La organización Periodistas Argentinas presentó hoy un informe sobre “Ciberacoso a periodistas mujeres: la tecnocensura” en el que denuncian esta práctica que aseguran se ha convertido en sistemática y afecta gravemente a las comunicadoras.
La presentación fue en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y contó con la presencia de reconocidas periodistas como Nancy Pazos, Romina Manguel, María O'Donnell, Noelia Barral Grigera y Cynthia García, entre otras.
La investigación examina “cómo funcionan los ataques impulsados por actores institucionales que diseñan campañas en distintas plataformas –aunque con especial intensidad en la red X– para coordinar intimidaciones y descalificaciones con el propósito de silenciar a comunicadoras críticas”.
“Estos ataques desinforman, intimidan y restringen la participación de periodistas en el debate público y, como consecuencia, socavan la democracia. Preocupadas por esta limitación a la libertad de expresión planteamos la necesidad urgente de fortalecer el marco legal para proteger el ejercicio periodístico, garantizar la transparencia en el uso de algoritmos y bots, y fomentar una respuesta efectiva por parte de las empresas de medios y de las autoridades para enfrentar esta creciente amenaza”, pide Periodistas Argentinas.
El texto cita casos paradigmáticos de los últimos tiempos como los de Luciana Peker, Ivy Cángaro, Paula Moreno Román, Marina Abiuso, Nancy Pazos, María O'Donnell, Romina Manguel, Luisa Corradini, Silvia Mercado, Sofía Diamante, Jesica Bossi, Ángela Lerena, Cecilia Boufflet, Julia Mengolini, Mónica Gutiérrez y Delfina Celichini.
Y como conclusión del informe, la organización solicita medidas urgentes al Estado y a las empresas de medios. Al primero, le piden que “refuerce el marco legal para que restrinja el acoso en línea a periodistas y que la legislación se aplique estrictamente; imponga obligaciones a las plataformas en lo relativo a la transparencia de los algoritmos y el uso de ejércitos de robots que amplifican los ataques para que respeten los principios de la libertad de expresión y de información, sin que esto implique controlar los contenidos ni censurarlos; instaure dispositivos de resarcimiento de daños y perjuicios para las víctimas de ciberacoso (indemnización financiera, ayuda médica y psicológica, etc); prohíba financiar este tipo de agresiones para intentar influir en la opinión pública o para atacar a personas en línea; en otras palabras, que no se permita ni al Estado ni a los partidos políticos pagar ejércitos de robots para manipular a los usuarios ni para acosar a periodistas”.
A las empresas mediáticas, que “asuman la amenaza de ciberacoso y la prevengan. Los medios de comunicación deben capacitar, tanto a los periodistas como al resto de sus empleados, para que enfrenten este tipo de amenazas, y crear dispositivos de urgencia internos para garantizar que los y las periodistas víctimas de acoso cuenten con apoyo y protección. No deben tomarlo como un ataque personal que debe enfrentar la o el periodista en forma individual, sino como un daño a la libertad de expresión, al periodismo y a los medios y, por tanto, asumir la responsabilidad de contener, responder, litigar si fuera el caso, capacitar y prevenir”.
Periodistas Argentinas sostiene que la red social más agresiva es X. “Y esto tiene una explicación: es una red concentrada en la discusión política. Las personas con influencia que pujan por la agenda política están allí. Es donde se disputa el control de la conversación política. Es una red jerárquica, es decir, ofrece una gran capacidad de propagación y expansión de su narrativa. Por su topología, la información circula y se expande con mayor eficacia que en otras plataformas. Múltiples cuentas con importante cantidad de seguidores –ya sean reales o artificiales– se han convertido en ”propagadores“: coordinan sus narrativas y sincronizan el ataque para alcanzar a millones de usuarios en muy poco tiempo, ya que los algoritmos pueden facilitar que se visualicen esas cuentas, expandiendo sus mensajes”.
“En la Argentina, en los últimos meses, se ha observado una escalada significativa de trolling contra mujeres periodistas, pero con una particularidad: las agresiones ya no solo provienen de usuarios no verificados o bots, sino también y principalmente de cuentas verificadas y de integrantes del dispositivo de comunicación oficial, quienes utilizan sus cuentas personales en las redes sociales (especialmente las de X) para multiplicar mensajes que descalifican y desacreditan la credibilidad de estas comunicadoras”, denuncia el colectivo.
El informe completo:
CRM