Alberto Fernández trata de desinflar la hipótesis de un encuentro con Joe Biden, el presidente de EEUU. Es una foto deseada, que supone de alto impacto, pero que transita en un territorio fangoso: se hicieron todas las gestiones posibles para una cumbre pero, sin certezas, el Gobierno articula el relato.
Es un recurso obvio: si la cita se concreta sobre la hora, todo rédito. Pero si, como hasta ahora, las chances son brumosas, el argumento oficial será que nunca se programó. “El que dice que hay cita preacordada con Biden tiene mala actitud. En un G20 es un encuentro muy difícil y Cancillería trabaja, desde hace meses, para una bilateral en Washington” explicó a elDiarioAR una fuente oficial que participará de la gira que la noche del jueves, Fernández iniciará por Europa, con Roma como primer destino y Glasgow, en Escocia, como segunda y última escala.
El expediente BIden se volvió, en algún punto, más incierto. En los últimos quince días, se produjeron cuatro hechos que enturbiaron el clima, si se quiere amable, entre el gobierno, el FMI y EEUU como actor clave en lo que resuelva el fondo.
Hace una semana, la encargada de Negocios de la embajada de EEUU en Buenos Aires, MaryKay Carlson recibió a Patricia BUllrich, presidente del PRO y una de las dirigentes más implacables con el gobierno de Fernández.
Esta semana, el futuro embajador de EEUU en Buenos Aires, Marc Stanley, habló de una falta de plan macroeconómico en Argentina y aunque prometió ayudar para un acuerdo con el FMI también dio a entender que el gobierno debe alinearse con lo que dispone el Fondo.
Entretanto, Martín Guzmán ajustó su poesía política y apuntó, con más puntería y más intención de dar en el blanco, contra el modo en que el FMI autorizó el crédito a Mauricio Macri. “Hace mucho dice lo mismo. Por ahí lo dijo con un poco más fuerza”, deslizan, sugerentes, en Economía.
El ritual lo completó Alberto Fernández, desde Morón, en un acto por los 11 años de la muerte de Néstor Kirchner, y Habló de un endurecimiento en la negociación con el fondo. Lo del Presidente podría leerse en el contexto de un acto de campaña y, además, un recordatorio a Kirchner, que hizo una bandera del desendeudamiento. Es cierto, también, que la convocatoria al acto casi lo puso en un desfiladero político: en los afiches de convocatoria, se estampó la frase “primero crecer, después pagar”.
No existe, es cierto, ningún actor relevante en el dispositivo del Frente de Todos (FdT), que plantee como alternativa válida no acordar con el FMI. Pero hay mensajes equívocos y silencios inquietantes, en particular desde el kirchnerismo.
Fernández tiene, en cambio, varias bilaterales acordadas. Entre otros jefes de Estado, se verá con la canciller de Alemania Angela Merkel y con el español Pedro Sánchez, además de la jefa del FMI Kristalina Georgieva. Sin horario definido, tendrá un encuentro con el francés Emmanuel Macron y acordó, además, una cumbre con el primer ministro de la India, Narendra Modi. Aunque aparece fuera del radar más taquillero, el Gobierno pone en valor esa bilateral porque lo que significa, en términos comerciales, India como potencia. El comercio con ese gigante -80% aceites- y, entienden en Cancillería, se podría multiplicar.
PI