Desde el 2015, cada 11 de febrero, se celebra el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, con el fin de promover el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia y la tecnología de las mujeres y las niñas de todo el mundo, en pos de la igualdad y la lucha contra la brecha de género.
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia fue establecido mediante la Resolución 70/212 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Cada año, se selecciona un tema central, que en el 2023 es: “Innovar. Demostrar. Elevar. Avanzar. Sostener. - I.D.E.A.S.”.
Este año se pretende destacar el papel fundamental de las mujeres, las niñas y la ciencia en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como preámbulo del próximo Foro Político de Alto Nivel.
Reconocer el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia (no solo como beneficiarias, sino también como agentes de cambio) es primordial para que continuemos ocupando lugares que nos pertenecen e históricamente nos han sido negados; además de aportar a la construcción de una mayor equidad, diversidad e inclusión.
Desde 2021, la provincia de Buenos Aires eligió el 11 de agosto como fecha para visibilizar, celebrar y estimular la presencia de niñas, mujeres, lesbianas, gays, travestis, trans, bisexuales, y otras identidades vinculadas con la diversidad sexo-genérica (LGTBI+) en los ámbitos de las ciencias.
Hacer visible la participación de todas las identidades en el proceso de creación científica permite poner en cuestión los estereotipos de género que rondan sobre los trabajos y las tareas vinculadas con las ciencias y colocan el foco en la capacidad masculina.
El abordaje de esta fecha en las Escuelas tiene como objetivo incentivar el acceso y la participación plena y equitativa en las ciencias, reducir prejuicios, otorgar espacios para conocer, investigar y preguntar sobre posibilidades que quizás, de otro modo, podrían no aparecer en el espacio de muchas infancias y juventudes.
El papel de la mujer es crucial en la ciberseguridad
Aunque la mayoría de la población piensa que las carreras y trabajos relacionados con la ciencia y la tecnología son dominio de los hombres, lo cierto es que las mujeres juegan un papel protagónico y fundamental a lo largo de la historia. Con referentes como Elisa Leonida Zamfirescu y Katherine Johnson, quienes derribaron las barreras que impedían a las mujeres estudiar en universidades técnicas; Kathleen Booth, pionera en la programación de lenguajes de bajo nivel; o la española Ángela Ruiz Robles, maestra y creadora de la Enciclopedia Mecánica, hay muchas grandes mujeres que se destacaron en el campo STEM.
Según el informe Women in Cybersecurity de (ISC)2, hace una década, en 2013, las mujeres sólo representaban un total del 11% de los puestos de trabajo globales dentro del sector de la ciberseguridad. Cifras que para 2020 ya habían alcanzado el 24% de la fuerza total y que, gracias al esfuerzo imparable de miles de mujeres, hoy sigue aumentando. Sin embargo, con la sociedad todavía “desactualizada”, es imprescindible seguir uniendo fuerzas para reducir la brecha de género.
NB