Coronavirus

La UE apuesta por un 'pasaporte de vacunación' para agilizar los viajes en medio del retraso en la campaña de inmunización

Andrés Gil

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Los países de la UE arrastran los pies con la campaña de vacunación; hasta el punto de que los que más rápido van (Dinamarca, Italia y España) están muy lejos de países como Israel o Reino Unido. A este retraso, este viernes se ha sumado que Pfizer informó que ralentizará las entregas unas semanas para aumentar la capacidad de producción de su vacuna: “Aunque esto afectará temporalmente los envíos desde finales de enero hasta principios de febrero, proporcionará un aumento significativo en las dosis disponibles para los pacientes a finales de febrero y marzo”.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó este viernes que Pfizer le garantizó que al final del primer trimestre se habrán entregado todas las dosis previstas. “El CEO de Pfizer [Albert Bourla] está implicado personalmente en reducir el retraso y ponerse al día lo antes posible. Era muy importante transmitirle el mensaje de que necesitamos con urgencia las dosis garantizadas dentro del primer trimestre, Es una situación difícil”.

“Es importante que podamos avanzar lo más rápido posible en este enorme ejercicio de vacunación, y todos los países tienen que poner esfuerzos en ello”, insistió la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, este miércoles ante los ministros del ramo de la UE. En efecto, mientras en Israel se han puesto 0,75 dosis por cada 100 habitantes en los últimos siete días y en Reino Unido, 0,28; Dinamarca está en 0,15; Italia en 0,12 y España en 0,11. Países como Francia y Países Bajos, por ejemplo, están en 0,04 dosis aplicadas por 100 habitantes en 7 días.

En medio de este problema de la lentitud de la campaña de vacunación en la UE en comparación con otros países, de los retrasos anunciados por Pfizer, se abrió un nuevo frente y, con vistas al próximo Consejo Europeo del jueves, dedicado a abordar la campaña de vacunación de la UE: la posibilidad de crear un pasaporte de vacunación –que bien puede ser un formulario o un código QR–, un certificado –como algunos países prefieren llamarlo– para las personas vacunadas reconocido por los 27, que podría habilitar para viajar sin exigencias de test ni cuarentenas.

La propuesta fue realizada por el Gobierno griego y fue apoyada públicamente por España y Portugal, todos ellos países de la UE muy dependientes del turismo. Pero tampoco fue mal vista por la Comisión Europea. “Es necesario tener un certificado, es una necesidad médica y un requisito de la OMS. El segundo asunto, político, es qué permitirá ese certificado, es algo que hay que discutir en el ámbito europeo para tener reglas comunes, y se puede combinar el certificado de vacunación con el de test negativo de coronavirus si aún no se ha tenido acceso a las vacunas”, dijo Von der Leyen en Lisboa, donde acudió para inaugurar la presidencia de turno de la UE portuguesa.

El primer ministro portugués, António Costa, secundó la propuesta tras la intervención de la presidenta de la Comisión Europea: “Es esencial que encontremos un modo de asegurar la libre circulación en Europa y que nadie tenga que cerrar las fronteras. Para países como Portugal o Grecia, el turismo es importante, por lo que es esencial que nos sintamos a salvo cuando llegue el próximo verano. Quienes tienen que viajar y trabajar se tienen que sentir a salvo, y puede ser por test negativos o certificados, que deben ser estandarizados”.

“Lo acogemos de manera positiva”, dicen fuentes de Exteriores del Gobierno español: “El Ejecutivo ha trabajado de manera proactiva para garantizar niveles de movilidad. Si hay consenso en que las personas que han recibido las vacunas deberían poder moverse porque no tienen una influencia negativa, España va a estar siempre de acuerdo en que se consoliden mayores niveles de movilidad”.

La propuesta griega

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, propuso la puesta en marcha de un certificado europeo común para las personas vacunadas contra el COVID-19 en una carta enviada a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, así como a los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea el pasado martes. El primer ministro griego adjuntaba en su carta un borrador de certificado elaborado por las autoridades griegas pensado para “facilitar la libertad de circulación de los ciudadanos que han sido vacunados, un certificado que cubriría el embarque en todos los medios de transporte: aéreo, marítimo y ferroviario”.

Algunas organizaciones de derechos civiles están llamando la atención sobre el proyecto. “Los pasaportes de vacunas crearían un sistema de identificación digital opresivo y conducir a un apartheid de salud que es incompatible con un país libre y democrático”, según Silkie Carlo, director de Big Brother Watch, explicaba a The Guardian: “Las identificaciones digitales dejarían registros confidenciales, desde datos médicos, laborales, de viaje y biométricos sobre todos y cada uno de nosotros, al alcance de las autoridades y los burócratas estatales. Este peligroso plan normalizaría los controles de identidad, aumentaría el control estatal sobre los ciudadanos que cumplen las normas y supondría un botín codiciado para los ciberdelincuentes”.

El debate también se está teniendo en el ámbito de la OMS. Oleg Benesch, experto de la Oficina Regional para Europa de la OMS, afirmó, según recoge Sputnik: “Con el desarrollo de vacunas eficaces y seguras contra el coronavirus, la OMS está estudiando los problemas y desafíos asociados a la vacunación de viajeros internacionales. El uso de un certificado de vacunación internacional es un tema regulado por el reglamento sanitario internacional”. Por su parte, el Comité de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el grupo de expertos que asesora al organismo, pidió a los países que no exijan pruebas de vacunación contra el COVID-19 para poder viajar, informa Europa Press. “En estos momentos, pedimos que no se introduzcan requisitos de prueba de vacunación o inmunidad para los viajes internacionales como condición de entrada, ya que todavía existen importantes incógnitas en cuanto a la eficacia de la vacunación para reducir la transmisión y la limitada disponibilidad de vacunas. Estar vacunado no debería eximir a los viajeros internacionales de cumplir otras medidas de reducción del riesgo de los viajes”, estableció el comité, que se reunió este jueves 14 de enero a petición del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

En Polonia, informa Euractiv, el Gobierno ya anunció que las personas vacunadas recibirán un “pasaporte de vacuna”, después de haber recibido una segunda dosis de la vacuna para reiniciar los viajes transfronterizos. Se tratará de un código QR “que confirmará que la persona ha sido vacunada y puede ejercer los derechos a los que tienen derecho las personas vacunadas”.

Chipre fue el primer Estado miembro de la UE en pedir en diciembre abolir los requisitos de entrada, pruebas y cuarentenas, para los viajeros que se vacunan contra COVID-19.

Francia, sin embargo, descartó tal idea, al igual que Rumania, cuyo gobierno dijo que el certificado de vacunación debe usarse por razones médicas, no para viajar.

Compras paralelas

Otra de las polémicas que está atravesando la campaña de vacunación son las denuncias de que Alemania está llegando a acuerdos paralelos al margen del acuerdo marco negociado por la Comisión Europea para los 27. Hasta tal punto es así que el eurodiputado del PSOE Javi López acaba de registrar una pregunta parlamentaria al respecto al Ejecutivo comunitario, días después de que varios eurodiputados de la comisión de Medio Ambiente y Sanidad preguntaran por ello a la directora general de Salud y Seguridad Alimentaria del Ejecutivo comunitario, Sandra Gallina.

“No he visto ningún contrato paralelo de los que tanto se ha rumoreado y no creo que lo vea. Es algo que en mi opinión no existe. En cualquier caso, lo que está claro es que las cantidades adquiridas para Europa van primero”, dijo Gallina ante las preguntas sobre supuestas compras por parte de Alemania, Dinamarca o Croacia al margen del procedimiento conjunto europeo. La directora general de la Comisión Europea aseguró estar “confundida” por noticias que apuntan a compras por parte de algunos Estados miembros, y afirmó que estos contratos “no son posibles”, en parte porque “no hay viales sobrantes que se puedan adquirir en un contrato bilateral. Ahora es demasiado tarde para comprar dosis”.

La propia Ursula von der Leyen rechazó la posibilidad de las compras paralelas: “Incluso las farmacéuticas prefieren tener un solo interlocutor para 450 millones de habitantes. Esta crisis ha demostrado que nos va mejor unidos”.

AG