Un caso que conmueve al país

El juicio por el crimen de Fernando entra en la etapa final: declaran los amigos y los padres de los imputados

Enviada especial a Dolores —
15 de enero de 2023 00:02 h

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El juicio contra los ocho acusados de planear el ataque y asesinato de Fernando Báez Sosa entra en su etapa final. Los sobreseídos por falta de mérito, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, declaran este lunes. También hablarán al Tribunal María Paula Cinalli, la madre Blas Cinalli, y Rosalía Zárate, madre de Máximo Thomsen. Y además, Tomás Colazzo dará su versión. Es un joven conocido de los acusados y que estaba cerca de la víctima al momento de la agresión, pero no fue detenido ni imputado. Son los cinco testimonios más relevantes de la jornada once del juicio.

La etapa de exhibición de prueba terminará el 18 de enero, justo en el tercer aniversario del crimen de Báez Sosa, 18 años, estudiante de Derecho. La semana siguiente serán los alegatos, distribuidos en tres días: del 23 al 25 de enero. No hay fecha confirmada para el veredicto. En las diez jornadas de juicio, declararon unos 70 testigos, se exhibieron 300 filminas y más de diez videos. Para este martes y el miércoles están previstas otras testimoniales importantes: el padre de Ciro y Luciano Pertossi, por ejemplo.

Después de tres años de silencio, se conocerá la versión de los sobreseídos

Guarino y Milanesi formaron parte del grupo que fue a veranear a Villa Gesell. Distintas pericias los ubican a ambos dentro del boliche Le Brique pero al momento de la agresión, según cuatro forenses de la Policía Federal que analizaron videos en alta definición, Milanesi estaba lejos de Báez Sosa. Guarino aparece en los chats de WhatsApp que esa madrugada intercambiaron los agresores entre sí y con otras personas que no estaban en Gesell. Guarino, que no fue ubicado en el momento de la pelea, contactó a su novia. Le envió una foto desde el Mc Donald's, adonde habían ido a desayunar junto a algunos agresores, y le avisó que volvería a escribirle cuando estuviera de vuelta en el chalet que alquilaba. A las 6.21 la mensajeó: “Esta noche fue rara, no me siento bien”. A esa hora todos sabían que algo había pasado con el chico al que habían golpeado porque Lucas Pertossi ya había enviado un audio al grupo que decía: “Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la Policía, llamaron a la ambulancia... Caducó”.

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Junto a Guarino, Milanesi estuvo detenido trece días en Dolores. Los liberaron porque nadie los identificó en las ruedas de reconocimiento y no pudieron ubicarlos en la escena de agresión directa, aunque sí en las inmediaciones. Tampoco encontraron rastros de ADN de Fernando en las prendas y cuerpo de Báez Sosa, y viceversa. Las huellas de suela de zapatilla que quedaron marcadas en la cara de Fernando no coincidían con el calzado que ellos llevaban puesto esa noche. Por esos motivos, la fiscal de Instrucción Verónica Zambini, los desvinculó de la causa.

Ambos fueron citados por la defensa y por la querella, pero no por la Fiscalía. Es un dato: supo elDiarioAR que se trata de “una estrategia” de parte de los fiscales, Gustavo García y Juan Manuel Dávila. Ellos buscan comprobar que los ocho acusados planearon el crimen, esto es: que se distribuyeron los roles para atacar a traición y que la intención era golpear hasta matar mientras impedían que los amigos defendieran a Báez Sosa. ¿Guarino y Milanesi podrían poner en duda esa hipótesis?

Ni Milanesi ni Guarino hicieron hasta ahora declaraciones públicas sobre lo que pasó la madrugada en la que murió Báez Sosa. Podría decirse que lo que digan este lunes es la versión más cercana a la que podrían dar los imputados, que nunca declararon ante el Tribunal. La única vez que los acusados prestaron testimonio a la Justicia fue en la indagatoria que les tomaron el día posterior a ser detenidos y por la cual su abogado, Hugo Tomei, pidió la nulidad del juicio: argumenta que es imposible que a la fiscal le haya tomado sólo 25 minutos hablar con los, entonces, diez procesados.

Hablarán las madres de Thomsen y de Blas Cinalli

Por ser testigos en la causa, Rosalía Zárate, la madre Máximo Thomsen, y María Paula Cinalli, la madre de Blas, no presenciaron ninguno de los debates. Bajo la modalidad de “informe socioambiental”, serán interrogadas por el defensor de sus hijos ante el Tribunal. Por la evidencia presentada hasta el momento, Thomsen y Cinalli son, junto a los hermanos Pertossi, los más complicados del grupo que está siendo juzgado. por lo pronto todos tienen la misma imputación: “homicidio agravado por alevosía y premeditación de dos o más personas”, por el que podrían recibir una condena a prisión perpetua. También los juzgan por “lesiones leves” por haber lastimado a los amigos de la víctima que al momento del ataque intentaron defenderlo. 

En el dedo meñique izquierdo de la víctima encontraron el ADN de uno de los ocho acusados por el crimen. Cinalli, además,  chateó con unos amigos unos veinte minutos después del ataque: “Nos agarramos adentro contra unos pares; ganamos; los recagamos a palos mal; mal; creo que matamos a uno”, escribió. Hasta que el genetista César Guida no lo nombró, el joven no había sido ubicado por los testigos en el lugar donde se produjo la pelea entre los grupos.

Los amigos de Báez Sosa, todos testigos presenciales del hecho, declararon en la primera semana del juicio. De los nueve que hablaron al Tribunal, cinco de ellos ubicaron a Thomsen, y a Ciro y Luciano Pertossi en la escena. Dijeron que fueron los que patearon y golpearon en la cabeza y pecho a la víctima cuando ya estaba en el piso, inconsciente. Alejandro “Chiqui” Muñoz, el Jefe de Seguridad de la disco Le Brique, declaró: “Agarré a Thomsen, pero el chico hizo tanta fuerza que tuve que pedir ayuda”. Chiqui mide dos metros tres centímetros y pesa 150 kilos. En las imágenes que registró la cámara de seguridad de la cocina del boliche, Chiqui toma del lado izquierdo a Thomsen mientras otro patovica le hace un gancho con el brazo alrededor del cuello. Siguió: “Thomsen estaba muy agresivo. Fue el que se peleó con Fernando en la pista”. Por primera vez, un testigo dijo que Báez Sosa había golpeado a uno de los imputados.

Después de analizar 14 pares de zapatillas secuestradas en el chalet que alquilaron los imputados, la jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal de Mar del Plata, Haydeé Almirón, concluyó la huella que quedó estampada del lado izquierdo de la cara de Fernando Báez Sosa corresponde a la suela de la zapatilla que calzaba en el pie derecho de Máximo Thomsen. Era una marca de curvas y zigzag de poco más de seis centímetros por dos de ancho. Más sobre las zapatillas de Thomsen: ambas estaban manchadas con sangre de la víctima, confirmó el genetista César Guida. Báez Sosa murió en el acto por “golpes multidireccionales en la cabeza”, aseguró el forense. Con lo cual, que la marca en la cara de la víctima sea de Thomsen no implica que ésa haya sido la patada -o pisada- fatal.

Un análisis en HD de los videos ubican a Thomsen y a Ciro Pertossi como agresores directos de Fernando. Ese informe fue elaborado por peritos especializados en análisis facial forense, que identificaron por vestimenta y rostro a los acusados, y confeccionaron un croquis del momento del ataque. Máximo Thomsen, desde la derecha, y Ciro Pertossi, parado de frente a la cabeza de Fernando, lo trompean y patean. Al lado de Ciro está su hermano Lucianoque también participa de la golpiza.

Juan Pablo Laborde, secretario del Ministerio Público Fiscal, analizó los videos tomados por los teléfonos (de los imputados y testigos), cámaras de seguridad y domos municipales durante la madrugada del 18 de enero de 2020, cuando murió Fernando Báez Sosa. También analizó los mensajes de WhatsApp -de audios y de texto- que se enviaron entre ellos y con personas que no estaban en Gesell esa madrugada. Este audio lo envía Cinalli:

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Se constató que Luciano Pertossi aparece en varios videos. En la reconstrucción del ataque, está a la izquierda de su hermano, muy cerca de Báez Sosa, que estaba tendido en el piso. En la fuga, cuando abraza a un integrante del grupo que no pudo ser identificado, a la altura del restorán Cipriany. Y en las imágenes que quedaron registradas en el Supermercado Marina, cuando los detiene Infantería. Además, la querella había visto un video tomado con un celular desde Le Brique, en la vereda de enfrente a la agresión, y pidió a cuatro peritos de la Federal que intentaran identificar a un persona en el momento. Señalaran a Luciano y por primera vez uno de los imputados tomó la palabra. Para la fiscalía, Luciano es co-autor del crimen: su función fue bloquear a los amigos de Fernando e impedir que lo defendieran de los golpes.

Colazzo, un misterio: era conocido de los acusados y presenció la golpiza pero nunca lo detuvieron

Tomás Colazzo era el “rugbier 11”. Fue el último de la fila en salir expulsado de Le Brique junto a los acusados, estaba parado detrás de Ciro Pertossi en el momento de la agresión directa a Fernando, fue a MC Donald´s a desayunar con los agresores mientras declaraban muerta a la víctima y su nombre figura en la causa, pero no lo detuvieron, no lo procesaron y no lo imputaron. Tenía 17 años al momento del crimen de Báez Sosa y era vecino de Zárate, como el resto. No paraba con los imputados, sino que coincidió con ellos en Gesell. Este lunes, declara como testigo a pedido de la defensa y la querella.

La lista de testimonios de esta jornada incluye a Santino Franco Massagli, José Aníbal Leguiza y Juan Ignacio Neme Correa, tres amigos de Blas Cinalli, con quienes intercambió mensajes escritos y de audio por la aplicación WhtasApp tras el hecho, entre ellos.

El martes continuarán declarando familiares de los imputados, que fueron propuestos como testigos por parte de la defensa de los imputados. Será el turno de Héctor Eduardo Benicelli, padre de Matías; María Alejandra Guillen, madre de Enzo Comelli; Erika Edith Pizzatti, madre de Ayrton Viollaz y Mauro Rubén Pertossi, padre de Luciano y Ciro Pertossi.

Según el artículo 234 del Código Penal Procesal bonaerense, los padres y madres no pueden declarar contra sus propios hijos, por lo que se cree que la parte acusatoria no les va formular preguntas durante el interrogatorio.

Completarán la nómina de testigos del martes el oficial subayudante Andrés Martín; el perito informático Pablo Rodríguez Romero, quien realizó informes sobre la evidencia digital; María del Carmen Badaloni, jefa de la sección Psicología de la Asesoría Pericial La Plata, y el perito psiquiátrico Agustín Costa Shaw.

Está previsto que el debate finalice el miércoles 18 con los testimonios de los médicos legistas Juan José Fenoglio y Jorge Rodolfo Velich, éste último especialista en emergentología.

Una vez que finalicen las audiencias con los testigos, están previstos que se realicen los alegatos de las partes, que se cree que será a partir del lunes 23.

En tanto, concluida la prueba testimonial y ante la posibilidad de que puedan hacer uso de sus últimas palabras, no se descarta que alguno de los imputados pida declarar como lo hizo la semana pasada Luciano Pertossi, tal como aseguró su abogado que “todo puede pasar”.

“El proceso es dinámico y todo puede pasar. No hay nada cerrado ni programado. En un debate se dan determinadas situaciones y hay que estar atentos para aclarar cosas”, señaló el abogado.

El mismo miércoles 18, fecha en que se cumplen tres años del crimen de Fernando, sus padres María Graciela Sosa y Silvino Báez convocaron a una oración interreligiosa y a una colecta en la ciudad de Dolores.

La convocatoria es a las 19 en el Anfiteatro Lago-Parque Libres del Sur, ubicado a la vera de la Autovía 2, en el ingreso a la ciudad de Dolores, donde también se estarán recibiendo alimentos no perecederos y útiles escolares para ser donados.

“Les agradecemos mucho que puedan venir a acompañarnos ese día tan doloroso en el que perdimos a nuestro hijo”, dijo Graciela en un video difundido para anunciar el encuentro.

En tanto, frente al boliche bailable “Le Brique”, en avenida Buenos Aires y calle 3, de Villa Gesell, donde el joven fue asesinado a golpes, el obispo de la Diócesis de Mar del Plata y expárroco de geselino, monseñor Gabriel Mestre, realizará a las 20 una oración en memoria del Fernando.

VDM/MG