La corrupción, un problema mayor que la pandemia, según una encuesta de la UBA
La prioridad que los argentinos y las argentinas le dan a la corrupción como problema que debe resolverse duplica a la que esa misma población otorga a la pandemia sanitaria. El dato se desprende del último Monitor de Inseguridad que elabora el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Según ese informe, que consultó a 3.604 personas de los grandes centros urbanos del país, para el 19% de la población resulta prioritario ocuparse de la corrupción, mientras que la pandemia de CoVid-19 es uno de los grandes problemas que deben resolverse para el 10% de los consultados.
Ese mismo estudio, que fue respondido por residentes de la Ciudad, el Gran Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Rosario, Mendoza, La Plata y Mar del Plata, subdividió los resultados según a quién había votado cada encuestado en las elecciones presidenciales de 2019. De esa forma, halló que entre el electorado del Frente de Todos la pandemia es efectivamente el principal problema a resolver -señalada por el 18% de los encuestados de ese universo- mientras que el 32% de quienes votaron a Juntos por el Cambio señalaron que es la corrupción la primera cuestión a atender. En el caso de quienes eligieron a Alberto Fernández, sólo el 6% destacó la corrupción como uno de los problemas que integran el ranking de los que deben resolverse prioritariamente, mientras que entre los que apostaron a la reelección de Mauricio Macri sólo el 5% ubicó a la pandemia como una de las prioridades a solucionar. Para elaborar el informe se consideró un número igual de votantes de cada uno de esos frentes.
Más allá de la pregunta sobre cuáles son las problemáticas que deben resolverse prioritariamente, el monitoreo consultó sobre los principales problemas del país que preocupan a la población: la inseguridad, la corrupción, la pobreza y la inflación ocuparon los principales lugares. Fueron señaladas como preocupaciones por siete de cada diez consultados. La pandemia ocupó el 10° lugar en esa lista de problemas principales del país: el 43% de las personas la señalaron como parte de esa lista.
“El principal estresor con el que tienen que lidiar los argentinos es de orden socioeconómico y no sanitario”, destaca el informe elaborado en los primeros días de junio por el observatorio de la UBA, y suma: “A lo económico se le ha sumado otro estresor de un gran poder disruptor para la vida cotidiana, como es el problema de la inseguridad, generador inequívoco de miedo, angustia, impotencia y desesperanza”.
Sobre esa misma pregunta también asoman las diferencias de prioridades entre los votantes del oficialismo y la oposición. Quienes eligieron al Frente de Todos ubican la pobreza como problema principal, seguida de la inflación y la pandemia: esas problemáticas fueron mencionadas por el 69%, el 63% y el 62% de ese universo, respectivamente. Los votantes de Juntos por el Cambio en el 88% de los casos señalaron la corrupción como principal problema, en el 81% destacaron su preocupación por la inseguridad y sólo en el 33% de ese universo señalaron la pandemia como uno de los problemas principales de la Argentina.
“Las respuestas que obtenemos en este tipo de estudios están cada vez más cruzadas por la grieta. Una de las principales consecuencias que vemos es que se cae la comunicación entre la gente, y en muchos casos la empatía y el respeto, porque las percepciones sobre lo que ocurre mirado desde un lado o desde el otro son muy disímiles y muchas veces están atravesadas más por lo irracional que por lo racional”, describe Gustavo González, doctor en Psicología y director de OPSA.
“El fanatismo cada vez mayor desemboca en el no respeto y en la imposibilidad de ponerse en el lugar del otro, ese es un valor cada vez más perdido. Es muy difícil vivir en una sociedad tan pero tan agrietada, porque en la Argentina casi el 80% de la población cae en esa grieta, que parte la población en dos mitades. No estamos hablando de las diferencias entre los libertarios y los militantes del Frente de Izquierda, que son grandes diferencias pero en grupos más minoritarios de la población. Es una grieta consolidada en la mayoría de la población y que empezó desde arriba, fomentada por los políticos a los que tal vez les convenía construir ese adversario, pero que ahora está abajo, en el hombre de a pie, que ha internalizado los relatos de uno u otro lado”, explica González.
“Estamos en un momento en el que se impone un altísimo sesgo de confirmación: buscamos información que confirme lo que ya pensamos, los datos que aprueben la posición que ya tenemos. Eso explica, entre otras cosas, la diferenciación que hay en la valoración de la pandemia como problema prioritario: los votantes del Frente de Todos hacen suyo el discurso del kirchnerismo respecto de que primero se cuida la salud porque de la crisis económica se vuelve y de la muerte no, mientras que los votantes de Juntos por el Cambio se alejan cada vez más de esa noción, tal como lo hace esa dirigencia”, sostiene el doctor en Psicología.
En las elecciones generales de 2019, entre Alberto Fernández y Mauricio Macri concentraron el 88% de los votos: casi nueve de cada diez personas eligieron entre algunas de esas dos propuestas. Son anchas las dos mitades de la tan citada grieta.
BJ
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