El larretismo asegura que esa instancia nunca llegará. Pero se trata de un análisis condicionado por el interés personalísimo del alcalde porteño. La respuesta real sólo se conocerá cuando llegue ese pedido en forma de orden. Si es que llega. Mientras tanto, Horacio Rodríguez Larreta apuesta a que Mauricio Macri no sea el candidato a presidente del PRO. Es uno de los pocos puntos en los que coincide con Patricia Bullrich: el deseo de que el dueño de la franquicia amarilla no busque revancha en el 2023.
La exministra de Seguridad cometió el pecado de darlo por hecho. Lo afirmó en Washington, después de reunirse con Juan González, el asesor especial para América latina de Joe Biden. “Macri no será candidato a Presidente”, comentó a la pasada ante un grupo de periodistas. La frase se volvió titular de Clarín y llegó ante los ojos extrañados del expresidente. El exsenador Federico Pinedo, flamante asesor de Bullrich en temas de política internacional, le reprochó el traspié en privado. La Piba reconoció el error de ese mini-parricidio contra Macri. Al fundador del PRO le molesta que decidan por él. Y especialmente que decidan su renuncia anticipada a la carrera presidencial.
Rodríguez Larreta le confirma a su tropa que él no se baja. ¿Y si se lo pide Macri, su (ex) jefe? Tampoco. Iría a una PASO, sentenció en un encuentro reciente con un grupo de larretistas. Dentro del partido amarillo, incluso entre dirigentes alineados con el alcalde, ponen en duda esa afirmación desafiante. “Si Mauricio juega, Horacio se baja”, admite un intendente del PRO. Pero a la vez destaca el principal obstáculo que arrastra tal hipótesis. ¿Cuál? Que el apellido Macri sigue siendo mala palabra en el conurbano bonaerense. Se trata de un dato verificado en diversas encuestas y que le pone techo al (enorme) amor propio del ingeniero de la UCA.
El alcalde confía en ganar por walk over. Busca imponerse por peso específico sin la necesidad de competir contra Bullrich en una PASO. Y recuerde un antecedente beneficioso: el de 2015. Si bien en aquel momento se realizó una elección primaria, Macri tomó partido por él en la pelea contra Gabriela Michetti por la jefatura de gobierno porteño. Se jacta de contar con más recursos, apoyos del establishment y despliegue territorial que Bullrich. “Patricia está desgastada y ya no tiene qué ofrecer más que algún título en los diarios. Ya ni siquiera viaja al interior”, opina un funcionario porteño que trata de minimizar a la adversaria íntima de su jefe.
Sobre la estrategia discursiva, Larreta alterna entre el perfil bajísimo y las opiniones grandilocuentes y calculadas en contra del Gobierno. Su objetivo es eludir el mote de tibio centrista, fogoneado por Bullrich.
Federico Pinedo admite la desigualdad de herramientas en un tema tabú: el financiamiento de la campaña. Mientras un operador larretista saca chapa de acumular cerca de 100 millones de dólares para la campaña, Pinedo revela ante elDiarioAr: “Nos falta plata. Pero ella está formando un equipo importante de gente que trabaja en áreas de gobierno. Con extrema austeridad porque, pese a la falta de plata, debemos encontrar cómo nos las arreglaremos para hacer una campaña decente y transmitir la propuesta de futuro y de gobierno”. Y cerca de la ex militante del peronismo revolucionario aseguran que dos empresarios históricos de la patria contratista le garantizaron su respaldo a La Piba. Uno está vinculado a la industria energética; el otro, a la metalúrgica.
La escudería bullichista sumó una serie de exfuncionarios de Macri en las últimas semanas. ¿Gesto ordenado por el expresidente para compensar una carrera despareja entre Bullrich y Rodríguez Larreta? El exministro de Producción y Trabajo Dante Sica; el exembajador de Argentina en China Diego Guelar; el exsecretario de Energía y Minería Emilio Apud; y la expresidenta del Ente Nacional de Comunicaciones Silvana Giudici. El agro-diputado Pablo Torello la asesora en propuestas políticas para el campo. Respecto a su mirada de la economía, Bullrich volvió más fluido el diálogo con el diputado y expresidente de la Comisión de Presupuesto Luciano Laspina.
En el otro rincón, el economista Hernán Lacunza pica en punta como el ministeriable de Rodríguez Larreta. El exministro de María Eugenia Vidal comanda un equipo de 70 personas, en busca de un plan económico para el 2023. En paralelo le da clases privadas al alcalde. El otro profesor al que apela el precandidato es el reconocido historiador económico Pablo Gerchunoff.
Hijo de un desarrollista aristocrático que integró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arturo Frondizi, el alcalde quiere agregar profundidad y perspectiva histórica a su discurso. Su educación exprés se completa con la lectura del historiador bestseller Daniel Balmaceda. Rodríguez Larreta se interesó especialmente por Oro y Espadas, un libro que relata la Buenos Aires que va de 1507 hasta la revolución de mayo de 1810. Charló al respecto con el autor. Dentro del combo de voces escuchadas por el alcalde, el exintendente Carlos Grosso minimiza su aporte. Dedicado a los negocios, Grosso niega que sus consejos al paso califiquen como asesoramiento.
AF