: evitar que crezca la interna, tanto en el PRO como en Juntos por el Cambio.
Por ahora, hay silencio en la tribu de Bullrich, que está de vacaciones hasta mediados de enero. “Dejémosla así, el año va a ser largo”, comentó con ironía un estrecho colaborador.
En su conferencia Larreta dejó entrever que los diálogos que mantuvo con Macri habrían tenido un apartado sobre el caso D’Alessandro, pero esas conversaciones se mantienen bajo siete llaves. “Compartimos la preocupación por la Corte”, se limitó a explicar públicamente Larreta, llevando el tema al juicio político contra el máximo tribunal.
En la previa la expectativa era que el alcalde y el ex mandatario acuerden un pacto de convivencia electoral para todo el PRO, que también acepte Bullrich –que visitará el club Cumelén cerca del 20 de enero– y más allá de que Macri juegue o no en las elecciones. “Con Mauricio tengo una relación de afecto de hace 20 años. Es natural que nos crucemos si estamos los dos en el mismo lugar, hace mucho vacaciono en Villa La Angostura. Entiendo que cada vez que nos reunimos sea ‘la cumbre’, pero raro sería no reunirse”, apuntó.
En la UCR
Silencio también en el radicalismo, posibles socios de Larreta en la carrera hacia la Casa Rosada. La recorrida por el partido de la Costa podría incluir una foto con el gobernador jujeño y presidente de la UCR, Gerardo Morales, lo que sería una postal de trascendencia. Martín Lousteau, quien le disputará al PRO la interna de JxC en la Capital Federal también juega callado.
El único ruido interno fue el explosivo tuit de Elisa Carrió del martes, que a las pocas horas terminó avalando la decisión de D’Alessandro. Los micromensajes de la dirigente cambiemita tenían mucho para leer entre líneas: “No sostener a funcionarios acosados por las mismas mafias que asesinaron a Nisman, con escuchas falsas e ilegales no habla muy bien del gobernante que no sostiene al funcionario, ni enfrenta a las mafias. Ya se ha hecho la denuncia penal correspondiente”, escribió en un primer mensaje, un tiro por elevación al alcalde porteño. “Acompaño la decisión de @horaciorlarreta. Hay que redoblarle la apuesta a las mafias ilegales. No podemos ser víctimas del espionaje ilegal”, publicó después.
'Lo de Lilita no es un ida y vuelta. Sino más bien un alerta. Ella juega anticipadamente para no caer en la extorsión de las mafias', explicó un dirigente
Un entornista de Carrió intentó traducirla, de alguna manera abriendo el paraguas a posibles nuevas filtraciones, teniendo en cuenta que no solo D’Alessandro denunció que le hackearon el celular, sino también el diputado Diego Santilli. “Lo de Lilita no es un ida y vuelta. Sino más bien un alerta. Ella juega anticipadamente para no caer en la extorsión de las mafias”, explicó el dirigente.
“El kirchnerismo tiene un poder de fuego grande y cuando quieren instalar una mentira lo hacen. Después tenés que dar explicaciones sobre algo que no hiciste”, consideró un vocero porteño, marcando el ánimo interno que hay en Uspallata.
Ayer Larreta evitó pronunciarse sobre las filtraciones de supuestos chats entre el ahora licenciado ministro y Silvio Robles, vocero de Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema de Justicia: “No me voy a hacer eco de ningún contenido de chats que haya surgido de espionaje ilegal”, respondió, y agregó: “Los chats son frutos de un espionaje ilegal, de haberle pinchado el teléfono de D’Alessandro. Y a partir del hackeo hay manipulación de la información”.
Con ese contexto, este jueves el jefe de gobierno comienza en Las Toninas una recorrida electoral a la vera del mar. Hasta el domingo tiene en agenda recorrer casi 300 kilómetros de costa, con algunas escalas, como Pinamar y Mar del Plata, –dos terruños amarillos, con Martin Yeza y Guillermo Montenegro a la cabeza–. Pero el plato final será el domingo en Miramar, una parada que en el equipo de campaña de Larreta ya están saboreando: es la sede de la Fiesta del Lechón.
MC