El 42% de las mujeres encuestadas sufrió un sangrado más abundante durante su menstruación después de inocularse la vacuna contra el Covid. El estudio pionero de dos investigadoras estadounidenses que se propuso averiguar si existía relación entre la vacuna y las alteraciones menstruales que relataban muchas mujeres acaba de hacer públicos sus resultados. De las más de 39.000 mujeres que respondieron a la encuesta, el 42% experimentó un aumento del flujo menstrual, según recoge Science Media Centre. El estudio encontró también otras alternaciones menstruales vinculadas a la vacunación.
Estas alteraciones son el sangrado espontáneo en el caso de mujeres que ya no tenían la regla porque se encontraban en la menopausia o tomando anticonceptivos, y también en personas no menstruantes (el estudio contó con diversidad de género) que tomaban tratamientos hormonales. Las investigadoras aseguran que las alteraciones descritas son temporales y señalan algunos factores que influyeron en su aparición: la edad, padecer efectos secundarios de la vacuna como fiebre o fatiga, el historial de embarazos y partos, o la etnicidad, entre otros.
Algo más de un año después de que muchas mujeres en todo el mundo relataran sus alteraciones menstruales después de haber sido vacunadas con el suero contra el Covid, el estudio confirma la alta prevalencia de estas incidencias. Entonces, se pusieron en marcha varias investigaciones, como esta de las científicas norteamericanas Lee y Clancy. Ellas mismas habían sufrido este fenómeno y pusieron en marcha el primer estudio observacional al respecto.
Les siguieron otras investigadoras, como la catedrática de Fisiología en la Universidad de Extremadura (UEx) Ana Beatriz Rodríguez Moratinos y la investigadora posdoctoral Cristina Carrasco, que pertenecen al grupo de Neuroinmunofisiología y Crononutrición de la UEx. Ambas son coautoras de un estudio similar en España, unos de los países con tasas de vacunación poblacional más elevadas, que se publicará en los próximos meses y cuyos resultados preliminares avanzó elDiario.es.
Las investigadoras españolas consideran que los resultados del estudio de las científicas norteamericanas sirven para “arrojar luz” a un fenómeno “inicialmente denostado por la sociedad en general”. “Tal y como indican las propias autoras, y dado los escasos datos previos disponibles, esta y otras vacunas no han sido consideradas como un factor estresor con potencial impacto en el ciclo menstrual, lo que una vez más pone de manifiesto el olvido constante y consecuente desconocimiento que seguimos teniendo sobre un aspecto de vital importancia en la salud femenina”, explican Rodríguez Moratinos y Carrasco.
Aunque las investigadoras explican que las alteraciones menstruales no son infrecuentes y tampoco suelen ser peligrosas, las evidencias que aporten este estudio y los que están por publicar permitirá seguir indagando en los mecanismos que subyacen a este fenómeno. Y añaden: “Desde nuestro punto de vista, en ningún caso tales investigaciones deben alimentar las teorías antivacunas, sino servir para confirmar la necesidad de que este y otros efectos secundarios no vuelvan a ser pasados por alto en la realización de ensayos clínicos. Asimismo, tal evidencia dotará a los profesionales sanitarios de una mayor capacidad para valorar a sus pacientes a través de información validada por la ciencia”.
ARA