ENTREVISTA ASESORA DE LACTANCIA

“El debate sobre si dar pecho o fórmula crea una guerra entre madres infructuosa y nefasta”

Lucía M. Quiroga

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Alba Padró es una de las asesoras de lactancia materna más reconocidas en España, y también a nivel internacional. Con más de veinte años de experiencia en este ámbito, tiene la agenda llena en los próximos meses, pero siempre hace hueco para resolver las dudas de la comunidad que la sigue. Por su consulta han pasado mujeres tan conocidas como las actrices Sara Sálamo, Michelle Jenner o Natalia Sánchez. Esta última es la encargada de prologar su libro más reciente: Mucha teta (Penguin Random House, 2022), un completo manual de lactancia donde resolver cualquier duda relacionada con el tema. Algo así como una versión escrita (y resumida) de LactApp, la aplicación que lanzó en 2016 y que atiende consultas de miles de mujeres en todo el mundo. Mucha teta es su tercer libro, después de haber escrito Somos la leche y Destete, final de una etapa.

Al principio de Mucha teta propone utilizarlo como un manual de instrucciones, una especie de libro de consulta al que acudir cuando hay algún problema con la lactancia. ¿Por qué este formato y no otros? 

La idea del libro es hacer una especie de versión reducida de nuestra aplicación, un recurso donde buscar lo que necesitas y encontrar la respuesta rápidamente. Además, lo escribí así por una cuestión de practicidad: durante el posparto, la mente está un poco atascada. Por eso, necesitamos soluciones rápidas a los posibles problemas que puedan surgir.

¿Es importante tener fuentes fiables para informarse sobre cuestiones como la lactancia o el posparto? 

Absolutamente, es importantísimo. Durante la lactancia todo el mundo te da su opinión, a veces con buena intención, pero hay muchos mitos en torno a este tema y algunas orientaciones pueden resultar incluso peligrosas. Por eso, necesitamos recursos y referentes, alguien que te guíe en este proceso con información correcta. En el libro se incluye muchísima información sobre diferentes cuestiones relacionadas con la lactancia, para poder vivirla de una manera tranquila y superar los problemas para seguir amamantando, si es que así lo deseamos. 

“Si así lo deseamos”. Eso me lleva a preguntarle por la afirmación con la que abre su libro “Amamantar no es una obligación, tiene que ser algo de lo que tengas ganas”. ¿Por qué es necesario aclarar esto? 

Yo siempre digo: “¿No quieres amamantar? Pues no lo hagas. ¿Quieres hacerlo? Hazlo”. Puedes hacer lo que te dé la gana, no es una obligación. Tiene que ser algo que a priori te apetezca y tengas ganas de disfrutar. Eres adulta, es tu bebé y tu crianza. Tú mandas. 

Puede resultar chocante que una asesora de lactancia materna se exprese en esos términos…

Yo lo explico siempre así, para mí es lo natural. Supongo que la gente que lee el libro no espera esa afirmación, pero quería incluirla desde el principio. Durante mucho tiempo, la promoción de la lactancia se ha basado en hablar de sus beneficios, pero hemos visto que esto no funciona. Los índices de lactancia siguen siendo bajos: la evidencia nos dice que la inmensa mayoría de las mujeres, más de un 90%, tienen idea de amamantar cuando nazca su bebé. Pero luego hay una serie de condicionantes que se lo impiden, como las posibles complicaciones o la vuelta al trabajo. Por eso, cuando hay dificultades repetir los beneficios no funciona, sino que hay que dar información fiable y solucionar los posibles problemas. Y tener siempre claro que lo más importante no es defender la lactancia materna, sino las decisiones informadas de las mujeres. 

¿Existe cierta presión sobre las madres por la forma de alimentar a sus bebés? 

El debate sobre si dar pecho o fórmula crea una guerra entre madres infructuosa y nefasta, que no nos une sino que nos separa. Yo lo que creo es que hay mucha falta de información, y eso a veces genera situaciones indeseadas. Deberíamos tener información fiable pero no solo sobre lactancia, sino sobre muchos otros temas que nos afectan: el ciclo, el embarazo, el parto, el posparto…  El problema es que muchas veces tenemos información parcial, lo que no ayuda a tomar decisiones informadas. 

¿Cuáles son las dudas más habituales de las mujeres que acuden a sus consultas?

La preparación a la lactancia, el dolor al dar el pecho y la vuelta al trabajo. En líneas generales, lo que les recomendamos es que no hace falta una preparación previa para dar la teta: ni pezoneras, ni cremas ni guantes de crin. Lo que hay que preparar es el cerebro, procesando la información que tengamos. Y también observar para poder aprender bien. En cuanto al dolor, tenemos la falsa creencia de que dar la teta duele y eso no debería ser así. Si hay dolor, es que hay algo que tenemos que mejorar, como el agarre. Y sobre la vuelta al trabajo, muchas madres creen que tendrán que dejar de amamantar, o renuncian sin saber que hay otras opciones. Si quieren seguir dando teta, tienen que saber que pueden. Es cuestión de organización: se puede conseguir una lactancia parcial, incluso solamente los fines de semana. Es increíble lo que algunas madres pueden llegar a hacer. 

En cuanto a la dimensión social de la lactancia, a la relación con el entorno, ¿también existen dudas? 

Muchísimas. Nos falta información y conocimiento sobre el día a día con la lactancia. ¿Si salgo a la calle, puedo dar el pecho? ¿Puedo dar la teta en público, delante de otra gente? Nadie te cuenta este tipo de cosas antes de tener un bebé, y es muy importante saber integrar la lactancia en tu vida diaria. Sobre todo en la gestión de los primeros días de posparto, esa bofetada que te llevas al darte cuenta de que no es como te lo habían contado. 

¿Cuáles son los mitos más extendidos sobre dar la teta?

Hay muchos, en el libro recojo algunos de los más habituales. Los más extendidos tienen que ver con la afirmación de que el dolor es normal –como hemos visto, si duele es que hay que mejorar algo– y sobre la calidad de la leche –el bebé crece poco porque tu leche es mala–. Hay otros menos conocidos, como que a medida que los niños crecen toman menos teta o empiezan a espaciar las tomas. Esto no es así, sino al contrario: cuanto más crecen y más conocen la teta, más les gusta y más requieren. 

¿Cómo se hacen las asesorías en LactApp? 

En LactApp somos un equipo de 24 personas trabajando, de las cuales cinco somos asesoras de lactancia. Existen diferentes modalidades de consulta porque lo que nosotras queremos es que esta información fiable llegue a todas las mujeres que lo necesitan. Se puede hacer a través de la app, de manera gratuita a través de un canal en el que hemos atendido más de 19 millones de consultas. También existe una versión de pago, donde por un precio reducido se puede solicitar una consulta inmediata. O bien concertar una cita con una asesora, que se suele hacer por videoconferencia con seguimiento posterior. 

Entre las miles de mujeres a las que asesora, hay algunos nombres muy conocidos. ¿Qué supone para usted ser “la asesora de lactancia de las famosas”?

Para mí son mujeres como las demás, aunque es cierto que dan mucha visibilidad y proyección a nuestro trabajo. Es curioso, porque alguna gente debe pensar que solo atiendo a famosas, pero no es así. Por ejemplo, Michelle Jenner me mandó un mensaje privado que no vi hasta un año después. Mucha teta está prologado por Natalia Sánchez, a la que asesoré para hacer su lactancia en tándem. Y puedo adelantar que estoy escribiendo el cuarto libro y el prólogo lo va a hacer Sara Sálamo, con quien hablé cuando hizo público que utilizaba hojas de col para aplicar frío al pecho.  

Para terminar, el libro apunta tres claves para tener una lactancia exitosa, si así se desea: instinto, información y práctica. ¿Cómo conviven estas tres dimensiones? 

Sí, y añadiría una más: la suerte. Utilizo mi caso como ejemplo para explicarlo. Cuando mi hija mayor nació, hace ya 23 años, yo no tenía conocimiento sobre lactancia, no tenía nadie a mi alrededor que diera el pecho. Solo tenía instinto. Y jugó a mi favor el factor suerte: mis hijas no han tenido ninguna dificultad de succión y yo ningún problema de lactancia. Es importante recalcar esto porque sirve para liberar a algunas mujeres de la culpa: tú puedes tenerlo todo pero, una vez llega el bebé, la lactancia no funciona. Hay factores que no podemos controlar, y eso no es culpa de la madre.