Charla y muestra

Una exposición de fotos revela las consecuencias socioambientales de la explotación de Vaca Muerta

elDiarioAR

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El megaproyecto hidrocarburífero que se extiende en Vaca Muerta cierra el año siendo noticia por superar récords de fractura y extracción de gas y petróleo. El fotoperiodista Pablo Piovano recorre la zona desde hace cuatro años. Le interesa, sobre todo, indagar a través de imágenes el impacto socioambiental del fracking, la técnica de extracción de combustibles fósiles no convencionales. Mañana, viernes 10 de diciembre, a las 18 horas en el Faro de la Memoria ubicado en Mar del Plata, abrirá la la exposición de fotografías “Fracking en Vaca Muerta”. Programaron, además, una charla de la que participarán Piovano e integrantes de la Confederación Mapuche de Neuquén y del Observatorio Petrolero Sur. La actividad es gratuita y se enmarca en el ciclo Diálogos urgentes sobre Ambiente y Bienes Comunes, organizado por El Espacio para la Memoria y promoción de los Derechos Humanos Ex CCD ESIM.

Vaca Muerta es una roca madre world class que ha sido rankeada hace una década por la Agencia Internacional de Energía como el segundo reservorio de gas y el cuarto en petróleo del mundo. Esta ubicada en la Cuenca Neuquina, al sur del país. En 2011, cuando lo clasificaron como un reservorio de excelencia en shale oil y gas, y con la renacionalización de YPF, al año siguiente, el Estado salió a buscar socios para que inviertan. Para 2013 las proyecciones eran alentadoras. YPF y Chevron se asocian para explotar el yacimiento en conjunto. Se suman otras empresas. El precio del crudo cae en 2014 pero no parece afectar a Vaca Muerta. El año 2015 fue un boom de inversiones y extracción.

El fracking es una consiste en perforar el suelo con agua, arena y químicos varios hasta la roca madre en forma vertical. Una vez en el punto, a unos dos mil metros de profundidad, extienden un caño horizontal que se estimula para que el crudo fluya. La técnica genera material de descarte: agua que no puede ser reutilizada por estar contaminada y acumulan en pozos sumideros, y unos barros que terminan en basureros a cielo abierto. Del crudo sale la nafta, los lubricantes, el querosén, el asfalto, el biodiesel y el gas que nos permite cocinar y calefaccionarnos. El fracking está prohibido en Francia, Inglaterra y algunos estados de los Estados Unidos.

La explotación de la roca trae millones de dólares en ganancias y muchas consecuencias socioambientales. El Inpres, ente encargado de registrar los temblores en el país, advierte que cambió el patrón y que el aumento de movimientos coincide con el periodo de actividad petrolera en Vaca Muerta. La actividad petrolera genera residuos, una “sopa química” que no puede reutilizarse y se descarta en en plantas de tratamiento y pozos sumideros. Las empresas asentadas en Vaca Muerta toman agua del Río Neuquén hacer las fracturas en la piedra, la técnica llamada fracking: pagan 90 pesos cada mil litros de agua que sacan del río. Para activar un pozo necesitan alrededor de 45 mil metros cúbicos de agua. Por otro lado, las localidades asentadas sobre la roca intentan adaptarse al cambio. Añelo, por ejemplo, es el pueblo-epicentro de Vaca Muerta. Pasó de tener una población estable de 2.500 personas a 8 mil en menos de una década. Falta de trabajo y dificultades para acceder a una vivienda en una ciudad en la que escasean servicios como el agua e, insólito, el gas. A Añelo le prometieron el futuro pero todavía es una lugar de paso. Referentes del Pueblo-Nación Mapuche miran de cerca a las empresas y reclaman por sus tierras y los recursos naturales.

AS