A una semana del temporal

Después del agua, la cotidianidad: la batalla de Bahía Blanca por volver a la normalidad

“La gente pide lavandina, escobillones para sacar el barro. Y pide repelente, mucho, sobre todo ahora que bajó el agua”. Mientras habla, Antonio Castaño, vicepresidente del Club Olimpo, sacude la mano en abanico para espantar los mosquitos que lo acechan en la tarde templada de Bahía Blanca. A una semana del temporal que arrasó a la ciudad, subraya uno de los asuntos que también preocupa al gobierno municipal: el dengue. Marzo es el mes para tener la guardia alta. Lo fue en 2024, cuando se registró el pico de casos autóctonos; lo es ahora, que la inundación dejó barro y charcos con camalotes de basura por todos lados.

Dentro del polideportivo ubicado sobre la avenida Colón al 800, una de las zonas altas de la ciudad, el dirigente del principal club de Bahía coordina junto al resto de las autoridades la recepción y el retiro de donaciones, y hace a su vez un balance de la compleja semana que pasó. Al igual que muchos vecinos, mezcla impresiones sobre el frente ciudadano y el doméstico: “En barrios como Villa Caracol o Viajantes del Sur, todavía queda agua. Son zonas bajas, muy vulnerables. En mi casa, en el centro, sigo sin luz. Cada vez que sacamos el agua, vuelve a subir por la napa saturada”. En el celular, muestra videos de su vivienda: agua en el living, en la cocina, en la escalera; puertas de madera hinchadas. “Me tuve que mudar a la planta alta con mi mujer”.

En un mapa de contrastes, algunas calles del centro mostraban este viernes aspectos de normalidad, e incluso en algunas confiterías los vecinos disfrutaban el atardecer en las terrazas. Otras cuadras, en cambio, eran grandes basurales a cielo abierto, con ferias americanas y remates de locales que intentaban vender a precios simbólicos aquellos productos arruinados por el agua y el barro. Del mismo modo, muchas zonas inundadas recuperaron prácticamente su fisonomía habitual, mientras que barrios como Derby y Viajantes del Sur continuaban anegados.

En la calle San Martín, pleno centro, el rumor de los generadores y grupos electrógenos sobre la vereda delataba la cantidad de edificios aun sin luz. En otros, el trabajo de bombas de desagote e incluso de buzos tácticos de la Armada Argentina permitieron liberar las cámaras de electricidad. En total, en la ciudad hay cerca de 3.500 personas que llevan siete días a oscuras, según cifras brindadas por el Municipio.

En Ingeniero White, una de las zonas que resultó más castigada, uno de los puntos de desagote de Bahía hacia el mar, las topadoras retiraban durante la tarde colchones mojados, muebles astillados e hinchados por el agua, escombros y basura que se apilaba frente a cada casa y en contenedores rebalsados.

“Días de oscuridad”

Para el intendente, Federico Susbielles, los días transcurridos desde que cayeron casi 400 milímetros en pocas horasfueron días de oscuridad”.

El jefe comunal precisó que el número de fallecidos sigue siendo de 16 personas, y que solo una de ellas no fue identificada aún. En una conferencia de prensa que brindó en la tarde del viernes en el primer piso del Palacio Municipal, informó que continúa la búsqueda de Delfina y Pilar Kecker, las niñas de 1 y 5 años que desaparecieron en medio del temporal, arrastradas por el agua en el ingreso a General Cerri.

A una semana de la tragedia, son además 95 los bahienses que continúan evacuados.

El transporte fue restaurado prácticamente por completo, y el pasaje seguirá siendo sin costo hasta fin de mes. En cuanto al sistema escolar, Susbielles señaló que ya se reestablecieron las clases en seis instituciones, y el lunes abrirán otras 25. Un tercio de los 261 servicios educativos en el distrito están en condiciones de recuperar la normalidad en los próximos días. En el resto, llevará más tiempo.

Con el dengue y los roedores como foco de atención, el Municipio aseguró que se retomaron los servicios de fumigación.

En cuanto a las donaciones, las prioridades son el calzado, elementos de limpieza —especialmente lavandina—, kits escolares y colchones, “el insumo más necesario”, según el intendente.

El sábado, la comuna buscará desplegar una jornada especial de limpieza, a la que se sumarán al personal municipal más de 7.000 voluntarios, que trabajarán en 11 puntos distintos de la ciudad.

Estamos pasando un momento difícil. Fueron días de mucha oscuridad”, dijo Susbielles, y destacó “resiliencia y la solidaridad” de la ciudad. “Vemos un poco de luz, hacia la cual queremos seguir caminando juntos”.

AVL/JJD