Sergio Massa le repetirá hoy a sus pares en el gabinete su obsesión desde que llegó a Economía: “El gasto de los ministerios no superará lo ya presupuestado durante 2022”. Esa bajada de línea, según tradujeron colaboradores del tigrense, fue la que el flamante ministro le planteó ayer mismo a los administradores de cada cartera en las reuniones que mantuvieron en el Palacio de Hacienda.
La intención oficial por contener el gasto público para cerrar el año con un déficit fiscal del 2,5% anual –tal como lo pide el FMI– será el marco de la primera reunión de gabinete a la que participará el flamante ministro. La cita, como es habitual en la agenda de Juan Manzur, está prevista que comience a las 7.30 en el Salón Eva Perón, en el primer piso de la Casa de Gobierno.
El cónclave también servirá para cristalizar la nueva operatividad del Gobierno, con el tucumano ratificado en su cargo cuando Massa desembarcó en el Ejecutivo por Silvina Batakis, más el nuevo rol de Juan Manuel Olmos, de máxima confianza del presidente Alberto Fernández, como flamante secretario de Gabinete de la Jefatura de Gabinete. Solo en una de las reuniones que se vienen realizando en la Rosada desde mayo participó el Presidente: fue el 16 de junio, cuando transmitió “redoblar esfuerzos en la gestión”.
El cónclave de este miércoles llega con una semana de demora, por el retraso obligado que significó la jura de Massa del miércoles pasado. La última había sido el pasado 20 de julio, con Batakis dando un duro diagnóstico frente a sus pares: “Vienen meses muy duros”.
Pese a la hiperactividad que le imprimió Massa a su primera semana de gestión, el panorama de las cuentas públicas lejos está de mejorar sobre lo planteado por la hoy presidenta del Banco Nación. En sus reuniones de ayer con los responsables de administración de cada ministerio, junto a su secretario de Hacienda, Raúl Rigo, y su jefe de Asesores, Leonardo Madcur, Massa explicitó la intención de fijar “techos de gasto” y “programar la gestión hasta fin de año”, según señalaron en Hacienda. Se trata del primero de los cuatro ejes que trazó cuando asumió: 1) Orden fiscal, 2) Sostener el Superávit comercial, 3) Fortalecimiento de las Reservas y 4) Desarrollo con inclusión.
Ya Batakis les había dicho al resto de los ministros que no se iba a gastar más de lo que había presupuestado, y que la clave estaba en planificar bien, según confiaron desde un importante ministerio. Ahora esperan que Massa les diga lo mismo. Es que los números en rojo siguen siendo los mismos: según el último informe de ejecución presupuestaria de la Oficina Nacional de Presupuesto del Congreso (OPC), durante el primer semestre de 2022 el gasto público estuvo por encima de la inflación en un 11%. La suba la impulsaron los subsidios en gas y electricidad (crecieron en un 38%), los programas sociales (arriba un 29%) y las transferencias a las provincias (un 13%).
Como ya publicó ayer elDiarioAR, según estimaciones privadas, si el Gobierno siguiera gastando al ritmo que lo venía haciendo el ex ministro Martín Guzmán el déficit sería de 3,5% del PBI, un punto por encima de lo que estipula el acuerdo con el FMI. El ajuste massista tendría que ser, entonces,de unos $800.000 millones aproximadamente. Una de las claves para lograr esa meta, entienden en Hacienda, será acelerar la quita de subsidios a la energía, por lo que se anotan como una victoria política haber logrado imponer a Flavia Royón como secretaria de Energía.
En ese sentido, y aunque admiten que tiene una parada compleja, cerca del ministro creen que su llegada ya cambió también el humor económico. Este martes no tardaron en compartir que ya el lunes hubo “una buena reacción a Massa desde los mercados”. Destacan que subieron las acciones argentinas que se negocian en Wall Street, que hubo una suba de los bonos en pesos y que bajaron los dólares alternativos.
“Le dio un nuevo aire al gobierno, esperemos le vaya bien”, se hizo eco por lo bajo un funcionario de la Rosada ante elDiarioAR. Incluso una voz en el Instituto Patria coincidió: “Estamos viviendo un relanzamiento, había que darle envergadura al Gobierno para que encuentre las respuestas y los respaldos que en el correr de la gestión se había ido perdiendo”. La foto de ayer en Lomas de Zamora de Fernández con Axel Kicillof, Martín Insaurralde y Matías Tombolini –secretario de Comercio– cristalizó el nuevo acuerdo hacia el interior del Frente de Todos.
“Massa no fue porque se quedó en Economía en sus reuniones”, aclararon cerca del ministro, que había sido confirmado en la previa.
En la reunión de gabinete de hoy Massa aprovechará para colar una noticia “positiva”: la confirmación de que se otorgará un nuevo bono para los jubilados, el mismo día en que se dará a conocer el Índice de Movilidad Jubilatoria, que tiene un impacto en 18 millones de personas que reciben prestaciones de la Anses. El lunes el tigrense recibió a la titular del organismo previsional, Fernanda Raverta, en su despacho.
Tercer ministro de Economía en 40 días, Massa ocupará en la reunión con sus pares la misma silla que usaron Batakis y Guzmán, con la diferencia que llega con peso político propio y el apoyo explícito tanto de Alberto como de Cristina Kirchner. Habrá que ver si será él mismo quien hable en la conferencia de prensa habitual post reunión, en vez de dejarles a otros ministros las explicaciones económicas, como hicieron sus antecesores.
MC