El ex ministro de Salud Ginés González García dijo este viernes estar “repodrido” de la polémica en torno a la negociación del Gobierno con el laboratorio Pfizer y aseguró que hicieron “lo posible, lo imposible” y que llegaron a “ofrecer una cosa casi indigna, una firma de responsabilidad individual”.
En diálogo con el programa “Crónica de una tarde anunciada”, que conduce Nelson Castro por Radio Rivadavia, González García, afirmó que durante las negociaciones sintió “que no tenían vacunas suficientes” y que le “corrían el arco” al Gobierno, tras lo cual agregó: “Posiblemente esté rompiendo la confidencialidad y me cueste algo. Pero estoy repodrido”.
“Hicimos lo posible, lo imposible y hasta le llegamos a ofrecer una cosa casi indigna: que hubiera una firma de responsabilidad individual, de cada uno de los vacunados, diciendo que no iban a hacer ningún reclamo y nosotros, el Estado, trabajaríamos con ellos para ver cómo los resarcíamos, y siempre nos dijeron que no”, afirmó el ex ministro.
En varios pasajes de la entrevista González García aludió a lo “difícil” de conseguir las vacunas en medio de la competencia que existe entre los distintos países para hacerse con ellas y de los problemas de los laboratorios para cumplir con la producción y entrega de lo pactado.
“Con Moderna también negociamos, lo hicimos con el presidente del laboratorio, pero nos dijo que después del segundo semestre de este año sería posible entregar algún cargamento”, graficó.
El ex funcionario anticipó que “felizmente se viene de ahora en más un cuello de botella, que va a ser la capacidad de vacunación, porque viene una gran cantidad de vacunas”, y agregó: “Atrasadas, si, pero un montón”.
Y agregó: “Después terminamos negociando con ocho empresas, tuvimos una pluralidad absoluta de negociación. Nuestra primera pregunta con todos los laboratorios siempre era cuándo la terminan (de producir), cuántas dosis tienen y recién la tercera era cuál es el precio”.
Consultado sobre si sabía si a los demás países Pfizer también les exigió lo mismo que a la Argentina, el ex ministro respondió: “Yo no lo sé a eso, la confidencialidad (de los contratos) hace que la mayoría no cuente”.
“(El presidente de Brasil, Jair) Bolsonaro dijo que las condiciones de Pfizer eran inaceptables, después no sé que pasó y aceptaron, pero igual no tienen las vacunas (pactadas). A los demás países siempre les entregó algo testimonial, evidentemente tienen problema de producción”, siguió.
Por otro lado, negó versiones de que ese laboratorio estadounidense haya ofrecido durante las negociaciones con la Argentina 14 millones de vacunas a tres dólares cada dosis (“cuando se habló del precio fue de 10 dólares”, dijo) y que la caída de las conversaciones fue por un pedido del Gobierno para la transferencia de tecnología para producirla en el país (“nunca fue una variable central” en las tratativas, señaló).
E insistió en que “lo de que pedimos sobornos es demencial”, en referencia los dichos de Patricia Bullrich sobre la negociación del Gobierno con Pfizer.
“Nunca terminamos de romper o insultar, siempre seguimos negociando (con Pfizer). Pero ellos pedían también prácticamente otra ley (a la que había votado el parlamento argentino) y nosotros pensamos cómo vamos a hacer otra ley si recién habíamos hecho una específica, era demasiado...”, planteó.
DA