Acaba de empezar y se espera que dure al menos hasta la madrugada: el Senado ya debate si aprueba la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Es la segunda vez que el aborto legal es debatido en la Cámara Alta. En 2018 resultó rechazado, pero esta vez llega a través de un proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo.
La iniciativa, que esta vez obtuvo media sanción en Diputados el 11 de diciembre, prevé que la IVE sea legal hasta la semana 14 de gestación y que esté garantizada en instituciones de salud pública, obras sociales y prepagas. A la vez, establece que el aborto esté garantizado en un máximo de diez días desde su solicitud.
El final del debate es abierto: según un recuento de votos previstos que hizo elDiarioAR, ya se habrían definido 32 senadores a favor y otros 32 en contra. Hay 6 legisladores que aún no revelaron su postura de forma pública, pero a través de fuentes directas y del entorno de esos funcionarios se pudo establecer que se inclinarían mayoritariamente por el voto positivo o la abstención: eso redundaría en la aprobación del proyecto.
Esas previsiones coinciden con las posturas “razonablemente optimistas” que han expresado funcionarias del Ejecutivo como la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Con coordinación de Ibarra, ambas formaron parte del núcleo duro que preparó el proyecto de ley del oficialismo: lo había prometido Alberto Fernández durante la campaña electoral.
Antes de que empezara formalmente la sesión, la Plaza de los Dos Congresos ya era escenario de las dos posturas que se debaten: a favor o en contra de que el aborto salga de la clandestinidad e inseguridad en la que ocurre hasta ahora. Según estima la Red de Acceso al Aborto Seguro (REDAAS), en la Argentina hay entre 370.000 y 520.000 abortos clandestinos al año. Con la legislación actual, nadie está obligado a responder por las condiciones de salubridad en las que se llevan a cabo esos procedimientos, cuya seguridad suele estar sujeta a los recursos económicos de la persona que decide abortar.
Desde este lunes había, del lado norte de la plaza, banderas de agrupaciones de izquierda y pasacalles a favor de la legalización, y algunos primeros puestos de venta de barbijos o pañuelos verdes, el color que caracteriza a quienes impulsan la iniciativa. Hacia la avenida Belgrano, donde se concentran quienes se oponen a la legalización, ya había banderas con la leyenda “Salvemos las 2 vidas”, algunas banderas argentinas, y unos primeros carteles con pasajes bíblicos. Habrá vigilia a ambos lados de la plaza para esperar el momento de la votación.
La legalización del aborto es un reclamo que, en la Argentina, lleva casi 50 años: las organizaciones de mujeres lo han encabezado durante décadas. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito ya presentó 8 veces su proyecto para que la IVE sea legal. El texto impulsado por el Ejecutivo tiene amplias coincidencias con esa iniciativa, aunque, a diferencia del de la Campaña, prevé la objeción de conciencia de todos los profesionales de la salud de una misma institución. Pueden negarse a llevar a cabo el aborto pero deben derivar a la persona gestante sin dilatar el proceso.
Está previsto que la sesión se extienda por entre 12 y 17 horas. Si la votación quedara igualada, Cristina Fernández, en su calidad de titular de la Cámara Alta, deberá desempatar sobre un tema que no impulsó durante sus ocho años de Presidencia. Se prevé que vote a favor, tal como lo hizo como senadora en 2018, aunque la Vicepresidenta querría evitar ese escenario.
BJ