Ana María Stelman, una docente de primaria de La Plata, fue elegida en las últimas horas entre los 10 finalistas al Global Teacher Prize 2021, de Fundación Varkey, en colaboración con la UNESCO, un premio que recibe más de 8.000 postulaciones de 121 países de todo el mundo.
“Ya me veía ganadora estando entre los 50 así que imagínate que ahora mi sonrisa no entra en la cara”, dijo a Télam la mujer que es docente desde el año 1984 y pasó por diferentes espacios de enseñanza como escuelas, desarrollando programas de educación o diversos proyectos vinculados con la búsqueda de empatía y estrategias creativas para llegar a motivar a cada chico.
Ana María conoció ayer la noticia que enorgulleció a sus familiares, colegas y alumnos y la colocó entre las diez finalistas al Global Teacher Prize, que cada año elige al “mejor docente del mundo”.
“Siento que estoy representando a todos, es muy importante el trabajo que hacemos todos los docentes del país y siento que los estoy representando a ellos también aunque no los conozco”, sostuvo con emoción la maestra que da clases en la primaria N°7 del barrio Hipódromo de La Plata a niñas y niños de una zona muy vulnerable
En tanto, manifestó: “Estoy sin dormir pasada de vuelta, muy emocionada, mi familia, mis hijos están muy emocionados”.
“Es algo muy lindo que te reconozcan”, enfatizó y contó que para llenar el formulario de inscripción tuvo que sentarse a recordar y pensar todas las estrategias que realizó a lo largo de su carrera.
Sobre su trabajo, afirmó: “Mi estrategia es a través de la empatía de conocer a los chicos, de saber cuales son sus gustos porque no todas las estrategias sirven para todos los nenes”, relató la docente finalista.
El Global Teacher Prize, premio creado para reconocer “el sobresaliente aporte a la profesión del docente más destacado del año y para subrayar la importancia de su rol en la sociedad”, reparte como premio un millón de dólares.
El ganador de la séptima edición se anunciará el 10 de noviembre a través de una ceremonia virtual que tendrá lugar en la sede de la UNESCO en París.
La historia de Stelman, madre de tres hijos, está vinculada a sus proyectos y también a como trabajó durante la pandemia. En su grado, sólo un alumno tenía computadora. Entonces, no le quedó más remedio que hacer malabares con el celular y WhatsApp para lograr que siguieran adelante con el estudio.
A lo largo de su carrera, esta docente busco que los proyectos educativos que encaraba trascendieran las fronteras del aula. Y así, ante cada desafío busco convocar a especialistas, estudiantes avanzados de diferentes carreras o a quienes puedan aportar nuevas y mejores experiencias para generar nuevas preguntas, promoviendo el desarrollo de un pensamiento crítico capaz de cuestionar y buscar alternativas a sus necesidades e intereses.
Además, usa herramientas digitales adaptadas a niños con capacidades diferentes, y dirige talleres y cursos sobre educación medioambiental y astronomía. También le encanta llevar a sus alumnos a participar en ferias de geografía y ciencia, y desarrollar programas educativos para la comunidad.
Así presentan a Ana María Stelman en Global Teacher Prize
La maestra de primaria Ana María Stelman, de La Plata, enseña a niños de una zona muy vulnerable. A través de la empatía, la escucha y la comprensión, desarrolla proyectos y trata de implicar a sus familias en la educación de sus hijos. Su bienestar emocional es tan importante como su trayectoria académica, y Ana María se concentra en todas estas áreas relevantes. Utilizando la innovación y la creatividad para mostrarles las maravillas del mundo, a menudo con cualquier tecnología que tenga a mano, establece videollamadas con personas en diferentes partes del mundo y escuelas a miles de kilómetros de distancia, alimentando una profunda comprensión entre sus alumnos de temas como el medio ambiente y la astronomía, lo que ayuda a muchos de ellos a destacar en los concursos de las ferias de ciencias. Durante el cierre por pandemia, Ana María sostuvo la continuidad pedagógica de 37 estudiantes trabajando la alfabetización primero en una biblioteca y luego utilizando caballos en el hipódromo de la zona y perros.
Con información de Télam.
IG