La curva ascendente, parece imparable y marca un alerta furioso. En pocos días, Argentina duplicó la cantidad de casos diarios, atravesó, en menos de una semana, la frontera de los 20 mil contagios por día y se arrimó a los 25 mil confirmados cada 24 horas. Son picos que, en números pero sobre todo en velocidad, superan por mucho los de la primera ola.
En paralelo a esa carrera va otra, también en ascenso, que debería servir para moderar el impacto del aumento de casos. Es el plan de vacunación que este sábado superó los 4,7 millones de personas que recibieron, al menos, una dosis, cifra que representa un tercio de los 14.492.299 que integran el universo prioritario de vacunación según el mapa oficial.
La que pasó fue la semana con más aplicaciones: entre el lunes y el viernes, se dieron 755.851 dosis: una saga que arrancó el 5 de abril con 143.367 vacunas, siguió el martes con 167.644, el miércoles subió a 199.395, el jueves 184.809 y que el viernes logró un récord de 245.445 vacunas dadas en 24 horas.
Pero el segmento clave en ese proceso es el de los mayores de 60 años por un dato tan duro como impactante: ese grupo representó el 84% de los fallecidos registrados por Covid-19 hasta el lunes 10 de abril. De los 57.350 que indican los datos oficiales, 48.221 tenían más de 60 años. Además, en el ajuste más detallado por edades, casi 62% de los fallecidos tenían más de 70 años.
Es el dato que sigue el Gobierno en detalle, como parte de un escenario, en cierto modo optimista, que supone picos de hasta el doble de los 18.304 del 16 de octubre del año pasado, incluso de 40 mil casos diarios, pero que en proporción incluirían a menos grupos de riesgo que luego se convierten en casos críticos, presionan sobre el sistema sanitario en las camas UTI y derivan, como refleja la estadística, en casos fatales.
“Esta semana detectamos que hay un tercio de casos de mayores de 80 años en atención hospitalaria respecto a la primera ola”, afirmó a elDIarioAR un funcionario que está en la primera línea de la pelea contra el Covid-19. Lo lee como un indicio de que la vacunación, que ya impactó positivamente sobre el personal de Salud, empieza a generar inmunidad en los mayores.
Martín Barrionuevo, que procesa y analiza las estadísticas sobre el Covid-19, hizo un informe que muestra que entre febrero y marzo bajó la proporción de mayores contagiados sobre el total de casos informados. El 9 de febrero pasado, 7.41% de los contagiados notificados tenían más de 70 años mientras que el 5 de abril, la cifra se redujo a 4,93%.
“Se testea más y en proporción hay más casos leves, por eso no se puede comparar la primera ola con la segunda, porque el año pasado durante el pico la positividad en algunos lugares, como el AMBA, estaba encima del 50% y ahora está en la mitad de aquello”, indicó Barrionuevo a elDiarioAR.
La letalidad aparece como un factor clave pero está atado a un componente volátil: los testeos. A mayor cantidad de análisis, se pueden encontrar más casos en general leves que por ese motivo en otras condiciones podrían no haberse testeado. Así y todo, es un indicador primordial en el plan oficial: que la vacunación ayude a bajar la letalidad al proteger a los mayores de 60 años que son el grupo más vulnerable.
A hoy, según los datos del Monitor Público de Vacunación, 2.773.295 mayores de 60 años recibieron al menos una dosis. Representa cerca de un 40% de las 7.414.866 personas incluidas en el paper oficial del Plan Nacional de Vacunación. A mediados de la semana pasada, el 61,1% de los mayores de 80 tenían al menos una dosis mientras lo mismo que casi 50% de los mayores de 70.
El segmento más flojo, y que según indican en el Gobierno está en la siguiente escala de prioridades, son los adultos de entre 18 y 59 años que tienen comorbilidades que los hacen más vulnerables al coronavirus. Ese universo es, de acuerdo al registro oficial, de 4.063.968 personas y hasta este sábado habían recibido al menos una dosis 234.057, apenas el 6% del total.
Curvas y edades
Barrionuevo repasó cuál fue, desde que empezó la pandemia, la incidencia de mayores de 60 sobre el total de contagiados. Y detectó una tendencia: la cantidad de enfermos con más de 60 años se redujo de manera notable en la segunda ola, no solo con respecto a la primera ola de octubre pasado sino también en comparación con el rebrote de fin de año.
En mayores de 80 años, los casos detectados en abril “son la mitad del pico de octubre y 30% menos que el pico de las fiestas”, mientras que en los que tienen entre 70 y 79, “es 30% menos que en octubre y 15% menos que en enero”. En el subgrupo de 60 a 69, es 15% menos que en octubre pero 10 mayor que en enero. Según el consultor, hay al menos dos factores: uno, que considera esencial, es que frente a la conciencia de que tienen más riesgos los mayores son los que más se cuidan a la vez que empieza a notarse el impacto positivo de la vacunación.
Más casos, pero más jóvenes, con menos internación y menos muertes, es la síntesis oficial que refleja la expectativa de que no ocurra lo más temido: que la escalada de casos impacte sobre el sistema de salud y produzca un colapso, no solo en lo más crítico como son las UTI sino, también, sobre las consultas y los testeos.
El plan para “moderar” la segunda ola, además de las restricciones para amesetar la curva de contagios y evitar la expansión del virus, está atado al otro factor, siempre cargado de incertidumbre: la provisión de vacunas. A datos del sábado, se distribuyeron más de 7 millones de dosis sobre un total de casi 7,3 millones de dosis adquiridas y se aplicaron 5,2 millones. Para mantener el ritmo de vacunación, en los próximos días deberían llegar nuevas dosis. La expectativa está puesta en nuevos envíos de la Sputnik V de Rusia y la Sinopharm desde China, luego de que India -de donde deberían llegar 580 mil dosis de Astra-Covishield- restringiera la exportación para priorizar a su propia población.
PI