Desde el kirchnerismo ven con enojo que el presidente Alberto Fernández no haya invitado al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, al encuentro que protagonizó con el mandatario de Brasil Luiz Inácio “Lula” da Silva y organismos de Derechos Humanos. Para los que los que señalan al jefe de Estado con molestia, la marginación del funcionario camporista se debió a que lo ve como “un potencial candidato” -y competidor- camino a las eleciones presidenciales.
La tensión al interior del gobierno del Frente de Todos no cesa, y en una nueva etapa abierta, fuentes alineadas detrás de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner no pueden entender cómo, pese a la trayectoria de militancia en el área que sostiene Wado de Pedro como hijo de desparecidos y fundador de HIJOS, el Presidente “omitió invitarlo”.
“Lo ve como un competidor para las próximas elecciones”, aseguró una alta fuente que da por hecho que Fernández piensa en la reelección camino a las próximas presidenciales.
Desde el entorno del ministro revelaron que hubo invitaciones a la actividad por parte de los organismos de Derechos Humanos asistentes, pero señalaron que de Pedro consideró que “como integrante del gabinete no podía asistir si no era invitado por el Presidente”.
En la misma línea, aclararon que la marginación generó “dolor” en el funcionario dado que es un tema que “tiene que ver con su historia” y consideraron que “mezclar esas cosas con las especulaciones electorales es ya 'no tener códigos'.
En la misma línea, aclararon que la marginación generó 'dolor' en el funcionario dado que es un tema que 'tiene que ver con su historia' y consideraron que "mezclar esas cosas con las especulaciones electorales es ya 'no tener códigos'.
Según trascendió de fuentes de Gobierno, “no hubo ningún ministro” por eso la invitación no fue extensiva al titular de la cartera de Interior, sino una actividad “de Lula con organismos de Derechos Humanos”.
La actividad tuvo lugar el pasado lunes, en el Salón de la Ciencia de Casa Rosada, con motivo de la visita del reciente asumido mandatario de Brasil. Estuvo presente una abultada delegación de activistas de derechos humanos, con la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto en el centro de la mesa junto a ambos mandatarios.
Participaron del intercambio Buscarita Roa, Manuel Goncalves Granada y Leonardo Fossati, de Abuelas de Plaza de Mayo; Nora Cortiñas, Taty Almeida, Hilda Clara de Wainstein y Carmen Vieyra de Abreu, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Ernesto Lejderman de Familiares de Detenidos desaparecidos por razones políticas, y Paula Donadío y Anabella Montaner, de Hijos.
Además, asistieron Verónica Torras y Paula Litvachky, de CELS; Eduardo Tavani y María Elena Naddeo, por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; Remo Carlotto y Andressa Caldas, del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur; Héctor Trajtemberg y Carlos Zamorano, de la Liga Argentina de Derechos Humanos; Gabriela Alegre y Marcelo Brodsky, de la Asociación Buena Memoria; Andrés Pérez Ezquivel, por SERPAJ, y Ernesto Alonso de la Comisión Provincial de la Memoria.
Manuela Schuppisser y Adriana Sonia Taboada, de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte; Beatriz Capdevila y Miguel Meira, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza; Adolfo Mango y Lucía Madina, de Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, y Elsa Oshiro y Luis María Alman Bornes por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos dieron el presente.
La relación entre el Presidente y su ministro de Interior está resquebrajada. Si bien inició en buenos términos, Fernández perdió confianza y cercanía luego que de Pedro encabezara una ola de renuncias funcionarios que integraban el Gabinete. En la carta de dimisión, el dirigente de La Cámpora reclamaba “interpretar el veredicto” del electorado en las PASO de septiembre de 2021, en sintonía con los cuestionamientos de la vicepresidenta.
NA/Sofía Rojas