El próximo miércoles

El peronismo pone en pausa su interna para hacer una demostración de fuerza en la marcha universitaria

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Con el desafío de dejar las tensiones a un lado, las distintas tribus del peronismo se encontrarán el próximo miércoles en la Marcha Federal Universitaria frente al Congreso, donde buscarán hacer una nueva demostración de fuerza contra el gobierno de Javier Milei. 

La consigna que los unirá en las calles es la defensa de la educación pública ante el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, que se oficializará la próxima semana. El objetivo es reeditar la foto de la masiva marcha federal del 25 de abril, que aglutinó a sectores muy diversos y le generó a Milei una derrota política inesperada. Sin embargo, esta vez hay dudas de lograr una convocatoria tan masiva como la de aquel entonces. 

“El veto ya está listo y sale en estos días. Intentamos arreglar la paritaria antes de publicarlo en el Boletín Oficial”, afirmó a elDiarioAR un funcionario de contacto diario con el Presidente. Por ese motivo estiran la publicación del decreto, aunque tienen una fecha límite: el 3 de octubre —justo un día después de la marcha—, cuando vence el plazo legal. 

En la Rosada tienen claro que ya es tarde para desactivar la marcha, pero en los últimos días algunos dirigentes comenzaron a moverse para intentar desinflarla, con una preocupación creciente por evitar que se repita la imagen de abril. El jueves, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, dio un manotazo de ahogado: convocó de apuro a los gremios para ofrecerles un 5,8% adicional en octubre, un porcentaje presentado como “histórico” y “sin precedentes”. Los sindicatos lo rechazaron por “insuficiente”. Según sus cálculos, acumulan una pérdida de poder adquisitivo de entre 35% y 55% en lo que va del año.

Con la protesta se juega también la interna libertaria: la responsabilidad política de no haber logrado frenarla recae en el Ministerio de Capital Humano, que contiene a la Secretaría de Educación. Acaso por eso hay quienes sugieren que Santiago Caputo, siempre atento a todos los posibles focos de conflicto, se corrió de la negociación con los rectores y buscó exponer a la funcionaria, que quedaría dañada con una nueva protesta masiva. 

El peronismo se organiza para volver a copar las calles. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, convocará y será parte de la marcha, al igual que La Cámpora de Máximo Kirchner. También se movilizará la izquierda y la fracción del radicalismo que responde a Martín Lousteau. De hecho, la Mesa Nacional de la UCR ratificó en los últimos días la suspensión del partido a los radicales que se fotografiaron con el Presidente y cambiaron su voto tras el veto a la movilidad jubilatoria. A través de un comunicado que abarcó diversos temas, se llamó a los bloques parlamentarios a sostener el apoyo a la ley de aumento presupuestario para las universidades públicas.

También se sumó la Confederación General del Trabajo (CGT), cuya dirigencia suele ser blanco de cuestionamientos internos por su letargo en salir a marchar. Lo confirmó Pablo Moyano, líder de Camioneros y el más combativo de los integrantes de la cúpula. La central obrera confluirá con las dos CTA, la UTEP, el Movimiento Evita y otras organizaciones sociales. 

“Convocan todas las agrupaciones peronistas, todos los espacios. Queremos que sea una marcha importante, pero no sabemos cuánto moverá esta vez la propia comunidad universitaria ni cuántos ‘sueltos’ se van a sumar. Sabemos que es difícil empatar la marcha de abril”, admitió a elDiarioAR un dirigente peronista que será parte de la movilización. Distintas voces se anticipan a una lectura: el oficialismo buscará comparar la foto de ambas movilizaciones, por eso les preocupa lograr que vuelva a ser igual de masiva. 

Hay quienes plantean que el dato del 52,9% de pobreza que dio a conocer el Indec, la más alta desde 2003, hará que más personas se vuelquen a las calles. A ese número le suman el malhumor social que reflejaron las últimas encuestas, ya que la mayoría de las consultoras coincidió en que hubo una caída fuerte en la imagen de Milei en el último mes. “Tenía todas las condiciones de ser una marcha más chica, pero el número de pobreza y el clima de descontento que está creciendo harán que mucha más gente decida ir”, opinó un intendente del conurbano. 

La movilización será federal, con expresiones de apoyo de las distintas provincias. Como antesala a la marcha, las universidades nacionales hicieron un paro de 48 horas que se extendió durante el jueves y viernes. La defensa de la educación pública es una bandera que acompaña la mayor parte de la sociedad y el Gobierno no tiene garantizado el apoyo que logró para sostener el veto a la reforma jubilatoria. En este caso, el poroteo es menos preciso e incluso algunos aliados naturales del PRO ponen en duda su acompañamiento al veto. 

El malestar se extiende entre los rectores y va más allá de lo que el Gobierno pueda ofrecer en la paritaria, ya que muchos creen que hay un ensañamiento ideológico del Presidente. El rector de la UBA, Ricardo Gelpi, expresó estar convencido de que existe “un plan sistemático, metódico y gradual para la destrucción de la educación pública”. Y afirmó que la iniciativa con la ley que tienen decidido anular “hubiera representado una mínima porción del PBI nacional, pero que es crucial para el sostenimiento del sistema universitario”. Al igual que las movilizaciones para defender la reforma jubilatoria, en la Rosada aseguran que la marcha universitaria no hará mella en Milei, que tiene preparado el veto y lo publicará en los próximos días.

LA/DTC