“Si Lijo es el monstruo de ellos, yo quiero tener mi propio monstruo”. La metáfora que usó una voz ultrakirchnerista expone el enrarecido clima previo que se respira en el Senado ante la audiencia de Ariel Lijo como candidato del Gobierno para convertirse en nuevo integrante de la Corte Suprema de Justicia, agendada para este miércoles 21 desde las 10 en el Salón Azul de la Cámara alta. La exposición pública del juez federal será clave para entender cómo se podrían acomodar los legisladores en el recinto, ya que aún hay una fuerte incertidumbre sobre si el polémico magistrado podrá juntar los dos tercios de los votos presentes que necesita para conseguir el cargo. En esa ecuación, son sensiblemente necesarias las 33 bancas (de 72) que ostenta Unión por la Patria.
La incertidumbre reina en los pasillos del Senado porque Lijo es un tabú, salvo entre quienes ya avisaron que rechazan su postulación: algunos senadores del PRO, el libertario Francisco Paoltroni y radicales sueltos. Es el propio juez federal quien está en la minuciosa tarea de juntar sus propios apoyos y los del catedrático conservador y antiabortista Manuel García-Mansilla. Al menos así parece ser el acuerdo al que habrían llegado Karina Milei y el asesor Santiago Caputo con el supremo Ricardo Lorenzetti, padrino de Lijo en la Corte. Fiel a su estilo, el Presidente apuesta a todo o nada: avisó que “son los dos o ninguno”.
“Estamos ante una situación muy rara porque el Gobierno nunca abrió un diálogo con la oposición. La Constitución es sabia cuando impone el número de los dos tercios porque obliga al poder central a negociar con las provincias acá representadas para configurar otro poder del Estado. Pero acá es todo raro. Fue una decisión que tomaron entre tres personas; si ni siquiera el ministro de Justicia estaba al tanto”, señaló a elDiarioAR una de las senadoras opositoras que será protagonista en la audiencia del miércoles. La exposición de García-Mansilla está prevista para una semana después, el 28 de agosto.
Además de ser un pliego “incómodo” por su historial, la candidatura de Lijo es llamativa porque fue propuesto para ocupar la vacante que dejó Elena Highton de Nolasco en noviembre de 2021. Es decir que no se cumpliría un criterio de equidad de género. A su vez, García-Mansilla –el verdadero candidato de los Milei– genera suspicacias porque busca anticipadamente reemplazar a Juan Carlos Maqueda, quien recién a fin de año cumplirá el límite de los 75 años de edad que se exige para el cargo.
La audiencia de los candidatos será en el marco de la comisión de Acuerdos, que preside Guadalupe Tagliaferri, senadora porteña por el PRO y referenciada en Horacio Rodríguez Larreta. “Esperamos que la exposición no se convierta en un circo”, comentaron en el despacho de la legisladora. Lijo se someterá a un test público frente los senadores de todas las bancadas, muchos de los cuales le transmitirán filosas preguntas sobre su idoneidad moral, la sospecha de incremento patrimonial, su presunta falta de formación académica y su desempeño como juez.
Ese fue al menos el tenor de las 34 impugnaciones ante el Senado que recibió Lijo sobre su candidatura por parte de organizaciones profesionales y no gubernamentales, partidos políticos y particulares, entre ellas de de diputados de la UCR y de la Coalición Cívica de Elisa Carrió –que ya lo denunció penalmente por asociación ilícita, lavado de dinero, coimas y tráfico de influencias– . Se espera que los senadores más duros hagan suyos esos cuestionamientos en la audiencia, que no tiene horario fijo de finalización.
“Prejuicio estereotipado”
Titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal nro. 4 de Comodoro Py 2002, Lijo llevó adelante causas sensibles para el poder como la expropiación de Ciccone que involucró a Amado Boudou, la deuda del Correo Argentino y la investigación por el encubrimiento en la causa AMIA. Tiene sobrados vínculos subterráneos con todo el arco político y hay sospechas sobre su patrimonio –se señala en ese sentido la lujosa vida de su hermano Alfredo “Freddy”–. De acuerdo con un informe realizado por Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), que exigir que se retire su pliego, Lijo está entre los jueces más denunciados ante el Consejo de la Magistratura (32 veces, aunque nunca fue sancionado) y es de los que más dilata los expedientes (solo elevó a juicio 14 de las 89 causas de corrupción que tuvo a cargo).
El juez respondió las impugnaciones en su contra en un escrito enviado días atrás a la comisión de Acuerdos. Acusó de un “prejuicio estereotipado de impugnación al sistema institucional” las críticas recibidas por su supuesta falta de idoneidad moral y consideró “meras aseveraciones sin ningún tipo de sustento fáctico ni documental” las denuncias por su patrimonio.
La figura de Lijo es tan controversial que tiene un firme opositor en las propias filas del oficialismo. El senador Paoltroni, de Formosa, fue el primero en pegar el grito en el cielo a partir de que el juez fue quien remitió a la justicia provincial aquella causa sobre la consultora The Old Fund, contratada por el gobierno de Gildo Insfrán y que pertenecía a Alejandro Vandenbroele, señalado como testaferro de Boudou. En su cruzada contra Lijo el legislador encabezará este lunes, en un salón del Senado –cedido por Victoria Villarruel– una sugestiva charla “sobre la Corte Suprema”.
“Lijo no es idóneo desde lo profesional y moral”, apuntó Paoltroni ante elDiarioAR. El formoseño anticipó que el pliego del juez no tiene los votos para avanzar en la Cámara alta. En la cúpula de la bancada de La Libertad Avanza, que conduce Ezequiel Atauche (Jujuy) evitaron las especulaciones sobre el poroteo, pero sí confiaron que está asegurado el voto afirmativo de sus restantes seis senadores.
En el PRO, partido aliado al Gobierno, Mauricio Macri ya le bajó el pulgar a Lijo. De las seis bancas amarillas, al menos los cordobeses Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero votarían en contra. Tagliaferri, quien coordinará la exposición, ya avisó que no reconoce al expresidente como jefe político, por lo que podría inclinarse en un aval sobre el magistrado.
También en la UCR hay división interna. De sus 13 legisladores, dos ya anunciaron que irán por el rechazo: Pablo Blanco (Tierra del Fuego) y Carolina Losada (Santa Fe). Genera expectativa qué hará Martín Lousteau (CABA), que se volvió muy crítico de Milei, aunque su socio político Emiliano Yacobitti explicitó públicamente su apoyo a Lijo. El economista está en el medio de otra negociación clave con el oficialismo: formar parte de la sensible comisión bicameral de Inteligencia, que tiene fecha de constitución el 20, justo un día antes de la audiencia del juez. Un perfil mucho más condescendiente con los libertarios tiene el titular de la bancada, Eduardo Vischi (Corrientes),
En los bloques provinciales –en total suman 13 votos– hay una variedad de posturas sobre el Gobierno, pero ningún senador mostró aún sus cartas. Hasta ahora fue un socio fiel en todos los debates el salteño Juan Carlos Romero, que conduce el trío Cambio Federal. Más incierto aparece el posicionamiento de Unidad Federal, que preside el correntino Camau Espínola, pero que integran la cordobesa Alejandra Vigo –que ya exigió que tiene que haber una mujer en la Corte– y el entrerriano Eduardo Kueider –quien también está en la rosca por la bicameral de Inteligencia–. En el pelotón de “votos sueltos” hay senadores que responden directamente a los gobernadores de Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Misiones.
Con todo, la llave para Lijo la tiene el peronismo-kirchnerismo. Cerca del juez aseguraron a este medio que en ese interbloque ya tienen los apoyos necesarios. Es una incógnita qué hará, por ejemplo, el formoseño José Mayans, directamente vinculado a Insfrán. ¿Y los legisladores que responden a Cristina Kirchner, como Juliana Di Tullio o Wado de Pedro, entre otros?
La espada ultrakirchnerista consultada por elDiarioAR aseguró que desde la Casa Rosada nadie la llamó, que desde el oficialismo en el Senado tampoco le preguntaron qué opinaba, y que no tiene su voto a disposición de Lijo. A lo sumo, dejó entrever, solo podría darle su visto bueno si la Casa Rosada acepta bajar a García-Mansilla para que entonces la oposición pueda proponer un nombre –probablemente una mujer– o quisiera rosquear un acuerdo más amplio, que incluya otros resortes de poder como son la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo o las vacantes de algunos juzgados federales de Comodoro Py. Una trama que aún no tiene desenlace.
MC/JJD