La presidenta del PRO empezó a plantear en público lo que al momento sólo había hecho en privado. Darle una especie de ultimatum amable al fundador del partido amarillo. “Macri tiene que hacer lo que él considere. Lo tiene que definir él, de la misma forma que nosotros tomaremos la decisión en el momento oportuno”, afirmó Patricia Bullrich en CNN radio. La exministra de Seguridad sabe que la postulación presidencial de Mauricio Macri anularía su aspiración. La vaciaría de sentido ideológico.
“No quiero hablar de especulaciones, es una situación que no tiene sentido discutir si enfrentaría a Macri o no. Yo estoy trabajando para cambiar la Argentina de verdad, a fondo. Ese es mi camino”, opinó La Piba. Fue ante la consulta sobre cuál sería su comportamiento si el egresado del Cardenal Newman fuera por la revancha en 2023.
Es uno de los pocos puntos en los que coincide con su adversario íntimo Horacio Rodríguez Larreta: el deseo de que el dueño de la franquicia PRO no se anote para competir en 2023.
La exministra de Seguridad cometió el pecado de darlo por hecho. Lo afirmó en Washington, después de reunirse con Juan González, el asesor especial para América latina de Joe Biden. “Macri no será candidato a Presidente”, comentó a la pasada ante un grupo de periodistas. La frase se volvió titular de Clarín y llegó ante los ojos extrañados del expresidente.
El exsenador Federico Pinedo, flamante asesor de Bullrich en temas de política internacional, le reprochó el traspié en privado. La Piba reconoció el error. Al fundador del PRO le molesta que decidan por él. Y especialmente que decidan su renuncia anticipada a la carrera presidencial.
Si bien ya no habla por Macri, Bullrich empezó a perder la paciencia ante el juego ambiguo del expresidente. “La indefinición ya lleva más de un daño. Si quiere ser que lo diga y ya”, se queja un soldado de la causa bullrichista. “Patricia ya se lo planteó, y él hace su juego. Pero es una estrategia que está perjudicando a Juntos por el Cambio, porque crecen candidatos como hongos. Además su figura genera mucho rechazo en la UCR y la Coalición Cívica”, asegura el dirigente leal a La Piba.
Bullrich fue la cambiemita que más se resistió a sacarle bolilla negra a Javier Milei. Y este domingo volvió a la carga con su resistencia en minoría. “Creo que la sociedad y nuestros votantes buscan que seamos capaces de tener la suficiente fuerza, la amplitud, y no ser sectarios como para pensar hoy, a un año y 4 meses de las PASO, en quiénes pueden integrar Juntos por el Cambio y quiénes no pueden hacerlo”, se lamentó en el canal TN.
La exministra le agregó un plus conceptual a su queja. ¿Cuál? El riesgo de quedarse afuera del fenómeno de adhesión que Milei genera en el segmento de adolescentes y jóvenes desencantados con la política. “Hoy Juntos por el Cambio tiene que ser capaz de interpretar a la sociedad, donde hay miles de jóvenes que están mirando a otro lugar. A mí no me gusta esa mirada conservadora de lo cierro y no lo abro; hay miles de jóvenes que nos están mirando. Al cerrarse a un determinado dirigente, uno se cierra también a un electorado”, explicitó.
El pataleo de Bullrich alimenta una fantasía que crece en la mente de Milei. La de partir Juntos por el Cambio y aliarse con la tribu de los halcones. Esa maniobra, todavía lejana e hipotética, podría alterar el panorama electoral de las últimas dos elecciones, al astillar el voto polarizado en dos coaliciones.
Existe consenso entre consultores y analistas sobre esa tendencia. Según esa mirada, en el 2023 los dos frentes principales sumarían menos votos que en las elecciones anteriores. La curva ya viene en baja. En 2019, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio alcanzaron el 89 por ciento. En 2021 bajaron a 77 puntos.
“Nosotros apostamos a un Juntos por el Cambio que se amplíe. Y esa ampliación debe darse el año que viene”, advierten cerca de La Piba.
AF