Hace exactamente 16 años, a Mariela Alejandra Bessonart se la tragó la tierra. El 28 de septiembre de 2005 al mediodía, esta mujer de 37 años de edad, se reunió en el centro de Villa María con su ex marido Rodolfo del Pino, a pocos metros del Banco de la Nación Argentina, y nunca más la vieron. Un mecánico fue quien declaró ante la Justicia y la Policía haberlos visto al lado del automóvil del hombre, firmando unos papeles sobre el capó. Desde ese día, los familiares y amigas de Mariela reclaman Justicia para saber qué sucedió con ella. Los primeros días la buscaron viva; ahora, 16 años después, la fiscal de Villa María, Juliana Companys la busca muerta.
El 30 de agosto pasado, la fiscal Companys imputó a Delpino por el delito de homicidio calificado por alevosía. Lo compromete material secuestrado en un enterramiento en un campo suyo que coincide con la fecha de desaparición de Mariela. Pese a la grave imputación, Rodolfo Delpino está libre. El fiscal anterior de la causa, Gustavo Atienza, ya había detenido al ex marido de Mariela el 31 de agosto de 2006, hace 15 años, acusándolo del delito de “privación ilegítima de la libertad, agravada por el transcurso del tiempo”, por el que estuvo preso 377 días.
Al cumplirse un aniversario más de la desaparición de Mariela Bessonart, los hijos del matrimonio, Gisela Alejandra, Marcos Rodolfo y Franco Matías Delpino, dieron a conocer una carta titulada “En este día y como en cada uno de los días”; donde destacan que “en este día, como en el de ayer y como en cada uno de los días que pasaron desde la última vez que te vimos, te extrañamos, te lloramos y hacemos una plegaria por vos, y así será hasta el día que sepamos exactamente qué es lo que te sucedió. Es que si vos faltas, todos faltamos un poco, porque estamos ligados indisolublemente por el amor que nos tenemos y es por ello que no caemos rendidos, seguiremos firme en tu búsqueda y en el conocimiento de la verdad, por vos, por nosotros y por toda nuestra familia”.
En esta carta a su madre, los tres hermanos le cuentan a su mamá que “entre nosotros hay cuatro nuevos integrantes, tus nietos, tres varones y una nena, y que en cada uno de sus hogares está presente desde el primer momento, una foto tuya, de su abuela, como un mensaje inalterable de fe, esperanza y de unión familiar”. También admiten que “nosotros como podemos la vamos llevando”; que “Franco armó una familia hermosa y labura el pedacito de campo que nos dejaste, Marcos se fue para Almafuerte donde se casó y trabaja en la Cooperativa de Luz, y Gise también trabaja allá, lo siguió con su hija, buscando algo de paz, siempre respaldada por los tres hombres de su familia que no la dejan bajar los brazos ni caerse para criar de la mejor manera a esa niña hermosa que tiene”.
Hoy en Villa María, una rica ciudad agroindustrial del sudeste cordobés, ubicada a 150 kilómetros de la Capital habrá una marcha reclamando Justicia, encabezada por Gladys Bessonart, hermana de Mariela. Las amigas de la mujer desaparecida también convocaron a la movilización. La que motorizó la búsqueda de esta atractiva mujer, fue su mamá, Teresa Ramírez de Bessonart, quién denunció la desaparición de su hija ni bien se enteró. Rodolfo Delpino, recién avisó que su ex mujer no había vuelto a su casa, 48 horas después de ese miércoles 28 de septiembre. La denuncia fue por “averiguación de paradero”. La mamá de Mariela murió en noviembre de 2016 sin saber qué ocurrió con su hija.
Gisela, Franco y Marcos Delpino, también le dedican un párrafo de su texto a su tía Gladys y las amigas de su mamá: “Hoy, al igual que siempre seguimos pidiendo y rogando respuestas a quienes nos la deben: la Justicia. Por ello, agradecemos de corazón a quienes, de buena fe, y con fines nobles, marchan por los 16 años que no estás, para que se sepa la verdad real y pedir justicia por vos”. Y aprovecharon para cuestionar la investigación de la fiscal Companys: “Está instalada la sensación que la Justicia ya tomó una decisión, la investigación se ha centrado única y exclusivamente en una persona y ahora está buscando mínimos indicios para justificarla. El principio de inocencia parece no aplicarse en Villa María. Apoyamos toda investigación que se realice, alentamos la perspectiva de género que se le da a la causa. Por las dudas, para que quede claro, perspectiva de género no significa acusar ni condenar sin pruebas”.
A principios de septiembre, luego de que la fiscal imputara a su papá por el homicidio de su mamá, los hermanos Delpino publicaron un comunicado donde ponían en duda las sospechas sobre Rodolfo Delpino: “Las últimas novedades, de las que nos enteramos por los medios, lamentablemente vuelven a ser más de lo mismo que ya vivimos todos estos largos años: se pretende continuar con la hipótesis de que el único responsable es nuestro padre, imputándolo ahora por homicidio, lo que nos parece realmente increíble e inexplicable. Más aún, todo indica que las pruebas siguen siendo las mismas de siempre, porque imaginamos que, de haber algo nuevo y trascendente sobre el paradero de nuestra madre, habríamos sido informados desde la Justicia”.
Y ahora, volvieron a reclamar por el curso de la investigación: “Cada noticia que se genera, es un disparador en nuestros entornos, donde sorpresivamente tenemos que dar explicaciones en cada grupo que formamos parte, contestar en nuestras redes sociales, y por lo general no tenemos nueva información que brindar. Se han tomado medidas infructuosas, se han reiterado otras que se hicieron hace 16 años, sin ningún resultado novedoso que se haya hecho público; se ha roto el mismo piso que se rompió hace mucho tiempo, y no entendemos porque se espera obtener resultados diferentes. En la Justicia nada ha cambiado. Nos sentimos desamparados por quienes tienen la obligación de darnos respuesta. Seguimos lamentablemente siendo interrogados sobre lo mismo que hace 16 años ya dijimos, todo lo cual nos produce un gran vacío, dolor y tristeza. Nunca bajaremos los brazos y pese a la ausencia de explicaciones sobre lo que está pasando, seguiremos confiando en que la Justicia brinde respuestas”.
Gisela, Marcos y Franco se despiden de su mamá diciendo que “el jueves hará 16 años y dos días que no estás, nosotros no nos acordamos una vez al año de vos, cada día que pasa cuenta. Mientras tanto te seguimos esperando”.
“Papá es una persona tranquila, no lo creemos capaz de nada malo”
Marcos, el mayor de los tres hermanos Delpino habló con elDiarioAR, recordó a su mamá Mariela Bessonart como “muy compañera; le gustaba mucho el campo, y al gustarle andaba a la par nuestra, con las máquinas, cebando mates; era muy buena mujer y muy buena mamá”.
El mayor de los hijos, señaló que cuando se produjo la desaparición de Mariela “Gise tenía 16 años, Franco 17 y yo 19 años. Yo a mami la vi por última vez un lunes, el 26 de septiembre a media mañana, cuando le pedí prestado el auto para irme al campo. La vi normal, como siempre, ella era alegre, no la vi mal, la vi perfecta. Yo había estado trabajando y hacía un par de días que no la veía. Esa mañana hablamos de cómo iba la semana; ella había comenzado el secundario, me comentó un poco de lo que estaba haciendo en el secundario; nada raro, todo normal, todo cotidiano como lo hacíamos siempre”.
Sobre la vida de su mamá, Marcos aseguró que “la vida de mami era ir al gimnasio, salir a caminar, eso le gustaba mucho. Estaba siempre en contacto con nosotros, por teléfono; los fines de semana le gustaba ir al campo, ella estaba siempre con nosotros el fin de semana y los domingos nos hacía el asado. Durante la semana, por la noche hacía el secundario, eso la mantenía ocupada; además tenía un grupito de amigas, parte eran del secundario, ese era el día a día de ella”.
Y se lamentó por el poco tiempo que pasaron juntos: “Me da cosa que no la hemos disfrutado mucho, porque parte de jardín, primaria y secundaria hemos estado internos en un colegio del pueblo que íbamos ahí en Los Zorros, durante la semana no los veíamos ni al papi ni a la mami. Cuando salimos de esa etapa los vimos un poco más, pudimos tener otro auto, íbamos y veníamos. En el 2005 pasó esto y yo personalmente extraño eso, que no la pudimos disfrutar mucho, me quedó eso pendiente. Son las cosas que nos ha tocado”.
Con su mamá muerta, como lo dictaminó la Justicia Civil de Villa María en mayo de 2012, sus hijos no quieren a su padre preso: “Nosotros ya habíamos hecho un proceso y ahora de nuevo volvemos todo para atrás. Con respecto al papi, es una persona tranquila, no lo creemos capaz de nada malo. Es el único pilar que tenemos desde que pasó esto hasta este momento, y eso no me lo van a cambiar hasta que me demuestren lo contrario”, le dijo Marcos a elDiarioAR.
Sobre cómo lleva adelante la investigación la fiscal Companys, apuntó: “Con los nuevos movimientos de la causa, con una nueva fiscal y otros procedimientos que no se habían hecho antes, teníamos mucha expectativa hacia la aparición de la mami o lo que fuese, porque a esta altura ya puede ser cualquier cosa. Teníamos mucha expectativa hasta el momento en que nos llamaron a declarar. Cuando nos comenzaron a interrogar, entramos a las 10 de la mañana y salimos a las cinco de la tarde, todo ese lapso de horas fue más de lo mismo que ya nos había pasado antes, en 2005. Nos preguntaban cosas que nosotros ya habíamos declarado hace 16 años, te soy honesto, hay cosas que no me acuerdo, no son cosas que declaré hace 20, 30 días. No me sentí cómodo, ahí se bajó mi expectativa respecto hacia la búsqueda de la mami. No noté avances, es lo mismo de 2005, estamos con lo mismo, las expectativas cada vez son menos”.
Marcos Delpino sostuvo que “la Justicia tiene todo el abanico y poder para investigar, para sacar el problema adelante. Siempre hemos estado a disposición de la Justicia, el papi siempre estuvo a disposición de la Justicia. Digo esto porque, como siempre se lo involucró y siempre se lo acusó, qué mejor que él esté brindando el apoyo para declarar; no hay un problema en ese sentido. Testigos nuevos no creo que haya, han declarado infinidad de testigos y nunca nos han llevado a nada. Eso también es un tema, porque por ahí uno se confía en eso y quedamos peor que antes”.
GM